Imitando el efecto de las puertas giratorias, ex altos mandos del Ejército se han reconvertido en empresarios del sector del armamento.
Del uniforme militar a la chaqueta y corbata. Del alto mando del Ejército a la venta de armas. Éste es el retiro de oro que han conseguido algunos altos mandos militares españoles en los últimos tiempos. Tras el pase a la reserva ingresan en empresas dedicadas al negocio del armamento cuyo principal cliente es, precisamente, el Ejército español. Es el caso del ex almirante general Francisco Torrente Sánchez, presidente de la empresa Explosivos Alaveses –que antes se dedicaba a fabricar bombas de racimo y ahora está a cargo de su destrucción–, del ex jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Carlos Villar Turrau, actual vicepresidente de estrategia de negocios de la empresa General Dynamic Santa Bárbara Sistemas (GDSBS), y del ex jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante general Sebastián Zaragoza Soto, asesor comercial para exportaciones de la empresa naval militar Navantia, de titularidad pública. ¿Qué buscan estas empresas con este tipo de fichajes? “Contactos, relaciones, influencias, capacidad de mediatizar”, responde José Luis Pitarch, comandante de caballería en la reserva y profesor de la Universitat de València. “Poniendo al frente de estas empresas a un militar afín, bien remunerado y acechado por el temeroso retiro, tienen su lealtad asegurada a prueba de bombas”, sostiene un suboficial del Ejército que prefiere guardar el anonimato. “Conocen secretos, los cuales pueden usarse al servicio de la empresa contratante. Igualmente, pagar favores al contratado, por los que éste hizo a la empresa desde sus anteriores puestos”, añade Pitarch.
A título de ejemplo, la empresa Explosivos Alaveses SA tiene como presidente al ex almirante general Francisco Torrente Sánchez (ex número dos de Defensa) y como administrador consejero a Jesús del Olmo Pastor, ex secretario general del CESID (los antiguos servicios secretos españoles), que fue acusado por el PP e IU de ser un “peón” del entonces gobierno de Felipe González “para encubrir los trapos sucios de los servicios secretos”. Por su parte, el almirante general Zaragoza Soto presidió la sección española del Comité Permanente Hispano-Norteamericano durante la espinosa etapa de los vuelos ilegales de la CIA en España. Más tarde Zaragoza Soto, que está en posesión de la medalla OTAN, sería fichado por la empresa pública militar Navantia.
El camino que han recorrido estos ex altos mandos militares hacia la empresa privada no ha sentado bien a algunos de sus antiguos compañeros. Tras ingresar el ex jefe del Ejército de Tierra, Villar Turrau, en la empresa GDSBS, el coronel en la reserva Antonio J. Candil Muñoz lo tildó de “sinvergüenza, inmoral y traidor”. Un suboficial del Ejército lo expresa de esta forma: “Nuestros mandos nos bombardean toda nuestra vida castrense con el consabido espíritu militar y resulta que ellos no lo tenían, que en realidad eran empresarios frustrados”. Para algunos militares descontentos, a la cuestión puramente económica se añade la operatividad y la seguridad del propio Ejército. La misma fuente asegura a DIAGONAL que “fomentando que algún avispado de la cúpula militar beneficie a empresas que el día de su pase a la reserva lo acojan en su consejo de dirección, se está despreciando a otras empresas cuyos contratos sí mejorarían la operatividad de nuestras unidades y la seguridad de nuestros militares”. Este suboficial afirma que “en más de un destino he podido observar como el general firmaba una orden de compra de determinado material a una empresa en la que él mismo trabajaba; allí recibía el pedido, no como militar sino como empresario”. Y concluye con sorna: “Mi general firmaba ‘cómprese’ por la mañana vestido con estrellas y por la tarde firmaba ‘véndase’ vestido ya de Armani”.
SEBASTIÁN ZARAGOZA SOTO // EL EX JEFE DE LA MARINA FICHA POR NAVANTIA SA
Antes de ser contratado como asesor comercial para exportaciones por la empresa naval militar Navantia SA, el ex jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante general retirado Sebastián Zaragoza Soto tuvo que cesar a petición propia de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, una institución creada por Fernando VII en 1814 formada actualmente por los generales de cuatro estrellas cesados que han ocupado ciertos puestos de máximo nivel, como jefes del Estado Mayor de la Defensa. El Ministerio de Defensa ratificó su cese y tres días más tarde publicaba una resolución nombrando a Zaragoza Soto director responsable de la asesoría para la exportación naval militar de la empresa pública Navantia. Para ello, dicha resolución aprobó el pase a los “servicios especiales” del ex jefe de la Marina que se encontraba en la reserva.
