miércoles, 30 de junio de 2010

Relaciones internacionales

Cautela entre Rusia y Estados Unidos

Los gobiernos de Moscú y Washington desestimaron que el presunto caso de espionaje ruso afecte sus relaciones. Suman 11 los detenidos por el FBI y dicen ser estadounidenses, canadienses y peruanos. Para el premier Putin "la policía ha ido un poco lejos".

miércoles, 30 de junio de 2010


Moscú y Washington calmaron los ánimos ayer y desestimaron que un supuesto caso de espionaje ruso afecté sus relaciones, reactivadas desde hace un año y medio.

Moscú reconoció la presencia de ciudadanos rusos entre los once presuntos espías detenidos el domingo en Estados Unidos, pero negó que hayan actuado en contra de los intereses estadounidenses.

"No cometieron ningún acto dirigido contra los intereses de Estados Unidos", indicó el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado tras el anuncio de que el FBI desmanteló una red de espionaje y detuvo a diez personas acusándolas de trabajar para Moscú.

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, dijo esperar que el asunto no perjudique la reactivación de las relaciones bilaterales.

"La policía ha ido un poco lejos y puso a gente en la cárcel", declaró Putin al ex presidente estadounidense Bill Clinton, de visita en Rusia. "Contamos con que esto no afecte a todo lo positivo acumulado estos últimos años", agregó, según declaraciones transmitidas por la televisión rusa. La Casa Blanca dijo ayer que no cree "que esto vaya a afectar la reactivación" de las relaciones con el Kremlin.

El portavoz presidencial Robert Gibbs reconoció que el presidente Barack Obama estaba enterado de la investigación cuando la semana pasada recibió a su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, pero no se lo mencionó.

El sábado, oficiales encubiertos del FBI se reunieron con dos de los acusados, Anna Chapman en Nueva York y Mikhail Semenko en Washington, haciéndose pasar por agentes rusos. Les encargaron hacer entregas clandestinas, lo que Semenko cumplió pero Chapman no.

Peláez, de 55 años, Lázaro, de 65, Chapman y los acusados conocidos como Richard y Cynthia Murphy, residentes de la vecina Nueva Jersey, comparecieron en una corte federal de Nueva York, donde un juez ordenó que permanezcan detenidos sin posibilidad de pagar fianza y programó una nueva audiencia para el jueves.

Los detenidos dicen ser estadounidenses, canadienses y peruanos, según las dos querellas interpuestas contra ellos por la justicia estadounidense y en las que no se precisa su nacionalidad.

Juan Lázaro, al parecer un peruano nacido en Uruguay, y su esposa, que dice llamarse Vicki Peláez, una peruana nacionalizada norteamericana están entre los detenidos. Son acusados de actuar como agentes de un gobierno extranjero, lo que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión.

Además nueve de ellos están inculpados por conspirar para lavar dinero, cargo por el que se puede pedir una pena máxima de 20 años de cárcel.

Por su parte, Gran Bretaña e Irlanda investigan informaciones sobre una posible utilización de pasaportes británicos e irlandeses falsos por algunos de ellos.

El Servicio de Inteligencia Exterior ruso (SVR), en primera línea de los acusados según las autoridades estadounidenses, no quiso hacer comentarios, al igual que el Kremlin, que estimó que Medvedev es el único habilitado para ello.

El desmantelamiento de la red, resultado de diez años de investigaciones del FBI, reveló un arsenal de medios de comunicación, como una técnica de codificación de datos en fotografías colgadas en páginas web anodinas, o radios de onda corta para contactar directamente con Moscú.

El caso reúne todos los elementos de una novela de espionaje: mensajes codificados, dinero en efectivo entregado por emisarios rusos durante estadías en países latinoamericanos, idas y venidas a Moscú a través de Roma, pasaportes falsos, transporte y entrega de ordenadores portátiles.

Una persona había escapado a la redada, pero el martes las autoridades chipriotas anunciaron su arresto en el aeropuerto de Larnaca. Se trata del canadiense Robert Christopher Metsos, de 54 años, quedó en libertad contra una fianza de 32.000 dólares a la espera de su extradición. Agencia AFP

Últimos casos

2002 - Rusia: Oleg Kaluguin, es general del KGB, exiliado en Estados Unidos desde 1995, fue condenado en junio en ausencia por alta traición a 15 años de confinamiento por un tribunal de Moscú. Había dirigido en EEUU la red de espías soviéticos durante la Guerra Fría.

