lunes, 14 de marzo de 2011

Crece el riesgo nuclear por pérdidas y explosiones en tres reactores

Temen fusión del núcleo en Fukushima. Ya evacuaron 380.000 personas de áreas en riesgo. La cifra oficial de muertos es 3.200, y hay decenas de miles de desaparecidos.

lunes, 14 de marzo de 2011
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Agencias AFP y Télam

Japón vive la "peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial", dijo ayer el primer ministro, Naoto Kan, tras el sismo de 9 grados en la escala Richter y el tsunami que el viernes devastaron el país, donde hay al menos 3.200 muertos, según el reporte oficial, decenas de miles de desaparecidos y alarma por fallas en tres centrales atómicas, en medio de fuertes réplicas.

La cifra oficial de muertos ascendió a más de 3.200, aunque las autoridades reconocen que será mucho más alta debido a la enorme cantidad de desaparecidos, y la ONU indicó que hay cerca de 600.000 evacuados por la catástrofe y por el riesgo en torno a las centrales nucleares.

Hasta ayer a la tarde habían identificado los cuerpos de 1.597 personas y otras 1.841 están consideradas desaparecidas, cifras que no incluyen entre 200 y 300 víctimas mortales halladas en la costa de Miyagi.

Fallas y radiación en centrales

La alarma nuclear creció por la detección de fallas en las centrales de Onagawa y Tokai, que se sumaron a las registrados anteayer en la de Fukushima, que ayer tuvo problemas en otro reactor tras el sismo.

Tokai se convirtió ayer en la tercera central con problemas en el sistema de refrigeración, mientras que en Fukushima -280 km al noreste de Tokio-, se temía una posible fusión de núcleo.

Dos bombas en la planta de Tokai, en Ibaraki (120 km al noreste de Tokio) dejaron de funcionar en la noche.

La compañía Japan Atomic Power, que administra la central, aseguró poco después que la situación estaba "bajo control". La instalación se había desactivado automáticamente después del terremoto del viernes.

Los problemas en dos reactores de la planta de Fukushima podrían haber conducido a una fusión de núcleo, aunque los informes de autoridades del gobierno y de expertos no dejaron claro hasta ahora si se había llegado a ese peligroso extremo. Ayer se decretó además la emergencia atómica en la central de Onagawa.

Los reportes sobre la posible fusión nuclear en los reactores 1 y 3 de Fukushima I hicieron aumentar el miedo a una tragedia mayor. El portavoz del gobierno japonés, Yukio Edano, se retractó ayer sobre una posible "fusión parcial del núcleo" en el reactor 3, pocas horas después de sus primeras declaraciones. El primer ministro, Naoto Kan, calificó sin embargo como "alarmante" a la situación en la planta.

A 50 km de allí, en la provincia de Miyagi -en el noreste, la más afectada por el sismo-, los expertos midieron una radiactividad 400 veces mayor a lo normal.

Según Edano, el sistema de refrigeración del reactor 3 de Fukushima I dejó de funcionar, como ya había ocurrido antes con el reactor 1, lo que provocó una reducción del líquido refrigerante, especificó. Antes había hablado de una "fusión de núcleo parcial".

La autoridad de seguridad nuclear considera, por otro lado, como muy probable el que se haya producido un proceso de fusión de núcleo en el reactor 1, donde el sábado hubo una explosión.

Gracias al uso de agua de mar, las barras de combustible en el reactor 3 ya están otra vez en el líquido, comentó Edano. Pese a que por ello se podría haber juntado hidrógeno debajo de la cubierta e incluso, si eso provocara una explosión como en el bloque 1, el reactor puede resistir a la deflagración, aseguró.

Expertos advirtieron además que las réplicas, de una magnitud de hasta 7 grados Richter, pueden volver a poner en peligro a los reactores dañados.

Fuentes de la organización ecologista Greenpeace añadieron que el reactor 3 de Fukushima opera con combustible nuclear de mezcla de óxidos, que contienen plutonio. Este elemento no es sólo radiactivo, sino también altamente tóxico.

Christoph von Lieven, experto de Greenpeace en energía, acusó ayer a autoridades del gobierno y operadores de las plantas atómicas de ocultar información clave.

Von Lieven dijo que el sitio está cerrado y que no hay mediciones independientes de radiactividad ni "informes del gobierno de los que uno se pueda fiar".

Unas 180.000 personas tuvieron que dejar sus casas en un radio de 20 km de Fukushima. Un portavoz de la empresa nuclear, sin embargo, señaló que la situación de los reactores de la región es estable. Sólo en la instalación de Onagawa se midió una radiación mayor, aunque la compañía estima que la radiactividad no proviene de la planta sino que fue llevada hasta ahí por el viento desde Fukushima, a unos 150 km de distancia.

