domingo, 13 de febrero de 2011

Israel sigue muy atento los cambios en la era post Mubarak

Temen que organizaciones musulmanas radicalizadas pongan objeciones al Tratado de Paz que permitió mantener en calma la relación bilateral en los últimos tiempos.

domingo, 13 de febrero de 2011

Israel sigue muy atento los cambios en la era post Mubarak
El jefe de Gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, 
confía en el compromiso de los militares egipcios. 

La caída de Hosni Mubarak supone un salto hacia lo desconocido para Israel, que teme que los Hermanos Musulmanes aprovechen la situación para cuestionar el Tratado de Paz con Egipto, clave en toda la diplomacia regional del Estado hebreo desde hace tres décadas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se congratuló "por el compromiso de las fuerzas armadas egipcias de que Egipto seguirá respetando el tratado de paz con Israel", según un comunicado del gobierno.

Ayer mismo, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcias -al que Hosni Mubarak entregó el poder el viernes tras renunciar a la presidencia- aseguró en un comunicado que "la República Árabe de Egipto mantendrá su compromiso con todos sus tratados regionales e internacionales" (ver página 19).

Cautela inicial

En un primer momento, Netanyahu no sólo optó por la discreción sino que dio instrucciones a sus ministros para que no hablaran sobre el Egipto post-Mubarak.

El primer ministro, al igual que el presidente Shimon Peres, se habían limitado a recordar que Mubarak jamás cuestionó el primer Tratado de Paz firmado en 1979 entre Israel y un país árabe, pese a las crisis durante las dos "Intifadas" palestinas o la guerra con Líbano de 2006.

La caída de este socio amenaza ahora con crear un "vacío peligroso", estima una parte de los comentaristas israelíes.

El propio Netanyahu ha agitado en numerosas ocasiones el espectro de una evolución "a la iraní", con los Hermanos Musulmanes -cercanos al movimiento islamista Hamas en el poder en Gaza- al frente.

Al firmar la paz con el país más poblado del mundo árabe a cambio de la retirada de la península del Sinaí conquistada a Egipto durante la Guerra de los Seis Días (junio 1967), Israel rompió su aislamiento diplomático total en la región.

En el frente militar, este acuerdo histórico permitió al ejército israelí reducir su dispositivo de defensa a lo largo de 240 km de frontera con Egipto.

La península del Sinaí fue desmilitarizada de forma que el Ejército israelí pudo desplegar de nuevo sus fuerzas en el frente norte de Siria y Líbano, así como en los territorios palestinos.

"El Estado Mayor va a tener que repensar todos sus planes estratégicos", subrayaban ayer las televisiones israelíes, al evocar un muy probable aumento del presupuesto de Defensa.

Prioridades egipcias

Ron Ben Yahai, un influyente experto en materia de defensa, asegura que no obstante, que "el ejército egipcio no quiere ninguna guerra con Israel, debe gestionar un país y tensiones exteriores, entre otros en Sudán", explicó en la radio pública.

"Los militares egipcios saben que si levantan un solo dedo en contra del tratado de paz se arriesgan a verse privados de los 1.300 millones de dólares de ayuda militar estadounidense", apuntó.

Para hacer frente a este período de incertidumbre, los dirigentes israelíes tuvieron el reflejo tradicional de dirigirse hacia Estados Unidos, pese a las críticas provocadas por la actitud del presidente Barack Obama, acusado por los medios de comunicación de haber "abandonado" a Hosni Mubarak, un aliado de siempre de los estadounidenses.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, ha sido enviado a Washington para asegurarse del apoyo estadounidense y del mantenimiento de la ayuda militar de 3.000 millones de dólares que cada año entrega al Estado hebreo. Su petición ha sido atendida. AFP
 
Fuente: Los Andes Online

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