domingo, 16 de agosto de 2009

Educación superior - Aniversario

UNCuyo: 70 años apostando al saber

El 16 de agosto de 1939 se desarrolló la clase inaugural de la tan deseada universidad. Desde el primer rector Edmundo Correas, la meta de la casa de altos estudios fue lograr la excelencia. La historia. Los recuerdos. Los datos.

domingo, 16 de agosto de 2009

UNCuyo: 70 años apostando al saber
Los 70 años de la UNCuyo, productora de saber, historia y talentos. Foto: Gentileza / UNCuyo

El pedido de una casa de estudios para la región cuyana era constante y venía de distintos frentes. Hasta Ricardo Rojas y Joaquín V. González desarrollaron proyectos con este fin. Pero, curiosamente, fue una eventualidad lo que apuró su creación.

En el '38, Roberto Ortiz visitaba estas tierras en campaña política cuando su tren se detuvo en una estación. Entonces, un grupo de estudiantes rodeó el vagón y le reclamó una universidad. Él accedió empujado por la presión, pero cuando llegó a presidente le insistieron hasta hacerle cumplir su promesa.

Fue así que un año después, el 27 de marzo, por decreto presidencial N° 26.971 (la local es una de las pocas que no nació por ley) se fundó la Universidad Nacional de Cuyo. El 16 de agosto de aquel 1939, mendocinos, puntanos y sanjuaninos celebraron la clase inaugural en el señorial edificio de calle Rivadavia y 9 de julio, ocupado hasta esa fecha por la escuela Arístides Villanueva.

El reconocido pensador Arturo Roig participó en aquel momento histórico, porque entonces era estudiante del colegio Normal y habían sido invitados al festejo. "Recuerdo que el acto se hizo en el salón de lectura de la biblioteca, que era enorme. Había muchas personalidades, entre ellas Ricardo Rojas y el ministro de Educación nacional, Jorge Eduardo Coll. Fue muy emocionante", contó.

Aquella primera clase de 1939, dictada por Ricardo Rojas (decano y rector de la UBA) fue la primera de miles que albergó la UNCuyo en estos 70 años de vida. Gracias a lo que aprendieron y experimentaron en sus aulas, 48 mil egresados pudieron aspirar a un desempeño profesional en Mendoza y otros sitios del país y el mundo.

Con altibajos, con momentos de mayor esplendor y otros no tanto, esta casa de altos estudios se convirtió en una de las más prestigiosas del país y su expansión no se ha detenido. Para demostrarlo, bastan unos números de la Dirección de Estadística del Rectorado.

La matrícula total en su primer año de vida era de 2.396 alumnos, mientras que en la actualidad cuenta con 41 mil estudiantes, en los diferentes niveles. Los primeros 18 graduados de 1943 pasaron a ser 2.300 en la última cohorte del año pasado. Para brindar su servicio educativo hoy necesita 4.350 cargos docentes, 10.800 horas cátedras y 1.400 cargos de apoyo académico.

Pese a que la madurez cultural de la comunidad cuyana marcaba la necesidad de una universidad, la de Cuyo fue la sexta en crearse en el país. La primera universidad que tuvo la Argentina surgió en 1613 en Córdoba de la mano de la congregación Compañía de Jesús. "Mucho después, en 1821, nació la UBA (Universidad de Buenos Aires). El resto se concretó tras la Ley Avellaneda: en 1895 la de La Plata; en 1905, la de Tucumán y en 1919, la del Litoral.

En busca de la excelencia

El primer rector fue un joven abogado provinciano de apenas 38 años y de gran energía, Edmundo Correas, quien dirigió la entidad desde el '39 hasta el '43. "Su meta esencial era trabajar por la excelencia.

Le daba mucha importancia a las clases, tanto que contrató un cuerpo de taquígrafos para que tomaran nota de lo dicho por el profesor y después lo publicaran, evitando así los errores en los apuntes de los alumnos", señala René Gotthelf, director de la Ediunc y del Centro de Documentación Histórica.

Los primeros planteles docentes fueron formados por prestigiosos especialistas traídos de otros países o de Buenos Aires. Así fue que los universitarios tuvieron el lujo de tomar clases con Julio Cortázar, entre otros. "En aquella época, muchos de los profesores eran españoles que huían de la Guerra Civil. Uno de mis docentes fue Juan Corominas, autor del diccionario etimológico de las lenguas castellanas", rememora Roig.