2003 - Rusia: Alexander Zaporojski, ex agente de inteligencia ruso, es condenado en junio a 18 años de prisión por espionaje en favor de Washington. Había entregado a la CIA informaciones sobre las actividades de los servicios secretos rusos en el extranjero.

2004 - Rusia: Igor Sutiaguin, un investigador ruso, es acusado de espionaje a favor de Estados Unidos y condenado en abril a 15 años de prisión por haber transmitido informaciones sobre el sistema de defensa nuclear ruso.

2010 - Estados Unidos: Guennadi Sipatchev es condenado en mayo a 4 años de prisión por haber entregado al Departamento de Defensa estadounidense cartografía para permitir a Estados Unidos dirigir sus misiles crucero contra objetivos militares en Rusia.

Silencio oficial en Perú

El gobierno de Alan García declinó pronunciarse sobre el caso de la peruana Vicki Peláez detenida junto con otras personas en Estados Unidos por presunto espionaje para Rusia.

"La noticia que tengo (sobre el caso) es la que está en los diarios", dijo el ministro de Defensa Rafael Rey a periodistas en Palacio de Gobierno tras reunirse con el presidente Alan García.

"Cada uno es responsable de sus actos (...) No hago ningún comentario hasta conocer mayores detalles", acotó el ministro Rey sin aclarar si las autoridades peruanas habían sido contactadas en algún momento por Washington para vigilar a Peláez cuando visitó Perú los últimos años. Agencia AFP

Secuelas de la Guerra Fría

El desmantelamiento en Estados Unidos de una red de agentes que trabajaban para Rusia muestra que el espionaje sigue siendo una práctica arraigada en los ex enemigos de la Guerra Fría, aunque son métodos de dudoda eficacia y obsoletos, a juicio de varios expertos.

“Me parece ridículo. De hecho, les pagaban para estar de vacaciones, llevar la gran vida sin dar mucho a cambio”, estimó Mark Katz, experto en política exterior rusa en la Universidad George Mason, en referencia a las cinco parejas detenidas el domingo en varios lugares de Estados Unidos.

El FBI investigó durante siete años a los individuos, algunos de ellos instalados desde hace 30 años en Estados Unidos y encargados de infiltrarse en los círculos políticos.

Los expertos insisten en que estos sospechosos no han sido inculpados por espionaje, sino que por ahora sólo se les acusa de ser agentes de Rusia sin haberlo declarado.

“Esto se parece mucho a una novela de John Le Carré de 1974 con una dosis de internet y de microordenadores”, consideró Olga Oliker, analista de política internacional para el instituto de estudios Rand Corp.

Micrófonos escondidos, bolsas de dinero intercambiadas, transmisiones codificadas: el caso de los presuntos espías tiene todos los ingredientes de una novela de espionaje de otra época.

“Lo que me impresiona, es que era una operación muy organizada, muy planificada y que aparentemente reportó muy poco” a Rusia, destacó Oliker. “Son muchas inversiones para un pobre resultado”, añadió.

Varios especialistas ven en el caso las secuelas de la antigua burocracia o, como lo escribió un alto funcionario del Departamento de Estado, un “vestigio” del pasado que no pone en duda la reactivación de las relaciones bilaterales de los últimos 18 meses.

“Es el reflejo de una inercia burocrática”, conjetura Mark Katz. Los soviéticos y luego los rusos “habían invertido en esta operación. Negándose a reconocer su inutilidad, siguieron financiándola, pese a que no rendía nada”, afirmó.

Lo que sorprende a Katz son los objetivos y la implantación de los “espías”, lejos de Washington, cuando se supone que éstos deben frecuentar al personal político: “En Massachusetts, en Nueva Jersey, ¿a quién iban a conocer?”.

El día elegido para los arrestos, el domingo, unos días después de la visita del presidente ruso, Dimitri Medvedev, a Estados Unidos, y antes del cierre de la cumbre del G20 en Toronto, también genera dudas. Por Rob Lever y Virginie Montet Especial de AFP

Fuente: Los Andes Online

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