miércoles, 17 de marzo de 2010

Opinión

La defensa nacional y el Bicentenario

El autor propone discutir el papel de las Fuerzas Armadas en una sociedad democrática, y particularmente en los países emergentes, como hoy lo están haciendo Brasil o Chile.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La defensa nacional y el Bicentenario


La proximidad del Bicentenario obliga a realizar un balance de los grandes temas que ocupan a la República.

La defensa nacional es una razón de Estado, un tema importante que se debe incluir en la agenda del Bicentenario; consecuentemente, plantearse cómo debería actuarse para resguardar los intereses nacionales de manera efectiva y creíble, en el corto, mediano y largo plazo, con políticas de Estado que le den continuidad en el tiempo.

La defensa nacional contribuye a la esencia de la vida y desarrollo de los pueblos, por lo tanto es prioritario abordarla. Así se percibe actualmente en los conflictos en desarrollo o potenciales En todos los países que integran el "Primer Mundo" o que se encuentran en "vías de desarrollo" el tema de la defensa ocupa el lugar de una política de Estado.

La actitud de incrementar el poder militar, enunciado en términos estratégicos, que llevan a cabo potencias mundiales y regionales impone necesariamente preguntarse por qué y para qué implementan estas políticas de reequipamiento.

No hacerlo representaría una falta de previsión y visión estratégica como Nación, conduciendo a legar graves problemas a las generaciones futuras, hasta hipotecar el destino como Nación.

Estamos percibiendo que algunos países continúan actualizándose y reequipándose militarmente. Anuncia el diputado oficialista brasileño de la Comisión de Defensa de la Cámara baja José Genoíno, en relación a los últimos acuerdos firmados con Francia, que "ninguna decisión se toma sin querer".

Brasil representa el 50% del total de gastos militares en la región, sin embargo sigue siendo bajo en proporción al PBI de Chile, que ronda el 4%. Creemos advertir la lícita necesidad que los motiva a adoptar estas políticas de Estado, en resguardo de su soberanía e intereses, en algunos casos incursionando en el ámbito nuclear, con la adquisición e intercambio de tecnología y conocimientos.

La defensa nacional es un tema complejo e interdisciplinario, que no sólo debe tener en cuenta el pensamiento y opinión de expertos civiles, sino que es importante también el aporte de los expertos hombres de armas.

La defensa nacional tiene por objetivo asegurar la soberanía heredada del antiguo Virreinato del Río de la Plata, y no estamos muy seguros que sea un hecho concluido o que grandes espacios territoriales se internacionalicen como reservas para la humanidad. Las pretendidas titularidades, Argentina es una de ellas, sobre la Antártida han evolucionado en términos de "soberanías teóricas" para la geopolítica mundial.

Tenemos ejemplos de conflictos no muy lejanos en el tiempo de lo que venimos afirmando respecto a soberanías territoriales que se han rediseñado y algunos sostienen que la sumatoria de estos hechos ha producido más muertes que la Segunda Guerra Mundial, a pesar de ser guerras localizadas.

Cada vez más el mundo percibe con mayor preocupación la necesidad de contar con recursos naturales, energéticos y alimentos. Existen países privilegiados con espacios vacíos e inmensos recursos que no pueden desconocer esta afortunada y comprometida realidad.

Ante este escenario, no deberíamos desechar un supuesto, por ahora improbable: el replanteo estratégico de las potencias ante la escasez de recursos y alimentos, priorizando sus intereses por sobre los demás.

Los países en su devenir histórico se movilizan por intereses y no por sentimientos. Esta situación de configurarse a futuro, tendrá como destinatarios a quienes hayan desaprovechado y desoído el desafío de la historia. Aquellos que los encuentre alerta y preparados, difícilmente sean molestados.

Los países comunican hoy al mundo que sus estrategias políticas- militares son de defensa, sean nucleares o convencionales, regionales o mundiales. Todas conllevan la condición disuasiva. Esto no es un hecho menor que se sustenta per se y en su sola enunciación.

Como estrategias político-militares se apoyan en requisitos indispensables, capacidad, adecuado personal y material bélico, credibilidad, firme determinación de usarlos si es amenazado y comunicación, o sea notificar esta intención cuando los intereses soberanos estén en riesgo.

La doctrina, adquisición, reequipamiento y adiestramiento del instrumento militar, lleva su tiempo y su eficiencia depende de la experiencia e idoneidad alcanzada.

De manera que es imperioso contar anticipadamente con los medios para llevar adelante cualquier estrategia seleccionada.

Más allá de estos fines, contar con medios modernos, personal altamente capacitado y motivado, posibilitan en la toma de decisiones del Estado disponer de un poder militar, entendiéndose como la decisión política de empleo, para ser utilizado sin pérdidas de tiempo cuando de lo que se trata es la vida, la seguridad y bienes de sus habitantes.

Algunos hechos recientes nos permiten reflexionar sobre la importancia que adquiere la capacidad militar proyectada en situaciones acaecidas y potencialmente posibles.

La caída de un avión Airbus 330, en el océano Atlántico, a más de 500 km de las costas, obligó el empleo de medios militares para concurrir en ayuda; y la búsqueda se realizó mar adentro; esto es posible porque en su diseño las Fuerzas Armadas están preparadas y equipadas para operar a distancias de empleo estratégico, siendo las únicas capaces de sortear grandes distancias con adecuados medios.

La incuestionable ayuda que representan los medios y personal militar en situaciones de desastre natural, inundaciones, terremotos, que exceden las capacidades de las organizaciones civiles, aportando elementos logísticos, hospitales de campaña, distribución de alimentos en caliente, acantonamiento, seguridad, transitabilidad y refugio de grandes dimensiones, sólo es posible por la estructura que cuentan para operaciones militares.

La industria para la defensa y el desarrollo nuclear en el ámbito de las FFAA es una contribución al desarrollo nacional, estímulo de capital y fuentes de trabajo, sustentada en la probada capacidad de sus integrantes. Emilio Rodolfo Nazar - General de Brigada (R) -VGM- El autor es general de Brigada (R), veterano de la Guerra de Malvinas y licenciado en Estrategia y Organización.

Fuente: Los Andes Online

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