Al principio, el alumnado era mayoritariamente masculino, 66% eran varones. Pero la situación fue cambiando y en la actualidad, 63% de la matrícula y de los egresados son mujeres.

Gotthelf no sólo es un estudioso de la historia universitaria, sino que ha pasado 50 años de su vida en esas aulas. Ingresó a Filosofía en el '59, cuando esa facultad funcionaba en la calle Las Heras al 430.

"La UNCuyo siempre tuvo una participación activa en la vida social y cultural de la comunidad. El Hogar y Club universitario era un punto de reunión, se hacían charlas, debates, guitarreadas, fiestas", recuerda.

Al principio, la universidad se dividía en la Facultad de Filosofía y Letras, la de Ciencias y la Academia de Bellas Artes. El mentado edificio de la calle Rivadavia, con su pórtico de cuatro columnas al estilo corintio, no era la única sede. Sucede que al crearse, la universidad nucleó a distintos institutos y centros de enseñanza que ya venían trabajando tanto en Mendoza, como en San Juan y San Luis.

"De ahí que muchas de las dependencias se hallaban diseminadas en las tres ciudades", apunta Daniel Grilli, del Archivo de Fotografía Histórica de Filosofía.

En 1973, y por una tendencia descentralizante en todo el país, se separa la UNCuyo y se crean las universidades nacionales de San Juan y San Luis. La decisión disgustó a algunos. Entre ellos, el por entonces rector, Julio José Herrera, quien decide renunciar por tal motivo.

"Los exhorto a trabajar para la nueva universidad, limitada al ámbito provincial, con los mismos méritos,... que lo han hecho para la Universidad que acaba de morir", dejó en una nota.

"Los avatares políticos han afectado a la institución, sobre todo durante las intervenciones en los gobiernos de facto. Sin embargo, la estructura fue bastante sólida como para mantener cierta independencia en estas situaciones", expresó Gotthelf.

Lo cierto es que en sus siete décadas de historia, la UNCuyo sólo tuvo 16 rectores votados por la Asamblea Universitaria. Los otros 27 fueron elegidos por el Poder Ejecutivo Nacional.

Por Gisela Manoni

Cuarenta y ocho mil graduados en su historia

Alumnos. La UNCuyo hoy cuenta con una matrícula total de 41 mil alumnos. El 76 por ciento está cursando alguna carrera de grado o pregrado. Dentro de este grupo, el crecimiento ha sido sostenido: la cantidad de estudiantes ascendió de 5.500 en 1963 a 31 mil matriculados en la actualidad.

Sistema. La universidad se divide en los siguientes niveles: de pregrado y grado con 11 facultades, 4 institutos y más de 212 títulos. En el de posgrado hay 10 facultades y el Instituto Balseiro, con unos 80 títulos ofertados. También posee 5 colegios de Polimodal, uno de EGB completa y dos de EGB3. La oferta, además, incluye enseñanza parasistemática con el Colegio de Lenguas extranjeras y la Escuela de Música.

Egresados. En toda su historia, la UNCuyo ha preparado a 48 mil egresados. En 1943 obtuvieron su título los primeros 18 graduados, mientras que en 2008 este grupo ascendió a 2.300.

Favoritas. El crecimiento de la matrícula ha sido sostenido en todas sus disciplinas, pero siempre la mayor cantidad de alumnos se concentra en las Áreas de Ciencias Sociales y de Humanidades y Artes. De la totalidad de aspirantes a ingresar a estos claustros en 2009 (13.665), 28% era de Ciencias Sociales; 25%, de Ciencias Básicas y Tecnológicas; 24%, Humanidades y Artes y 23% de Salud.

Retención. Los datos muestran que de cada 100 ingresantes, sólo egresan 40. En estas siete décadas, la tasa de retención ha rondado en 87%. Sólo 13% de los alumnos abandonan sus estudios.

Testimonios

Letras

Liliana Bodoc - Poeta y narradora inédita. Su primera novela fue Los días del Venado, que recibió múltiples premios.

“Mi paso por la Universidad estuvo teñido por cierta soledad. Comencé la carrera de grande, en el ’86 y vivía una realidad muy distinta a la de los demás compañeros. Llegaba a la facultad con mis dos hijos (Galileo que tenía 7 años y Romina de 5), que cargaban sus mochilas y pasaban allí toda la mañana.