Nacido en San Fernando (Cádiz) en 1945, el almirante Zaragoza Soto ingresó en la Armada en 1962 y estuvo destinado siete años en destructores, dos años en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano y dos años en el Estado Mayor del Grupo de Combate embarcado en el portaaeronaves Dédalo. Zaragoza Soto fue el primer oficial español destinado en la Oficina de Enlace del Comandante en Jefe de las Fuerzas Aliadas en Europa Meridional en Nápoles durante tres años y también ejerció como jefe de Planes del Estado Mayor de la Defensa, jefe de Gabinete del Director General de Política de Defensa, jefe de la División de Planes del Estado Mayor de la Armada y presidente de la sección española del Comité Permanente Hispano- Norteamericano, el órgano encargado de estudiar y resolver las cuestiones relativas a la interpretación y aplicación del Convenio de Cooperación para la Defensa entre España y Estados Unidos. Precisamente su etapa como presidente de la sección española del Comité Permanente Hispano-Norteamericano coincidió con los vuelos ilegales de la CIA en España. El 30 de abril de 2004 fue ascendido a almirante general y nombrado jefe del Estado Mayor de la Armada. La oferta de Navantia SA incluye fragatas, submarinos, corbetas, buques de proyección estratégica, portaaviones, buques anfibios, cazaminas y destructores, así como sistemas de combate, comunicaciones, direcciones de tiro y sistemas de armas. Zaragoza Soto, que está en posesión de la medalla OTAN, llega a una empresa que obtuvo en 2007 unos ingresos de 1.299.422.000 euros.
CARLOS VILLAR TURRAU // EX JEFE DEL EJÉRCITO DE TIERRA FICHA POR UNA DE LAS LÍDERES DEL SECTOR
“Anticiparse a las futuras necesidades de material de Defensa” de las Fuerzas Armadas españolas y extranjeras. Ése es el objetivo que se propuso la empresa General Dynamic Santa Bárbara Sistemas (GDSBS) con el fichaje del ex jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Carlos Villar Turrau, como vicepresidente de estrategia de negocios. Santa Bárbara Sistemas fue constituida en 1959, al reagruparse varias fábricas de armas y municiones del Ministerio de Defensa. En 2001 la empresa española se integró en el Grupo de Sistemas de Combate de General Dynamics, una de las principales firmas norteamericanas de la industria de guerra. La empresa en la que ahora está asalariado el ex jefe del Ejército de Tierra cuenta con un capital social de 20 millones de euros y obtuvo unos ingresos en 2007 de 494.373.000 euros.
Incompatibilidades
Según el Ministerio de Defensa, Villar Turrau estuvo destinado en la Brigada Paracaidista (1968-1980), fue encargado de la División de Logística en el Estado Mayor del Ejército (1985-1989) y jefe del Regimiento de Transmisiones Estratégicas (1995-1997). Villar Turrau, licenciado en Ciencias Económicas, trabajó en la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército (1997- 1998) y presidió el Grupo de Estudios sobre las Fuerzas Armadas profesionales (1998-1999). Entre 2001 y 2006 ocupó el cargo de director general de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, el órgano ministerial que se ocupa de la política de armamento, es decir, de decidir si contratan o no a empresas como la que ahora le acoge en su seno. Villar Turrau tuvo un papel relevante en la creación de la Agencia Europea de Defensa y desarrolló su actividad en la Research and Technology Organization, una rama de la OTAN para la cooperación tecnológica entre los países miembros. Poco después del nombramiento de Villar Turrau como vicepresidente de estrategia de negocios de GDSBS, el coronel en la reserva Antonio J. Candil Muñoz, antiguo director del programa de carros de combate Leopard, le dedicó duras palabras en un par de comentarios firmados en El Alijar, un blog de información militar de referencia. “No guardan nada, ni confidencialidad ni transparencia ni honor ni nada... Supongo que ahora entendemos muchas cosas. Sólo tengo un calificativo triple para el vicepresidente de Estrategia de GDSBS, señor Villar Turrau: sinvergüenza, inmoral y traidor”, soltó Candil en unos comentarios muy polémicos, más tarde eliminados del blog pero recogidos por Europa Press. Además también afirmó que el general Villar Turrau “no resolvía nunca nada que pudiera ir en contra de la empresa”, en referencia a GDSBS. El mismo blog se refería recientemente al polémico nombramiento y a su posible incompatibilidad: “Dicha incorporación parecía contravenir claramente la Ley 5/2006 de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado. Desgraciadamente, hasta casi tres años después de la aprobación de aquella ley, no se aprobó el reglamento que la desarrollaba, lo cual propició el asunto”. Y concluye: “Si ese reglamento se hubiese aprobado sólo unos meses antes, dicha incorporación hubiese sido probablemente imposible hasta dentro de algún tiempo”.