En la central de Onagawa se produjo un incendio en una sección de turbinas inmediatamente después del devastador terremoto. Las autoridades informaron que el fuego pudo ser apagado algunas horas después y según la compañía gestora la planta no emitió radiactividad.

Un difícil salvataje

Soldados, médicos, sanitarios y voluntarios trabajaban en el rescate y atención de víctimas, en medio de fuertes réplicas que dificultan las tareas, en tanto el gobierno anunció que elevará a 100.000 el número de personal afectado al salvataje. "Unas 380.000 personas fueron evacuadas de las zonas golpeadas por el sismo y el tsunami", reportó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

De acuerdo con un informe que le remitió la Agencia Internacional de Energía Atómica, esa oficina agregó que "las autoridades evacuaron además otras 210.000 personas residentes en el radio de 20 kilómetros de la central nuclear de Fukushima".

La ONU advirtió además que "numerosas regiones de la costa nororiental permanecen aisladas" y que las acciones de socorro se ven "obstaculizadas por las continuas réplicas de asentamiento, las alertas de tsunami y los incendios".

En las cinco provincias de Japón han instalado más de 1.400 refugios, muchos de ellos en colegios y locales municipales. La gente compra abundantes provisiones en los supermercados.

El sismo se produjo a 24,4 kilómetros de profundidad en el océano Pacífico y a 130 kilómetros del puerto japonés de Sendai, el viernes a las 14.45, hora de Japón (2.45 de la madrugada de Argentina). Tras el terremoto llegó el tsunami, con olas de hasta diez metros que arrasaron viviendas, automóviles y hasta barcos y trenes. 

Yodo, duchas y aislamiento para enfrentar la letal radiación

Los expuestos a radioactividad sufren cáncer de médula y pulmones. Si la dosis es muy fuerte, mueren.

Agencia AFP

Aunque la exposición masiva a la radiación pudo evitarse en la central japonesa de Fukushima, vapores y elementos radiactivos se escapan a la atmósfera desde el sábado, lo que representa un riesgo de contaminación para las poblaciones aledañas.

La nube de gases radiactivos que parecía desplazarse ayer hacia el Océano Pacífico con los vientos del norte y noreste está constituida principalmente de yodo y cesio, según los expertos.

Después del terremoto que sacudió a Japón el viernes, las autoridades evacuaron cientos de miles de personas en los alrededores de la central de Fukushima.

En un principio, la evacuación tuvo un radio de 3 km pero a medida de que la situación evolucionaba, el radio se extendió a 10 km y luego hasta 20 km, explicó Olivier Gupta, director general de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) en Francia.

De este modo, únicamente los expertos y los bomberos que trabajan en la zona de peligro correrán el riesgo de exponerse a la radiación.

Estas personas podrían enfermarse en las semanas o en los meses siguientes, o hasta podrían presentar vómitos en las siguientes 24 horas, dependiendo de la dosis de radiación recibida.

La médula ósea es la parte del cuerpo que resulta más dañada tras las radiaciones, por lo que será necesario hospitalizar a los pacientes para practicarles transfusiones.

"Pero si la dosis fue muy fuerte, (los pacientes) morirán", aseguró el profesor Patrick Gourmelon, director de la sección de radioprotección del hombre en el Instituto francés de Radioprotección y de Seguridad Nuclear (IRSN).

Para el resto de la población, la exposición a elementos radiactivos podría provocar cánceres (en la sangre, pulmones, colon, etcétera) de una gravedad "proporcional a la dosis absorbida", agregó el especialista.

"Para proteger a los civiles, disponemos de tres armas: la evacuación, el aislamiento y el yodo", explicó el profesor Gourmelon.

El aislamiento, que es muy eficaz mientras se prepara una evacuación, consiste en evitar al máximo el contacto con las partículas contaminadas.

De preferencia, la gente deberá instalarse en los sótanos, con las puertas y ventanas selladas con cinta adhesiva y apagando cualquier climatización y calefacción.

"Se trata de evitar que las partículas penetren en los pulmones y en el tubo digestivo", explicó el médico, quien agregó que también existen formas externas de contaminación, a través de la piel.

En caso de contacto radiactivo con la piel, "basta con tomar una buena ducha, pero sin frotar para que no penetren las partículas", agregó.

También se debe evitar morderse las uñas, fumar y llevarse las manos a la boca.

Pero la medida más importante que tomarán las autoridades será la distribución de pastillas de yodo para evitar el cáncer de la tiroides, principalmente entre los jóvenes, niños, bebés y mujeres embarazadas o que amamantan.

"Este producto, que es muy volátil, se adhiere literalmente a las tiroides. Si se saturan las tiroides con el yodo limpio, se evita que el yodo radiactivo se adhiera", dijo el profesor.