“Le debo al famoso ‘Gallego’ y a su esposa -que tenían la concesión del bufet- el haber criado a mis niños. Ellos merendaban allí y hacían dibujos, mientras yo cursaba. Es que había profesores que no permitían que estuvieran en el aula.”

La escritora dice que los mejores recuerdos son de personas que mostraron tener una mente muy abierta y le enseñaron a amar la Literatura. Ejemplo de ello son Blanca Arancibia y Dolores Comas de Guembes.

Liliana no se recibió, le quedaron tres materias, que ya da por perdidas. “Mientras fui alumna confronté con algunos profesores y despotriqué bastante contra los programas de estudios. No podía entender que no promovieran la escritura, que no facilitaran recursos al estudiante que ansiaba producir textos. Pese a ello, cuando llegó a mi vida la escritura, canalicé todo lo que había aprendido y me di cuenta cuanto me sirvió el haber enfrentado una carrera universitaria. Ahora, en verdad, lo valoro mucho.”

Ciencias Agrarias

Virgilio Roig - Ingeniero agrónomo, biólogo-ecólogo. Investigador del Conicet. Fundador del Cricyt y del Iadiza.

“Cuando yo empecé a estudiar, la Facultad de Ciencias Agrarias estaba muy repartida. Las materias de laboratorio se cursaban en la Quinta Agronómica, que funcionaba donde está hoy la Casa de Gobierno. El resto en el edificio que recién se estaba construyendo en Chacras de Coria.”

Virgilio también hizo su secundaria en el Quinta, porque iba al Liceo Agrícola. “Teníamos que plantar, regar, podar y hasta hacernos cargo de levantar las cosechas. Después, en la etapa universitaria, sólo se nos pedía realizar algunos tipos especiales de poda y poner en práctica otras técnicas.

“Si bien estudié agronomía, hubo un profesor que me inculcó el amor por los bichos y ya después continué en la rama de los animales. Fue José Miguel Cei, con el que trabajé como alumno ayudante. Fue uno de los grandes zoólogos de la Argentina, aunque tenía un carácter de perro; pues venía de Europa y se había refugiado en el país en el tiempo de guerra civil española. Él dirigía el Instituto de Biología Animal, que funcionaba en Medicina.

“La verdad es que tengo los mejores recuerdos de la universidad. Sigo en contacto con algunos de mis compañeros de la promoción ’59, algunos ya fallecieron. Todos los años, buscamos una fecha para juntarnos y hablar de los viejos tiempos.”

Artes

Susana Dragotta - Artista Plástica. Ganó el Konex por su trayectoria, el 2do premio del Salón Nacional de Artes Visuales en 2008 y el Gran Premio Nacional de las Artes del Palais de Glace.

“Yo vengo de Maipú y para mí ingresar a la Universidad fue abrir la puerta a un mundo nuevo”, dice la artista. Las vivencias de Susana como alumna se sucedieron desde el ’74 al ’82, por lo que vivió momentos de calma universitaria y otros convulsionados por los regímenes dictatoriales.

“Cursar en tiempos del golpe de Estado fue tremendo, creo que sobrevivimos gracias al buen humor de nuestros profesores y compañeros. Estábamos vigilados todo el tiempo, no podíamos charlar en grupos superiores a tres personas. Fue muy difícil, hubo gente expulsada, otra desaparecida.

“Ahora que soy más grande, me doy cuenta de que en los viejos talleres -donde cursé toda mi carrera- aprendí realmente lo que es el Arte. De la mano de maestros inolvidables, como Filomena Moyano de Santángelo.

Por supuesto tuve las crisis propias de la carrera y me enfrenté a ciertos profesores. Ahora como docente, me doy cuenta de que la Facultad evolucionó mucho, pero no sólo en infraestructura, sino también en sus políticas pedagógicas y en el trato con los alumnos.

También hay que tener en cuenta que en las carreras artísticas se da otro tipo de vínculo, más relajado para propiciar la creación. El clima es de amistad entre los alumnos y los profesores.”

