Teletrabajo y oficina móvil
Una tendencia que crece entre la conveniencia y la necesidad
Comodidad y libertad son las principales ventajas. Falta de límites entre vida personal y profesional junto a cierta inestabilidad surgen como los grandes inconvenientes.
viernes, 14 de agosto de 2009
¿Es su sueño ir a trabajar en jogging y pantuflas? ¿Lo es también entrar a la hora que se despierta y parar para ver la tele? Si la respuesta es sí, quizá usted deba plantearse como proyecto lo que muchos mendocinos ya hicieron realidad: instalar el trabajo en casa. Hoy el teletrabajo es una tendencia que está dejando de ser excepción para ser regla en algunos ámbitos.
Comodidad e independencia es lo primero que señalan los que viven de esta forma como los mayores beneficios. Autogestión de trabajo, límites difusos en los horarios e inestabilidad laboral forman la contracara del emprendimiento.
Como en todos los ámbitos de la vida, éste también se regula con el equilibrio e influye directamente el tipo de tarea que se realiza. “Una vez tuve un trabajo en relación de dependencia y no me gustó, les pedía que me dejaran dibujar en mi casa. Ahora es así y tiene un montón de ventajas. Como el mío es un trabajo creativo necesito no tener la presión del jefe al lado”, explica Chanti, dibujante y humorista gráfico.
Su actividad lo lleva a concentrar en su casa el trabajo que realiza para varias publicaciones y eso es también un desafío: “Es más relajado, pero la desventaja es que tenés que organizarte bien. Si quiero me puedo ir a correr al Parque, pero depende del día me tendría que quedar hasta las 12 de la noche trabajando”.
Botón de muestra
Diego Maza (29) es diseñador industrial y creó, junto a algunos de sus compañeros de universidad, 3DS Diseño Industrial, una empresa dedicada a la innovación tecnología para el sector agrícola.
“Trabajo desde casa y parte del trabajo lo tercerizamos y así nos las arreglamos. Actualmente es lo único que hago y reconozco que ser independiente es duro, todo se hace a pulmón. Por un lado teníamos ideas para realizar, pero por el otro tampoco había tanto trabajo en nuestro sector, es un mix de muchas cosas”.
Mauro Albarelo (25), también es diseñador, pero gráfico y desde hace seis meses trabaja en su casa. “Antes trabajaba para una agencia, pero la dejé. Cambié por el tema de los horarios y por el ingreso económico. Trabajando así manejo mis horarios y trabajo directamente con los clientes. Además no respondo a los gustos de un jefe, sino que el trabajo sale como a mi me parece que me debe salir”, destaca Mauro.
Lanzarse no es fácil, y para muchos lo mejor es ir paso a paso. “En un primer momento trabajaba en la agencia y en mi casa y después me di cuenta de que agarrando un poco más de trabajos podía ganar lo mismo o más que en el otro laburo y lo dejé. Ahora estoy cómodo y a fin de mes los números cierran; algunas veces más y otras menos, pero cierran”, agrega Albarelo.
Sin embargo, no todos lo inician intencionalmente, sino que se topan con la oportunidad. Es el caso de Ernesto Castignani (32), quien es arquitecto y estuvo viviendo en España muchos años. Ahora volvió a Mendoza pero sigue trabajando para sus clientes en la Madre Patria. “Me quedaron unas obras por terminar y las sigo dirigiendo. También sigo haciendo trabajos en 3D para ellos”, explica. Su trabajo en casa surgió por necesidad pero ahora se plantea seguir con la modalidad.
“Lo que está bueno es que te podés manejar los horarios. Con la arquitectura vas de un lado para el otro y trabajar así no es una mala experiencia. Creo que si mis clientes españoles estuvieran de acuerdo podríamos seguir trabajando de esta forma. Eso sí habría limitaciones porque hay cosas que no puedo hacer a la distancia como las visitas a las obras, pero si puedo realizar maquetas y 3D”, dice Ernesto.
