viernes, 30 de julio de 2010

Holocausto judío

Juzgan al tercer nazi más buscado

Se trata de Samuel Kunz de 88 años, un ex empleado del Ministerio de Construcción de Bonn, que había vivido tranquilamente en su país hasta que fue encontrado por investigadores de EEUU. Se lo acusa de participar directamente en la muerte de 430.000 judíos.

viernes, 30 de julio de 2010

Juzgan al tercer nazi más buscado
Soldados polacos custodian el monumento a las víctimas del campo de concentración nazi de Belzec. (AP)

El tercer sospechoso nazi más buscado del mundo, y quien supuestamente participó en el asesinato de más de 430.000 judíos en el campo de concentración polaco de Belzec, se encargaba de todo el proceso de aniquilación: desde bajar a las víctimas de los trenes y llevarlos a las cámaras de gas, hasta arrojar sus cuerpos en las fosas comunes, de acuerdo a documentos legales.

Una corte estatal en la ciudad de Bonn reveló ayer nuevos detalles sobre la acusación hecha la semana pasada en contra de Samuel Kunz, un ex empleado de la Alemania nazi que ha vivido tranquilamente por muchos años en Wachtberg, a las afueras de Bonn.

"El acusado tenía conocimiento de todas las áreas del campo", dijo el vocero de la corte, Matthias Nordmeyer.

El documento de la corte describe con lujo de detalles los crímenes supuestamente cometidos por Kunz, de 88 años, cuando se desempeñó como guardián del campo de concentración de Belzec en la Polonia ocupada, entre enero de 1942 y julio de 1943.

La corte también anunció ayer que Kunz ha sido acusado en una corte de menores porque para ese entonces era menor de edad, lo que significa que podría ser procesado como adolescente y recibir una sentencia menos severa.

Kunz tenía 20 años cuando supuestamente comenzó a trabajar como guardia en Belzec en enero de 1942. De acuerdo a la ley Alemana, las personas ente los 18 y 21 años pueden ser procesadas legalmente como menores o adultos.

"La Corte decidirá si será sentenciado como adolescente o como adulto", dijo Nordmeyer.

Además de estar acusado de participar en ejecuciones durante el Holocausto, Kunz está acusado de cometer "excesos personales" en el supuesto asesinato de 10 judíos. Kunz figura como el tercer criminal nazi más buscado de acuerdo a una lista del Centro Simon Wiesenthal.

A pesar de tener un bajo rango dentro de la jerarquía nazi, es uno de los más buscados debido al gran número de judíos asesinados. La oficina de investigación de Dortmund calcula la cifra de víctimas en 430.000.

Hoy, el supuesto nazi vive en en la circunscripción de Rhein-Sieg de la ciudad alemana de Bonn. Con él habrían dado, según Efraim Zuroff, director del centro Wiesenthal en Jerusalén, investigadores del Departamento de Justicia de Estados Unidos. En respuesta al hallazgo, el tribunal federal en Bonn presentó una demanda judicial hace dos semanas y actualmente está decidiendo la apertura de un proceso contra Kunz.

Kunz trabajó hasta su jubilación para los servicios de mantenimiento en el Ministerio de Construcción en Bonn. Las investigaciones en su contra fueron coordinadas desde la "central para el esclarecimiento de genocidios nacionalsocialistas" de Dortmund, y éstas recibieron un impulso gracias al proceso contra John Demjanjuk, en el que se dieron a conocer testimonios de los años 40 y 60 que hacían referencia al ex guardia del campo de concentración de Belzec.

Otro procesado

El guardia de más alto rango en juicio en este momento es John Demjanjuk, un obrero retirado de la industria automotriz que está siendo procesado en Munich por haber participado en la muerte de 28.060 judíos cuando era guardia del campo de concentración de Sobibor en la Polonia ocupada. Demjanjuk, de 90 años, niega haber sido un guardia.

Las autoridades llegaron al caso de Kunz después de examinar viejos documentos de los juicios de la posguerra alemana referentes al campo de entrenamiento de la SS en Trawniki.

Las autoridades afirman que tanto Kunz como Demjanjuk, nativo de Ucrania y deportado de Estados Unidos a Alemania el año pasado, se entrenaron como guardias en campo de entrenamiento de la SS en Trawniki.

La avanzada edad de los culpables hace cada vez más complicada su persecución y convierte estos años en los últimos susceptibles de ser utilizados para esclarecer hechos y responsabilidades. Sin embargo, el caso Kunz demuestra que no es demasiado tarde para llevar a autores de crímenes de guerra a los tribunales, dijo Zuroff.

"Estoy satisfecho", sostuvo el director después de que tribunal federal de Bonn presentara su demanda. "Este caso da muestras de un cambio positivo en la política de acusaciones alemana", añadió. Agencias AP, AFP y Deutsche Welle

Un campo del horror

La pequeña Belzec, situada entre las ciudades de Zamosc y Lvov en el sudeste de Polonia fue sede de uno de los más cruentos campos de exterminio nazi. En noviembre de 1941, las SS comenzaron allí la construcción de un campo de exterminio debido a las buenas conexiones ferroviarias y su cercanía con las importantes poblaciones judías de Lvov, Cracovia y Lublin.

Belzec comenzó a operar el 17 de marzo de 1942 y cesó en la primavera de 1943, cuando fue desmantelado y ocultado. A cargo primero estuvo el mayor de las SS Christian Wirth y luego el teniente primero de las SS Gottlieb Hering.

Belzec estaba dividido en una administración y recepción y un área separada, donde las SS y la policía podían llevar a cabo las matanzas sin ser vistos por las víctimas que aguardaban en la recepción. Un estrecho camino vallado, llamado el "tubo", conectaba las dos secciones.

Las operaciones de gaseo en Belzec comenzaron a mediados de marzo de 1942. Trenes con entre 40 y 60 vagones de carga, cada uno de los cuales transportaba entre 80 y 100 personas hacinadas, llegaban a la estación de Belzec. Se desprendían veinte vagones de carga por vez y se llevaban desde la estación al campo.

A continuación, se ordenaba a las víctimas que bajaran a la plataforma del área de recepción. El personal de las SS y la policía anunciaba a los deportados judíos que habían llegado a un campo de tránsito y que debían entregar sus objetos de valor.

A los judíos se les obligaba a desnudarse y a pasar a través del "tubo", que conducía directamente a las cámaras de gas, señalizadas falsamente como duchas. Una vez que las puertas de la cámara estaban selladas, los guardias encendían un motor instalado en una caseta ubicada en el exterior del edificio.

Entre marzo y diciembre de 1942, los alemanes deportaron a Belzec, donde eran asesinados, a unos 434.500 judíos y un número indeterminado de polacos y romaníes (gitanos). La mayoría de las víctimas eran judíos que procedían de los ghettos del sur y sureste de Polonia. Aunque también fueron a parar judíos alemanes, austríacos y checos. Federico Manrique - Fuente: Museo de la Memoria del Holocausto de EEUU.

Fuente: Los Andes Online

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