martes, 29 de diciembre de 2009

Para aprovechar el agua

Plantas nativas

Expertos explican las ventajas de la xerojardinería, o jardinería de zonas áridas, que utiliza especies nativas o exóticas adaptadas a nuestro clima, que requieren escaso riego.

martes, 29 de diciembre de 2009

Plantas nativas

El jardín es una presencia cultural. Para la gran mayoría de las personas una casa sin plantas son paredes muertas. Sin embargo, esta visión que ronda nuestras cabezas está influida por modelos de jardín que se corresponden con otras latitudes, con otras realidades ambientales, que incluyen la provisión de agua.

Pero vivir en un clima desértico no implica abandonar esa idea de vivienda y jardín, aunque con algunas variantes más adaptadas a nuestra obligación de cuidar el líquido elemento. Para eso existe lo que se conoce como Xerojadinería, o jardinería de zonas áridas, usando especies nativas o exóticas adaptadas a nuestro clima, que requieren escaso riego.

A veces pareciera que el mendocino hubiera perdido noción de que vivimos en un desierto. No solemos recordar que sólo alrededor del 3% del total de la superficie de nuestra provincia está cultivada (es decir, bajo riego). Este dato es un fantasma que sobrevuela amenazante nuestro futuro. Por este motivo, cuidar el agua y sostener el confort ambiental no es un latiguillo snob o políticamente correcto, sino que es un imperativo para nuestra subsistencia.

Sabiamente, nuestros abuelos pensaron un dibujo urbanístico de Mendoza que se completó con árboles justamente para poder sobrellevar la vida en el desierto, puesto que las frondosas copas constituían y constituyen un poderoso escudo contra los rayos solares, lo que disminuye las temperaturas al nivel del suelo.

Sin embargo, este dibujo puede completarse con jardines sembrados con especies adaptadas a nuestro clima, que implican menor costo de mantenimiento y de riego, sobre todo en aquellos lugares en los que éste último se realiza con agua potable, un recurso muy escaso.

De hecho, hay espacios en los que se apostó por este tipo de cuadros ornamentales. Quizá los mas conocidos sean los desarrollados en Bodegas Salentein y los complementos diseñados en la Avenida Champagnat (aparte de las palmeras), bajo el asesoramiento del equipo de Xerojardinería del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza - Conicet - Centro Científico Tecnológico Mendoza - ex Cricyt).

Menos riego y cuidados

Al respecto, los investigadores del equipo, Antonio Dalmasso y Roberto Candia, señalan que la diferencia en uso de agua es notablemente inferior, alcanzando un tercio de los requerimientos en especies exóticas.

Si calculamos que las precipitaciones anuales en nuestra provincia rondan los 2000 metros cúbicos por hectárea; en el caso de jardines tradicionales, a este aporte del cielo se le debe agregar alrededor de 5000 metros cúbicos por hectárea por año, mientras que a un jardín de especies nativas, con regar unos 100 metros cúbicos por hectárea, alcanza para sostenerlo.

En este sentido, jardines públicos y privados podrían implantarse con especies que no demanden tanto riego y que cumplan los fines ornamentales, al tiempo de constituir un memorial del desierto. "El paisajismo sustentable se conecta con el medio natural y los requerimientos energéticos tienen a ser semejantes y con mínima intervención", dicen Dalmasso y Candia.

El mantenimiento de los xerojardines es similar al que requieren los jardines tradicionales: labores como desmalezado, tratamientos sanitarios, riegos eventuales localizados y regulados, remoción de suelo, poda de formación y ornamental, son tareas comunes. Sin embargo, en el caso de las especies nativas, se trata de cuidados mucho menos frecuentes.

Una de las principales labores culturales es el desmalezado, dado que nuestra flora es muy sensible a la competencia de otras especies exóticas, mucho mas invasoras del terreno. En general, el desmalezado se localiza fundamentalmente en los sitios más húmedos del jardín, como las depresiones acumulan agua de riego.

Es por esto que no se recomienda el riego frecuente en este tipo de jardinería, dado que el agua genera las condiciones para el surgimiento de especies exóticas.

Dalmasso y Candia sostienen que es posible mezclar los dos tipos de jardines (con especies exóticas y nativas), aunque en cuadros separados por una línea de piedras, en las que el riego sea diferenciado. En el caso de las nativas, los riegos se deben realizar en intervalos con sequía, particularmente en las primaveras, para lograr un reverdecimiento temprano. Daniel Perlata Especial para estilo

La flora de Mendoza y San Juan

Si bien hay varios libros de flora nativa mendocina, no existe una compilación completa de especies.

Sin embargo el material existente es bastante amplio y se puede completar con la tarea que lleva adelante desde hace 20 años Roberto Kiesling, un doctor en Ciencias Naturales que también revista en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza - Conicet).

Kiesling ha explorado y solicitado la colaboración de especialistas de todo el país para realizar la obra Flora de San Juan, de la cuál se acaba de editar el cuarto tomo. Si bien, hay algunas diferencias, buena parte de la flora mendocina es compartida con la vecina provincia.

Respecto de las diferencias, explica Kiesling que en San Juan se "cuelan" con mayor notoriedad especies propias del Norte, mientras que en la zona del Valle Fértil existe presencia de especies propias del Bosque Chaqueño; mientras que en Mendoza existe alguna expansión de especies propias de la zona patagónica, un avance como una especie de cuña que viene desde el sur, con presencia en el norte de la provincia, en las alturas del macizo andino, en busca de temperaturas y condiciones de suelo similares para sobrevivir.

Kiesling es especialista en cactus. Explica que en Mendoza se encuentran alrededor de 35 especies de cactus, mientras que en San Juan pueden encontrarse 40 (algunas más por la presencia de especies de la Puna) y 200 en todo el país. Sin embargo, estas especies de cactus son poco conocidas por los mendocinos, puesto que los viveros no los comercializan. La mayoría de los que podemos comprar provienen de México.

Para el cuidado de los cactus, Kiesling recomienda usar espacios elevados de los jardines, en los que el agua de riego escurra, debido a la baja necesidad de agua de estas especies. Además, sugiere que no se los plante al rayo del sol, sino que estén protegidos por algún arbusto más alto o algún árbol.

Especies

Este listado de especies de posible utilización es incompleto. Es apenas una sugerencia que incluye:

Pastizales
coirón (Stipa spp)
coirón blanco (Stipa vaginata)
coirón delgado (Nassella tenuísima)
paja blanca (Stipa Ichu)
flechilla (Stipa tenuis)

Arbustos
zampa (Atriplex lampa - una planta que refleja luz en horas nocturnas por sales cristalizadas en sus hojas)
olivillo (Hyalis argentea)
monte de perdiz (Margyricapus pinnatus)
mal de ojo (Caesalpinia gilliesii)
monte negro (Trycicla spinosa)
romerillo (Senecio subulatus)
jarilla macho (Zuccagnia punctata)
molle (Schinus fasciculata)

Cactus
Dos variedades de quiscos (Trichocereus candicans y Echinopsis leucantha)

Flores
mirasolillo (Verbesina encelioides)
esferalcea rosada (Sphaeralcea mendocina)
lecanofora (Lecanophora heterophylla)
malvisco (Sphaeralcea miniata)
melosilla (Grindelia pulchella)
melosa (Grindelia chilensis)

Fuente: Los Andes Online

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