Duro de arrancar
Para todos, el problema es iniciar el emprendimiento. “Son opciones a puertas que estaban cerradas y aunque económicamente todavía no cierra apostamos a esto. Trabajo con mi hermano y nos ha costado mucho y hay que dedicarle exclusiva, aunque es compatible con otros laburos que no te demandan presencia”, afirma Sebastián Pérez D’Acuña (31), licenciado en Comunicación Social y responsable en Mendoza del sitio elmalbectv.com, el primer canal argentino del vino en Internet.
“Es un trabajo inestable, algo que en relación de dependencia no te pasa porque tenés un sueldo fijo y podés proyectar. Pero después vas a haciendo carrera y tenés la tranquilidad de que puedo vivir de esto”, opina Chanti.
Pero ¿se puede separar el horario de trabajo del tiempo libre? La mayoría coincide en que es una de las cosas que más cuesta. “Es medio complicado articular la vida personal y la laboral.
Intento levantarme, desayunar y cambiarme, hago de cuenta que estoy en la oficina. También intento salir al aire libre y trato de no tocar nada los fines de semana, pero es un poco difícil de controlar”, cuenta Mauro Albarelo.
Sin embargo, no todos lo manejan de la misma forma: “Para mí no hay fin de semana y no son distintos de los otros días. Como cobro por trabajo no tengo vacaciones ni licencia. Si me enfermo tengo que trabajar igual y no hago un trabajo en el que alguien me pueda reemplazar”, asegura Chanti.
Vivir sin tiempos parece un proyecto ideal para solteros, pero hay quienes le encuentran la vuelta: “Estoy casado y tengo un nene y a veces es un inconveniente porque no le dedico el tiempo suficiente a mi familia, pero también es una ayuda porque mi esposa hace algunas cosas en casa que tendría que hacer yo si estuviera solo”, señala Pérez D’Acuña. Claudio Barros - cbarros@losandes.com.ar
Los que eligen, se benefician
La profesional destaca que el perfil laboral y personal hace que algunos puedan trabajar de esa forma y alienta la iniciativa. "Son nuevas salidas laborales. Por ejemplo, algunas madres lo hacen por el cuidado de los hijos y otros lo hacen por la escasez de trabajo genuino. He visto gente que se queda sin trabajo y como es muy difícil volver a insertarse al mercado laboral tradicional empiezan a gestionarse el trabajo desde casa", explica Bautista.
Hacer las propias reglas laborales aunque parezcan excesivas o descontroladas son parte de la dinámica de este tipo de trabajo asegura la psicóloga. "Lo interesante es que se pueda tener una vida sana ejerciendo su libertad laboral porque así se logra ser feliz. Si es lo que se quiere, está bien. Pero si trabajar en casa te daña, recomiendo hacer esa tarea y al mismo tiempo seguir buscando una forma de insertarse en otro trabajo", concluye la psicóloga laboral.
La posibilidad de la tecnología
"Yo las notas que hago las subo desde mi casa con la notebook. Además con mi hermano en Buenos Aires tenemos un contacto únicamente por Skype (programa para hablar por teléfono vía Internet) y suprimimos los teléfonos tradicionales. Está bueno porque sólo hacés una pequeña inversión y tenés muchos beneficios", afirma el periodista Sebastián Pérez D'Acuña.
Invertir es la clave para salir al mundo laboral sin dejar el hogar. Parte del dinero que se destina en innovar tecnología sale en muchos casos del ahorro de otros gastos fijos. "Nos ahorramos el pago de alquiler, que es un costo fijo alto en muchas empresas, pero igual invertimos en otros insumos importantes como comunicación porque trabajamos con una empresa de Santa Fe", aclara Diego Maza.
Igualmente poseer un espacio propio es el sueño de muchos. "La idea es tener una oficina de atención al público, pero en Mendoza es caro así que será un proyecto de futuro", agrega el diseñador Mauro Albarelo.
Fuente: Los Andes Online
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