miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mendoza perdió el 13% de bosques nativos

En 9 años se incendiaron 2 millones de hectáreas. Alvear es el más afectado.

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El Totoral, en Las Heras. Este lugar ardió hasta la madrugada del sábado debido a que un productor de ganado menor quiso renovar pasturas.

En los últimos 9 años, Mendoza ha perdido más de 2 millones de hectáreas de monte nativo a consecuencia de los incendios forestales.

Esto corresponde a 13% de la superficie total de la provincia, dentro de la cual el departamento más afectado es General Alvear. Allí se ha quemado el 71% del territorio.

El impacto sobre la flora y la fauna que vive en esos ecosistemas y las pérdidas para las economías regionales, sobre todo en la ganadería, son incalculables.

El Plan de Control de Fuego calcula a diario un índice meteorológico de peligro para incendios. Este índice ha indicado alto riesgo para Mendoza, Malargüe, San Martín, San Rafael y General Alvear.

Por este motivo, desde la Secretaría de Ambiente solicitaron a campistas y productores que no hagan fogatas por ningún motivo y a la par que recordaron que hacer fuego está penado por la ley 6.099.

Guillermo Ferrari, jefe de Incendios Forestales de Mendoza, indicó que "siempre empezamos las tareas de combate del fuego el 1 de octubre pero este año tuvimos que adelantarnos debido a las altas temperaturas registradas para la época y que todo está muy seco".

Y añadió: "Justamente ayer hemos estado combatiendo hasta las 4 de la madrugada un incendio intencional para renovar pasturas detrás de Minetti en Las Heras".

La sequía es tan acentuada que según los registros en las estaciones de control ambiental de La Payunia y Ñacuñán desde enero hasta la fecha sólo llovieron 36 milímetros, cuando lo normal para la temporada son 250mm.

El otro problema que aumenta las probabilidades de fuego son las tormentas eléctricas que podrían sucederse entre noviembre y febrero.

Según Ferrari, "hay dos clases de fuego: el que realizan los campistas al pie de la cordillera para calentar agua y se le va un chispa, ése se puede prevenir. Y el que provocan los rayos de una tormenta eléctrica; contra este tipo de fuego, no hay prevención posible. Lo único que se puede hacer es combatirlo. Para esto vamos a sumar a 45 brigadistas en total para trabajar durante esta temporada, contando a los guardaparques de las áreas protegidas".

Prevención

Las medidas de prevención tomadas hasta el momento tienen que ver con el control de focos puntuales, las inspecciones sobre las solicitudes de algunos productores para realizar quemas de limpieza y el pedido a los trabajadores rurales para que caven las picadas contra fuego. Más recientemente, la construcción de una pista de aterrizaje en Monte Comán, San Rafael, destinada a los aviones hidrantes.

Según Ferrari, "desde el lunes pasado se han desmontado 800 hectáreas para hacer esta pista, con la idea de tener un lugar de aterrizaje, además del que ya funciona en La Puntilla".

Cada período de riesgo, desde la Secretaría de Ambiente de la Nación son enviados aviones hidrantes para combatir el fuego, pero este año la asistencia podría demorar de mantenerse los incendios en Córdoba y San Luis.

En este contexto, la prevención y tareas de combate focalizado son la mejor herramienta disponible.

Cómo se calcula este riesgo

Los indicadores por calcular son el de humedad del combustible fino (hierbas ) identificado como FFMC, por sus siglas en inglés, el de mantillo (DMC) y el de sequía (DC).

Es decir que se calcula un indicador para cada tipo de vegetación (hierbas, arbustos y árboles) en función de las variables meteorológicas que los afectan. Por ejemplo, en los arbustos y árboles tienen mucha importancia las precipitaciones y no tanto el viento y la humedad atmosférica.

A partir de estos códigos se calcula primero el índice de propagación inicial (ISI), basado en el código de humedad del combustible fino, que indica situaciones críticas de velocidad de propagación.

Luego se calcula el índice de carga disponible (BUI), basado en código de mantillo (arbustos) y de sequía (árboles), y que indica la cantidad de vegetación de tamaño medio y grueso que puede ser combustible para el fuego.

A partir de ambos indicadores se calcula el Ííndice meteorológico de peligro (FWI), que indica la potencial intensidad del fuego.

Este índice se renueva todos los días a las 12, lo que permite conocer cómo se comportará el incendio y decidir las acciones de ataque.

Impacto en la ganadería

Además de aumentar el 100porciento las probabilidades de fuego, la sequía repercute sobre la actividad ganadera.

Daniel Rodríguez, de la Sociedad Rural de San Rafael, comentó que "los productores ganaderos están mal vendiendo sus cabezas porque no tienen pasturas. Los pocos fardos de pastos ya no son suficientes y deben desprenderse de los animales para evitar que se mueran".

En este sentido, Guillermo Ferrari indicó que "no les podemos pedir a los productores que se dediquen a hacer las picadas contra el fuego mientras su capital de trabajo se muere. Ellos están trasladando su ganado a otros lugares. Otros hacen fuego para obligar un rebrote del pasto, pero aunque tengan experiencia, el fuego se puede descontrolar".

A la vez, recordó que los productores para quemar deben pedir permiso a la Secretaría de Ambiente, quien debe decidir si la quema es justificada o no.

Rodríguez por su parte aseguró que "muchos incendios se inician en fincas abandonadas, y esto es lo que hace que el fuego llegue a los oasis productivos. De todos modos, si alguien hace un fuego de forma indebida, hay que denunciarlo".

Fuente: diariouno.com.ar

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