FRANCISCO TORRENTE SÁNCHEZ // EX ALMIRANTE GENERAL Y PRESIDENTE DE EXPAL
Fue asesor de siete ministros de Defensa, tanto del PSOE como del PP, y llegó a ser el número dos del Ministerio. Pero prefirió pasar del Ejército a la empresa privada. Y no cualquier empresa privada. Es presidente de Explosivos Alaveses SA, que hasta hace poco se enriquecía con la fabricación de bombas de racimo. Ahora en vez de fabricar bombas de racimo las destruye a petición del Ministerio de Defensa. Así se resume la trayectoria del almirante general Francisco José Torrente Sánchez (Ferrol, 1940). Ingresó en la Escuela Naval Militar en 1956. De la jefatura de la Sección de Planes y Programas Logísticos del Estado Mayor de la Armada pasó a ser subdirector general de Estudios y Planes de la Dirección General del Servicio Militar y subdirector de Mantenimiento de la Dirección de Construcciones Navales Militares de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada. Antes de ser nombrado Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada en 2000, fue director general de Política de Defensa y director del Gabinete Técnico del ministro de Defensa. En 2004 fue nombrado secretario general de Política de Defensa, el segundo puesto más importante en el Ministerio. Según el diario El País, Torrente Sánchez era conocedor de los vuelos ilegales de la CIA en España con Federico Trillo de ministro.
Como director general de política de defensa, Torrente Sánchez suspendió los hasta entonces habituales contratos con líneas aéreas comerciales para el traslado de tropas españolas e inició la contratación de aviones comerciales de fabricación rusa con Namsa (una agencia de la OTAN), que según señala una fuente militar “subcontrató a otra y luego a otra y así varias veces hasta llegar a los piratas aéreos del Yak 42 donde se perdió, aparte de la vida de 62 militares españoles, el 75% del dinero que salió inicialmente para este concepto”. A pesar de ello, Torrente Sánchez continuó su meteórica carrera salvándose de la depuración de la cúpula militar producida a la llegada del PSOE en 2004, año en que fue nombrado número dos del Ministerio de Defensa. En 2007 solicitó su sustitución “por motivos personales”. Actualmente preside Explosivos Alaveses SA, la cuarta empresa mundial en fabricación de explosivos y munición avanzada, que tuvo unos ingresos en 2008 de 59.325.000 euros.
Bombas de racimo
Junto a Torrente Sánchez figuran en esta compañía José Manuel Romero Moreno (asesor jurídico de la Casa Real desde 1993) como administrador y Ángel Mullor Parrondo (ex consejero delegado de Iberia encargado de la privatización de la compañía) como administrador consejero. Jesús del Olmo Pastor, el último secretario general del CESID (los servicios secretos españoles, actualmente CNI) durante la etapa de Felipe González en el Gobierno, fue nombrado administrador consejero de Explosivos Alaveses SA el 17 de noviembre de 2006. Del Olmo Pastor sustituyó en 1995 al general Manglano al frente de los servicios secretos españoles tras la dimisión de éste por las escuchas ilegales del CESID. Según el diario El Mundo, “la oposición de entonces, PP e IU, acusó en repetidas ocasiones a Manglano y a Del Olmo de ser peones del Gobierno socialista para encubrir los trapos sucios de los servicios secretos”. Tras ser ascendido a general (un nombramiento más tarde anulado por una sentencia del Tribunal Supremo) y ser destituido en 1996 por el PP, Del Olmo Pastor solicitó el pase a la reserva para dedicarse a la empresa privada.
EXPAL era, junto a la empresa Instalaza SA ver DIAGONAL nº 80, la principal fabricante de bombas de racimo en el Estado español. Tras la ratificación parlamentaria de la Convención de prohibición de fabricación y uso de bombas de racimo aprobado en Dublin, el Ministerio de Defensa encargó a Fabricaciones Extremeñas SA, perteneciente a EXPAL, el desmontaje y eliminación de alrededor de 6.000 bombas y granadas de mortero en las instalaciones de la empresa El Gordo (Cáceres) con un coste cercano a los cinco millones de euros. La misma empresa que engordaba sus bolsillos fabricando bombas de racimo ahora los engorda destruyéndolas. El almirante general Francisco Torrente Sánchez fue nombrado el pasado marzo presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Armamento y Material de Defensa y Seguridad, la patronal española de los fabricantes de armamento que cuenta con 36 empresas del sector asociadas en la actualidad.
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