domingo, 2 de agosto de 2009

Lavalle - Desarrollo social

La Palmera, un ejemplo de trabajo comunitario

Hace dos años los vecinos de este distrito rural formaron una asociación y ya están levantando un salón de usos múltiples. Organizan actividades para recaudar fondos y todos hacen su aporte.

domingo, 02 de agosto de 2009

El sueño del vivero propio. Teresa González y María Cristina Álvarez ya limpiaron el terreno donde ubicarán los plantines y ahora esperan fondos nacionales para concretar el proyecto.

Así como fueron las mujeres quienes colaboraron con el IPV en la construcción de las casas porque los esposos estaban trabajando en las chacras, ahora ellos se encargan en las horas libres de preparar el picadillo de las empanadas o la carne a la olla cuando se acerca una peña o festival.

La comunidad de La Palmera, distrito rural de Lavalle, se ha organizado para recaudar fondos y avanzar en la construcción de un salón de usos múltiples donde puedan reunirse y cursar talleres, ya que no cuentan con un espacio propio.

La población de 120 familias está ubicada a 10 kilómetros de la villa cabecera, pero hay que recorrer caminos de tierra hasta llegar al único barrio, ya que el resto de las viviendas se encuentra en las fincas.

Pese a que en el loteo se destinó un terreno a equipamiento comunitario, la obra no se concretó y la gente del lugar ocupa el edificio de la escuela para realizar desde talleres hasta reuniones de productores. Por eso, hace un par de años, la asociación vecinal Santa Teresa de los Andes empezó a organizar distintas actividades para reunir el dinero necesario para construir un salón.

Han organizado peñas, festejos del Día de la Madre y del Niño, pesebres navideños, jineteadas, rifas de las que no sólo participan los habitantes de La Palmera, sino también de otras poblaciones rurales cercanas. Ya están planeando un encuentro cuyano de danza y canto para setiembre, cuando empiecen los días templados.

Las mujeres, que son las que mantienen en marcha la entidad, explican que en realidad trabaja toda la comunidad para estas celebraciones: los hombres colaboran con la preparación de las comidas que se venden o se encargan de la taquilla.

La comuna aporta los talonarios, los equipos de sonido y la actuación de los ballets municipales. En el pueblo aseguran que no falta el vecino que dona una bolsa de cebollas para las empanadas a cambio de una entrada.

Elena Trigo, presidenta de la asociación Santa Teresa de los Andes, explica que los miembros se reúnen en la casa de una vecina y que en esa misma vivienda funciona la delegación municipal, cuando personal de la comuna visita el distrito una vez por semana.

Pero la escuela concentra la mayor parte de las actividades, como los talleres de folclore y artesanías de la comuna, los festejos o encuentros vecinales, catequesis y hasta la misa de los domingos. La mujer señala que si bien han encontrado buena predisposición de las autoridades escolares, necesitan un espacio propio.

Ese lugar ya está comenzando a ser una realidad en el predio de una hectárea que debía tener un uso comunitario, y en donde también se observa césped y dos arcos de fútbol. Allí se levanta una estructura inconclusa, que se ha construido con mano de obra municipal y materiales que aportaron en conjunto la comuna y los vecinos.

Elena señala que han presentado un proyecto a la Nación para conseguir equipamiento -ya que quieren tener una cocina, vajilla, mesas y sillas- y que con el dinero que junten con el próximo festival esperan poder avanzar un poco más.

En el mismo predio está la pequeña base de hormigón, sobre la que planean armar una gruta y ubicar la imagen que les donaron de Santa Teresa de los Andes, patrona del distrito La Palmera. "Tenemos que viajar a El Algarrobal (Las Heras) para conseguir los ladrillos chiquitos", explica Elena.

"Durante mucho tiempo acá no se movió nada", cuenta Teresa González, otra vecina. Es que pese a que el barrio ya tiene 10 años, aún carece de veredas y las cunetas no están revestidas. Pero la vecina plantea que si bien es difícil, cuando los vecinos empiezan a ver resultados, como la obra en marcha del salón de usos múltiples, se suman a las propuestas.

Otro proyecto en el que se proponen trabajar es lograr la apertura en La Palmera de un jardín maternal, porque los chicos de 4 años en adelante están contenidos en la escuela pero las mamás no tienen un lugar donde dejar a los más pequeños, por lo que suelen dejarlos al cuidado de los hermanos mayores o se los llevan con ellas a la chacra. Por Sandra Conte - Foto: Marcelo Ruiz.

Vivero grupal y chacra

Como se trata de familias que trabajan la tierra, el único barrio de La Palmera se diseñó con lotes de una hectárea, para permitir que pudieran tener sus propios cultivos y animales.

Muchos tienen chanchos o gallinas, pero son menos los que han aprovechado esta extensión para crear una huerta familiar o viñedos.

El año pasado, un grupo de seis mujeres se reunió con la finalidad de tener un ingreso adicional. María Cristina Álvarez comentó que ya llevan un tiempo haciendo cosas juntas -como conservas, salsas o mermeladas- porque les resulta difícil salir a trabajar en las fincas de la zona cuando tienen hijos chicos. Por eso, decidió prestar una parte del predio detrás de su casa para armar un vivero.

Las vecinas presentaron un proyecto para conseguir financiamiento en la Nación que les permita levantar la estructura y equiparla, donde obtendrían semillas para comercializar. Pero mientras esperan la aprobación y el dinero ya han creado una pequeña chacra que cuidan entre todas y de la que obtienen verduras y hortalizas para sus familias.

Un lugar para los jóvenes

Cuando las mujeres cuentan sus historias, hay un relato que se repite: el de dónde están los hijos que crecieron, formaron sus familias y se fueron del lugar. Uno de los motivos es que en la zona sólo hay trabajo en las fincas, que varía mucho según la estación del año, y por eso en ciertas épocas hay que rebuscárselas con ocupaciones adicionales. La otra razón es que no hay viviendas para los nuevos grupos familiares.

La asociación vecinal está intentando conseguir un predio para que se construya un barrio de 20 casas para los jóvenes. El delegado municipal, Rubén Lucero, explicó que hay un terreno fiscal cercano, pero es nacional, por lo que están buscando otro en el distrito, para presentarse después en algún programa.

Fuente: Los Andes Online

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