El problema es que se debe actuar a tiempo: de preferencia, una hora antes de la emisión de partículas contaminadas. Hacer esto es posible en Japón, puesto que las bocanadas son emitidas voluntariamente para disminuir la presión del reactor.

Si el yodo se aplica "durante las siguientes 24 horas también funciona, pero sólo protege a un 25 por ciento".

Los elementos radiactivos absorbidos por el cuerpo serán eliminados a través de la orina.
Gracias a "los medios de detección altamente sensibles que tenemos", se puede medir con mucha precisión la dosis radiactiva que absorbió una persona, concluyó Gourmelon. 

La radiactividad nociva podría llegar a Estados Unidos

La radiactividad nociva podría llegar a Estados Unidos
El techo de uno de los reactores de Fukushima 
previo al incendio. (AP)

Agencia AFP


Especialistas consideraron como improbable que las radiaciones de las centrales nucleares dañadas por el terremoto en Japón lleguen a EEUU con capacidad de dañar a la población, aunque otros funcionarios y científicos afirmaron lo contrario en declaraciones este domingo.

"Dados los miles de kilómetros que separan a ambos países, Hawai, Alaska y las costas y territorios del oeste estadounidense no deberían experimentar niveles peligrosos de radiactividad", estimó la Comisión de Regulación Nuclear de EEUU en un comunicado. Este organismo recordó que había enviado a dos expertos en reactores a Japón como miembros de un equipo de la Agencia Norteamericana de Ayuda al Desarrollo.
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De la parte superior del edificio quedó sólo 
la estructura quemada. (AP)

Sin embargo, el experto Joseph Cirincione, de Ploughshares Fund, que aboga por la eliminación de las armas nucleares, fue menos optimista. En el "peor de los escenarios" la radiactividad podría contaminar tierra, agua y aire estadounidense, dijo Cirincione ayer. "Parte de la radiactividad podría llegar por la atmósfera a la costa oeste de Estados Unidos", afirmó.

Este escenario es "absolutamente" posible, dijo, recordando el desastre de Chernobyl en Ucrania en 1986, cuando "la radiactividad se esparció por todo el hemisferio norte". "Depende de cuántos de estos núcleos se derriten y qué tan exitosos son en contenerlo una vez que el desastre ocurre", agregó.

El sismo del viernes provocó la declaración del estado de emergencia en tres centrales nucleares japonesas por el temor a una fusión en el corazón de los reactores. Ayer se registraron niveles elevados de radiactividad en la central de Onagawa, a pesar de que las autoridades aseguraron que sus tres reactores estaban "bajo control".

Proponen trasladar la población a Siberia

Agencia AFP

Un vicepresidente de la Duma (Cámara baja rusa), el jefe del partido liberal-demócrata LDPR Vladimir Zhirinovski, sugirió ayer proponer a Japón que desplace su población hacia los amplios espacios desocupados de Rusia, frente a los riesgos sismológicos que corre.

Zhirinovski, conocido por sus declaraciones insólitas o estrepitosas, estimó que el violento sismo y el tsunami que afectaron el viernes a Japón mostraban que los habitantes de ese país debían abandonar el territorio que ocupan si querían sobrevivir.

"Luego de los últimos acontecimientos en Japón, la fracción parlamentaria LDPR propone al gobierno ruso que proponga a los japoneses iniciar consultas sobre la cuestión de un desplazamiento de (sus) habitantes hacia el territorio ruso", declaró Zhirinovski.

"Se trata de una amenaza de desaparición de la nación japonesa en un futuro próximo", destacó Zhirinovski.

"Tenemos mucho espacio, se puede dar empleo a cerebros y brazos, en particular a los japoneses", agregó.

"Para nosotros no se trata de compartir islas, proponemos evitar una catástrofe humanitaria. Que vayan allí donde hay lugar, que construyan, que se instalen, no molestarán, y Rusia tiene todo para ganar al recibir a un pueblo tan trabajador", declaró Zhirinovski.

Moscú y Tokio mantienen un difícil diferendo territorial en relación con las Kuriles del sur, cuatro islas situadas al norte de Japón, anexadas por la URSS en 1945 y que Tokio reclama en vano. Este problema ha impedido hasta ahora la firma de un tratado de paz entre los dos países.

Rusia, el país más extenso del mundo y particularmente despoblado en Siberia y en sus regiones del Extremo Oriente, vive una profunda crisis demográfica desde la caída del régimen soviético en 1991.

La población rusa disminuyó en veinte años de 148 millones a poco más de 140 millones de habitantes y podría perder a otros 24 millones de aquí a 2050. 

Fuente: Los Andes Online

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