Ciencia y calidad de vida
El color de los dinosaurios
No se trata de Jurassic Park ni de Avatar. Nada que ver con las películas de ficción, sino con la realidad científica: a partir de estos días los investigadores han descubierto los colores ciertos de los animales prehistóricos.
domingo, 14 de febrero de 2010
Hasta el mes pasado, los paleontólogos no podían ofrecer una sola prueba clara sobre el color de los dinosaurios. Después, algunos investigadores suministraron evidencia de que un dinosaurio conocido como Sinosauropteryx tenía una cola rayada en tonos rojizo y blanco.
Y ahora, un equipo de paleontólogos acaba de publicar un retrato de cuerpo completo de otro dinosaurio, con asombroso plumaje que habría sido el deleite de John James Audobon, el gran pintor de aves.
“Esto es ciencia real, no Avatar”, dice Richard O. Prum, biólogo evolutivo en la Universidad de Yale y coautor del nuevo estudio, publicado en la revista Science.
Prum y sus colegas aprovecharon el hecho de que las plumas contienen sacos cargados de pigmento conocidos como melanosomas. En 2009, ellos demostraron que los melanosomas sobrevivían durante millones de años en plumas de aves fósiles. La forma y disposición de los melanosomas contribuyen a producir el color de las plumas, así que los científicos fueron capaces de extraer pistas sobre el color de plumas fósiles tan sólo a partir de sus melanosomas.
Ese descubrimiento impulsó a científicos británicos y chinos a examinar fósiles de dinosaurios que están cubiertos de estructuras similares a plumas. Por ejemplo, la especie Sinosauropteryx -de 125 millones de años de antigüedad- tiene cerdas en su piel, y los científicos encontraron melanosomas en las cerdas de la cola.
Este descubrimiento, que los investigadores reportaron la semana pasada en la revista Nature, respalda investigaciones en las cuales se demuestra que las aves son dinosaurios, descendientes de un grupo de dinosaurios bípedos conocidos como terópodos.
En el ínterin, Prum y sus colegas se habían embarcado en una búsqueda similar. “Nosotros teníamos un sueño: colorear un dinosaurio”, nos cuenta Jakob Vinther, estudiante de posgrado en Yale.
Los investigadores, en colaboración con paleontólogos del Museo de Historia Natural de Pekín y la Universidad de Pekín, empezaron a estudiar una especie de 150 millones de años de antigüedad conocida como Anchiornis huxleyi. El terópodo, del tamaño de una gallina, presentaba adornos de largas plumas en sus extremidades.
Los investigadores removieron 29 fragmentos de todo el cuerpo del dinosaurio, cada uno del tamaño de una semilla de amapola. Vinther los puso bajo el microscopio y descubrió melanosomas.
A fin de averiguar los colores de las plumas del Anchiornis, Vinther y sus colegas recurrieron a Matthew Shawkey, biólogo de la Universidad de Akron que ha hecho detallados estudios de patrones de melanosoma en aves vivas. Shawkey puede predecir con exactitud el color de las plumas usando tan sólo los melanosomas.
Los científicos usaron el mismo método para descifrar el patrón de color del Anchiornis. El Anchiornis tenía una corona de plumas rojizas rodeando a otras grises, y su cara tenía motas rojizas y negras. Su cuerpo era gris oscuro, pero las plumas de sus extremidades eran blancas con puntas negras.
Dado el pleno detalle de los hallazgos, sostiene Prum, “era como escribir la primera anotación de una guía de campo del jurásico sobre dinosaurios emplumados”.
Luis M. Chiappe, paleontólogo del Museo de Historia Natural del Condado de Los Angeles que no estuvo involucrado en la investigación, elogió el rigor y detalle del nuevo estudio: “Para un científico especializado en dinosaurios, esto es como el nacimiento de la televisión a color”, dijo.
El patrón de color del Anchiornis evoca a las aves vivas. Una raza de gallina llamada Silver Spangled Hamburg (Hamburgo de rayas plateadas), por ejemplo, tiene plumas blancas en el ala con la punta negra. Prum especuló que el estudio de estas gallinas pudiera permitir a los científicos determinar las mutaciones específicas que dieron origen a las plumas del Anchiornis.
El patrón de colores del Anchiornis era tan extravagante que los científicos confían en que cumplía algún tipo de función visual. “Definitivamente lo era para pavonearse”, notó Vinther. Algunas características, como la cresta, pudieran haberle permitido atraer parejas a este dinosaurio.
Sin embargo, las plumas blanco y negro en sus extremidades debieran haberle ayudado al Anchiornis a escapar de sus depredadores. Diversos animales vivos como las cebras usan patrones similares de color para confundir a depredadores y de esta forma, escapar corriendo.
Los investigadores anticipan muchas más sorpresas a medida que los científicos estudien otros fósiles de dinosaurios.
“Ahora podemos abrir un gran capítulo sobre la biología de los dinosaurios”, concluyó Vinther.
Fuente: Los Andes Online


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