Política social
Francia sigue en pie de guerra contra la reforma jubilatoria
Entre 825.000 y 3.000.000 de personas (según la fuente) manifestaron en las principales ciudades.
domingo, 17 de octubre de 2010
Por quinta vez en un mes y medio los franceses salieron masivamente a las calles ayer para rechazar la reforma de la jubilación impulsada por el gobierno conservador que, en un contexto de agitación social que se prolongará esta semana, negó que haya escasez de combustible.
Entre 825.000 personas según la policía y tres millones según los sindicatos participaron ayer en las 230 manifestaciones convocadas en todo el país, por debajo -en ambos casos- de la máxima convocatoria en las calles registrada el pasado martes. Ese día, los sindicatos lograron movilizar a 3,5 millones de personas en coincidencia con una jornada de huelgas, tres veces más del 1,2 millón calculado por el gobierno.
Luego de que el presidente francés Nicolas Sarkozy reiterara esta semana que llevará su reforma "hasta el final" porque es "indispensable" para garantizar la supervivencia del sistema de jubilación, como están haciendo sus vecinos europeos, la agitación social se extendió al sector petrolero.
Ayer, aunque 10 de las 12 refinerías de Francia seguían en huelga contra la reforma de la jubilación, el gobierno tuvo que salir a frenar un creciente temor de desabastecimiento de combustible.
"El gobierno confirma que no hay escasez", sostuvo la ministra de Economía Christine Lagarde a la radio RTL, antes de puntualizar que sólo "2% de 3.000" gasolineras estaban sin combustible.
A su vez, el temor de que los principales aeropuertos de París, Roissy-Charles de Gaulle y Orly, pudieran quedarse sin combustible a partir del lunes se disipó.
El oleoducto que alimenta a los aeropuertos de Roissy y Orly funciona de nuevo normalmente, dijo Patrick Gandil, de la Dirección de la Aviación Civil francesa (DGAC).
Las manifestaciones de ayer arrancaron en Toulouse, Rennes y Bastia y siguieron en Marsella, Burdeos, Montpellier, Lille y Estrasburgo, aunque la principal manifestación fue por la tarde en París. En la capital, algunos chubascos y bajas temperaturas otoñales no desalentaron a decenas de miles de personas -310.000 según los sindicatos y 50.000 según la policía-, a rechazar otras vez más una reforma que eleva de 60 a 62 años la edad mínima para jubilarse y de 65 a 67 para cobrar una jubilación completa.
"Ni siquiera una ley adoptada o votada, es capaz de poner fin a la contestación" social, advirtió el número uno de la CGT, Bernard Thibault, recordando lo ocurrido en 2006 cuando el gobierno, también conservador, tuvo que sacar de circulación una ley tras reiteradas y masivas protestas. Agencia AFP
Entre 825.000 personas según la policía y tres millones según los sindicatos participaron ayer en las 230 manifestaciones convocadas en todo el país, por debajo -en ambos casos- de la máxima convocatoria en las calles registrada el pasado martes. Ese día, los sindicatos lograron movilizar a 3,5 millones de personas en coincidencia con una jornada de huelgas, tres veces más del 1,2 millón calculado por el gobierno.
Luego de que el presidente francés Nicolas Sarkozy reiterara esta semana que llevará su reforma "hasta el final" porque es "indispensable" para garantizar la supervivencia del sistema de jubilación, como están haciendo sus vecinos europeos, la agitación social se extendió al sector petrolero.
Ayer, aunque 10 de las 12 refinerías de Francia seguían en huelga contra la reforma de la jubilación, el gobierno tuvo que salir a frenar un creciente temor de desabastecimiento de combustible.
"El gobierno confirma que no hay escasez", sostuvo la ministra de Economía Christine Lagarde a la radio RTL, antes de puntualizar que sólo "2% de 3.000" gasolineras estaban sin combustible.
A su vez, el temor de que los principales aeropuertos de París, Roissy-Charles de Gaulle y Orly, pudieran quedarse sin combustible a partir del lunes se disipó.
El oleoducto que alimenta a los aeropuertos de Roissy y Orly funciona de nuevo normalmente, dijo Patrick Gandil, de la Dirección de la Aviación Civil francesa (DGAC).
Las manifestaciones de ayer arrancaron en Toulouse, Rennes y Bastia y siguieron en Marsella, Burdeos, Montpellier, Lille y Estrasburgo, aunque la principal manifestación fue por la tarde en París. En la capital, algunos chubascos y bajas temperaturas otoñales no desalentaron a decenas de miles de personas -310.000 según los sindicatos y 50.000 según la policía-, a rechazar otras vez más una reforma que eleva de 60 a 62 años la edad mínima para jubilarse y de 65 a 67 para cobrar una jubilación completa.
"Ni siquiera una ley adoptada o votada, es capaz de poner fin a la contestación" social, advirtió el número uno de la CGT, Bernard Thibault, recordando lo ocurrido en 2006 cuando el gobierno, también conservador, tuvo que sacar de circulación una ley tras reiteradas y masivas protestas. Agencia AFP
Fuente: Los Andes Online



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