Bélgica
Cae el gobierno belga y el país enfrenta una nueva tormenta política
Bélgica se vio nuevamente sacudida ayer por una tormenta política, con la dimisión del gobierno de Yves Leterme, que pone de nuevo en entredicho el futuro de este país fracturado entre flamencos y valones francófonos, incapaces de hallar una fórmula de convivencia duradera.
El primer ministro Leterme presentó la dimisión al rey Alberto II, pero la situación se mantenía incierta puesto que el soberano dejó "en suspenso" su decisión -indispensable-, de aceptarla o no, estimando que ésta originaría una crisis "inoportuna".
El gobierno de coalición resolvió renunciar en bloque pocas horas después de que uno de sus socios, liberales flamencos, anunciara su partida a falta de un acuerdo sobre la supresión de los derechos lingüísticos de los francófonos que viven en el extrarradio flamenco de Bruselas.
"No hay otra salida que la dimisión del gobierno", anunció el ministro de Finanzas, Didier Reynders. La decisión fue tomada tras un consejo de ministros extraordinario convocado por el democristiano flamenco Leterme, quien, por tercera vez en dos años, presentó su dimisión al soberano.
"Una crisis política sería inoportuna" y causaría "perjuicios económicos y sociales a los belgas" así como al "papel de Bélgica" en Europa, declaró en un comunicado Alberto II, dejando entrever su intención de iniciar gestiones para tratar de salvar el gobierno en los próximos días.
No obstante, si acaba aceptando la renuncia, a Bélgica no le quedará más remedio que convocar a elecciones legislativas para junio, justo antes de tomar el 1 de julio el relevo de España al frente de la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE).
La dimisión del gobierno de Leterme sucedió al portazo que dio el partido liberal flamenco Open VLD, dejando una coalición formada por tres partidos francófonos y un único flamenco.
Su partida responde a la falta de acuerdo sobre un diferendo que atañe a la circunscripción Bruselas-Hal-Vilvorde, en territorio flamenco, donde unos 100.000 francófonos gozan de ciertos derechos lingüísticos que los flamencos quieren suprimir en gran parte en nombre de la unidad territorial. Agencia AFP
Fuente: Los Andes Online
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