Ciencias Médicas

Abel Albino - Doctor en Medicina, pediatra. En 1993 creó la Fundación Conin. Fue reconocido por la Academia Nacional de Medicina

Albino no se recibió de médico en la UNCuyo, pero sí logró aquí su doctorado en 1987. “Tuve el honor de estudiar Medicina en las dos universidades nacionales que tienen los mejores puntajes de acreditación de la Coneau: la de Tucumán y la de Mendoza.

“Me fui al Norte a estudiar Escribanía, pero cambié de opinión y abracé las Ciencias Médicas. Después pedí el pase a la UNCuyo y no me lo dieron. De todos modos, recuerdo las dos con mucho cariño, incluso nunca olvidé sus lemas. ‘Con los pies en la tierra y mirando las estrellas’ es el lema de la de Tucumán y ‘En el aleteo del espíritu está la vida’ reza la de aquí.”

La comparación con otras casas de altos estudios, le permite a Albino destacar el nivel de exigencia que tiene la facultad local. “El hecho de seleccionar al grupo de estudiantes al ingreso, permite trabajar con parámetros más altos de calidad y con atención personalizada”.

“Con la tesis doctoral, no tuve mucha vivencia universitaria, pero sí la posibilidad de trabajar con grandes docentes y profesionales, como José Luis Minoprio y Ricardo Negroni. Yo quise seguir el doctorado, en parte por los reclamos de mi padre, quien era muy estricto y me decía: “Te hacés llamar doctor, pero no lo sos. Te ponés ropa que no te corresponde’.”

Derecho

Mario Adaro - Abogado. Actual ministro de Gobierno.

Cuando Mario Adaro comenzó a cursar Derecho, la UNCuyo llevaba sólo dos años ofreciendo esa carrera. La misma se creó en 1985 y el funcionario se inscribió como alumno en 1987.
“Elegí la universidad pública, por sus niveles de exigencia, por sus buenos profesores y, después descubrí ese gran valor, por su perfil social. La carrera está muy enfocada al Derecho Humano, Social y Familiar. Hay muy buenas cátedras también de Derecho Laboral”.

“Ser la tercera promoción, tuvo sus pro y contras. Compartíamos los mismos profesores que con la Universidad de Mendoza, que llevaba más años en este rubro. me parece que eso es muy importante. Y nos tuvimos que adaptar al cambio constante de lugares. Inicié el cursado en los Maristas y terminé en el Estadio de Fútbol. Esta situación a veces resultaba algo incómoda.

“Allí también debuté en la militancia política, primero con la JUP (Juventud Universitaria Peronista) y después con el ADE (Agrupación de Derecho). Comencé a participar en política universitaria, empujado por Montoro (Javier, actual titular del EPAS), esos fueron mis primeros pasos en la actividad política que marcaron lo que soy actualmente.

“Tengo muchos compañeros con los que nos seguimos juntando, no con la cotidianidad que nos gustaría.”

Filosofía

Arturo Roig - Filósofo, escritor, ensayista y pensador reconocido en toda Latinoamérica. Investigador del Conicet y otros tantos centros.

“Empecé a estudiar en el primer edificio de la calle Rivadavia y 9 de julio. Era un lugar amplio con tres patios: el del Ombú, donde estaba la biblioteca y sala de lectura; el de la Higuera, de Ciencias Agrarias y el de la Palmera, donde funcionaba Artes. Los patios eran un lugar de reunión de todos los alumnos, donde debatíamos y manteníamos extensas charlas.”

Se puede decir que el vínculo de Roig con la UNCuyo es casi de toda una vida. En el ‘49 egresó como alumno, después fue docente muchos años y en el ‘75 fue expulsado de la cátedra y empujado al exilio en los tiempos de la dictadura. Por esta razón, estuvo 10 años fuera del país, en Europa, México, Ecuador, etc. Volvió como investigador, tarea que lleva adelante hasta el día de hoy, sumado a su retorno a la práctica docente. “Todo esto pese a que me jubilaron en el ‘85”, aclara.

“Si bien esta universidad es una de las más prestigiosas del país, aún tiene mucho que recorrer para convertirse en una casa de estudios a nivel internacional... Yo siempre he estado en el grupo de los que creen que la universidad tiene que tener un mayor contacto con la sociedad.
Según las políticas implementadas, hubo tiempos de cercanías y otros de mayor distanciamiento. Es importante que la universidad vierta los conocimientos a la sociedad.”

Fuente: Los Andes Online

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