Blanco móvil
Un humedal que atesora vida, sin protección
Camino a Lagunas del Rosario, florecen los Bañados del Tulumaya, ambiente que en los últimos años comenzó a albergar aves que perdieron su lugar en las Lagunas de Guanacache, hoy secas. Ecologistas, el Iadiza y otros defensores de la naturaleza demandan atención oficial para el valioso sitio.
viernes, 16 de octubre de 2009
Los promesantes que el fin de semana pasado viajaron al pintoresco paraje de Lagunas de Rosario, en el norte de Lavalle, muy cerca del límite con San Juan, se sorprendieron con un ambiente hídrico hermoso, a los costados del camino Los Huarpes, a poco de abandonar la cinta asfáltica de la ruta Nacional 40 y enfilar hacia el este.
Nos referimos a los mendocinos que aman la naturaleza y que son conscientes de que vivimos en una zona donde la cruzada contra la desertificación y la contaminación debe ser una actitud diaria. Porque no faltarán quienes, indiferentes, no tomaron debida cuenta del especial espectáculo que conforman el paisaje de los Bañados del Tulumaya, los que han cobrado vida activa desde hace tres o cuatro años.
A poco de avanzar por el enripiado que conduce al pueblito que venera a la Virgen del Rosario, aparece a los costados un ambiente de agua y verde y una avifauna que emociona y entona el ánimo, ya que antes de ese entorno -y sobrepasándolo también- la naturaleza se presenta monocorde, con su clásica aridez, con vegetación achaparrada sedienta de lluvias.
Allí, como dijimos, sorprende ver al ganado, especialmente vacuno, pastando y bebiendo de la corriente que drena con lenta monotonía, mientras diversas colonias de aves -serían 100 las especies detectadas en el lugar- revolotean sobre el humedal.
Inclusive en esta temporada, el fotógrafo de la naturaleza Francisco Lucero ha detectado la presencia de pájaros que no se veían antes por la zona, como son la gallineta overa (foto) y el cuervillo caripelada. Estas aves encuentran en este hábitat un refugio final en sustitución de las antiguas Lagunas de Guanacache, que en este momento están secas. El descubrimiento ha sido convalidado y registrado por la experimentada ornitóloga Elba Pescetti.
La Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR), organismo que brega contra la deforestación y la pérdida de riquezas naturales, debería declarar al lugar como sitio protegido y destacar allí a uno o dos guardaparques, con la misión de proteger un espacio natural de mucha significación. También el caso le interesa al municipio de Lavalle, que podría hacer su aporte al respecto.
Por otra parte, no hace falta abundar en los beneficios sociales, económicos y ambientales que los humedales reportan a las comunidades humanas. Por eso, desde esta columna, adherimos a la intención del Iadiza, institución pionera en la conservación de los recursos naturales de los mendocinos, para que de inmediato se dicten medidas de protección y conservación de los Bañados del Tulumaya. Por ahora, se está a tiempo, es posible actuar; más adelante, sólo quedará lamentarse de lo no hecho. Miguel Tìtiro / De nuestra Redacción (mtitiro@losandes.com.ar)
Fuente: Los Andes Online


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