El nuevo gobierno británico
En medio de la crisis, Gran Bretaña anunció su salida de Afganistán
En la primera visita a ese país, el flamante premier Cameron dijo que el retiro comenzará el año próximo. Los soldados son 10 mil.
viernes, 11 de junio de 2010
En su primera visita como primer ministro británico a Afganistán, David Cameron comenzó ayer a preparar el terreno para un inicio de retirada de los 10.000 soldados británicos el año próximo en el convulsionado país.
El presidente estadounidense Barack Obama ha prometido que algunas de sus tropas comenzarían su regreso en 2011.
"Nadie quiere las tropas británicas en Afganistán por un momento más largo que el necesario", afirmó. "Nosotros nos debemos preguntar todo el tiempo: "¿podemos ir más rápido?".
Con un déficit público del 12 por ciento del PBI británico y un presupuesto militar de miles de millones por la guerra en un reino en profundo ajuste, Cameron dijo frente al presidente afgano Hamid Karzai que este era "el año vital".
"Este es el año cuando nosotros debemos hacer progresos. Progresos por el bienestar de los afganos pero progreso por la gente en casa que quiere que esto funcione", afirmó. Otra elipsis para hablar de ultimátum de retirada y transferencia de responsabilidades a los afganos.
La llegada del premier Cameron coincidió con una semana particularmente brutal para las tropas en Afganistán, con 23 soldados de la coalición muertos y cuatro militares estadounidenses abatidos cuando los talibán dispararon sobre el helicóptero de la OTAN que los conducía. Pero la violencia también afecta la vida cotidiana de los afganos.
En Kandahar, un kamizake se detonó en una boda y dejó al menos 40 muertos el día que aterrizó el primer ministro británico.
Exactamente en la ciudad en donde los estadounidenses y británicos han decidido postergar la ofensiva conjunta para el próximo otoño, en pleno territorio talibán.
Cameron insistió en que la justificación inicial para entrar a Afganistán ya no está allí. "Claramente nos hemos liberado de los campos de entrenamiento terroristas, que eran la razón por la que vinimos en primer lugar", dijo, tras admitir que Gran Bretaña va a ayudar al gobierno afgano a tomar responsabilidad de su propia seguridad.
Con los ojos puestos en la inquietud que las bajas militares británicas producen en la opinión pública del reino y las razones de la permanencia en Afganistán, el primer ministro se comprometió a aportar otros 67 millones de libras esterlinas para ayudar a los militares británicos a contrarrestar las bombas caseras que los talibán colocan en las rutas, al paso de los jeeps, tanques y blindados británicos y producen la mayor cantidad de muertos y lisiados entre las tropas.
En una conferencia de prensa junto a Karzai, admitió que "para mí, la cuestión de Afganistán es la cuestión mas importante de la política exterior, es la cuestión de seguridad mas importante para mi país".
La "jirga" o asamblea de los ancianos que el presidente Karzai convocó la semana pasada en Kabul "para discutir negociaciones de paz e incorporar a los talibán al proceso" fue apoyada por Cameron.
Cameron anuló ayer una visita a una base avanzada de las fuerzas británicas en el sur de Afganistán, a causa del riesgo de ataques, indicaron fuentes de su entorno.
La interceptación de comunicaciones telefónicas, una de las cuales se refería a un posible disparo de cohete contra un helicóptero, hizo temer que los rebeldes talibanes tuvieran informaciones sobre la esperada visita del jefe de gobierno británico, añadió la misma fuente.
Las tropas británicas han estado en la vanguardia de la ofensiva de las fuerzas internacionales y del ejército afgano contra los bastiones de los talibanes en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán. Agencia AFP y CC
Fuente: Los Andes Online


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