Fuerte represión a manifestantes en Bahrein: 6 muertos
Soldados en blindados cargaron contra la gente -en su mayoría chiítas- en una plaza de la capital de esta monarquía gobernada por sunnitas.
jueves, 17 de marzo de 2011
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| Un joven chiíta, con un palo, espera la carga de la policía en Malkiya. (AP) |
Agencia Télam
Al menos seis personas murieron ayer en Bahrein cuando soldados dispersaron con gases y blindados a cientos de opositores a la dinastía gobernante acampados en una plaza de la capital del reino árabe, un día después de decretarse el estado de sitio, informaron funcionarios y testigos.
El asalto militar a gran escala provocó la desordenada huida de cientos de manifestantes de la plaza de las Perlas -el epicentro de las protestas contra la monarquía iniciadas hace más un mes- entre nubes de gases lacrimógenos y humo que salía de carpas incendiadas y el estruendo de helicópteros y detonaciones.
La agitación social en el pequeñísimo pero estratégico aliado de Estados Unidos evolucionó hacia un conflicto crecientemente sectario entre la dinastía sunnita que gobierna el país y sus partidarios y opositores que pertenecen a la rama chiíta de la religión islámica, que es mayoritaria en el reino.
Una fuerza militar de países árabes del Golfo Pérsico encabezada por Arabia Saudita ingresó esta semana en Bahrein para sostener a la familia real sunnita frente a las protestas de los chiítas del país contra su monopolio del poder de más de dos siglos.
Países del Golfo, en especial Arabia Saudita, temen que la caída de la casa real de Bahrein inspire más protestas en la región o entre la minoría chiíta saudita, o que una llegada de los chiítas al poder en el reino abra la puerta a una mayor influencia de Irán, histórico rival de los sauditas, del lado árabe del Golfo.
Tres manifestantes murieron por la represión en la plaza del centro de Manama, entre ellos uno con un disparo en la espalda, dijeron fuentes médicas y testigos, mientras que la TV estatal y el Ministerio del Interior dijeron que al menos 3 policías fallecieron durante los incidentes. Luego del operativo en la plaza de las Perlas, las autoridades declararon un toque de queda de 4 a 16 en la mayor parte del país e impusieron restricciones de movimientos a periodistas y otras personas. No se informó ni quedó claro si de la represión participaron los 1.500 soldados y policías enviados por Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos y otros reinos del Golfo.
La TV estatal mostró imágenes de vehículos militares blindados que ondeaban la bandera colorada y blanca de Bahrein mientras soldados caminaban entre los restos del campamento, que había sido levantado al pie de un alto monumento a las perlas y su industria, la segunda más importante del reino tras la petrolera.
Helicópteros sobrevolaban la plaza, que había sido despejada por fuerzas de seguridad el mes pasado pero luego retomada por los manifestantes después de un enfrentamiento letal con soldados.
En poblaciones de mayoría chiíta, residentes acudieron a rezar a las mezquitas en señal de protesta contra la represión en Manama, mientras que otros incendiaron gomas. Autoridades informaron de enfrentamientos en distintas zonas del país, donde fuerzas militares establecieron férreos controles vehiculares en un intento de evitar protestas o un gran flujo hacia la capital.
El jefe del grupo parlamentario del partido de oposición chiíta Wefaq, Abdel Jalil Khalil, dijo que "esta es una guerra de aniquilación (de los chiítas). Esto no sucede ni siquiera en guerra y es inaceptable".
El asalto militar a gran escala provocó la desordenada huida de cientos de manifestantes de la plaza de las Perlas -el epicentro de las protestas contra la monarquía iniciadas hace más un mes- entre nubes de gases lacrimógenos y humo que salía de carpas incendiadas y el estruendo de helicópteros y detonaciones.
La agitación social en el pequeñísimo pero estratégico aliado de Estados Unidos evolucionó hacia un conflicto crecientemente sectario entre la dinastía sunnita que gobierna el país y sus partidarios y opositores que pertenecen a la rama chiíta de la religión islámica, que es mayoritaria en el reino.
Una fuerza militar de países árabes del Golfo Pérsico encabezada por Arabia Saudita ingresó esta semana en Bahrein para sostener a la familia real sunnita frente a las protestas de los chiítas del país contra su monopolio del poder de más de dos siglos.
Países del Golfo, en especial Arabia Saudita, temen que la caída de la casa real de Bahrein inspire más protestas en la región o entre la minoría chiíta saudita, o que una llegada de los chiítas al poder en el reino abra la puerta a una mayor influencia de Irán, histórico rival de los sauditas, del lado árabe del Golfo.
Tres manifestantes murieron por la represión en la plaza del centro de Manama, entre ellos uno con un disparo en la espalda, dijeron fuentes médicas y testigos, mientras que la TV estatal y el Ministerio del Interior dijeron que al menos 3 policías fallecieron durante los incidentes. Luego del operativo en la plaza de las Perlas, las autoridades declararon un toque de queda de 4 a 16 en la mayor parte del país e impusieron restricciones de movimientos a periodistas y otras personas. No se informó ni quedó claro si de la represión participaron los 1.500 soldados y policías enviados por Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos y otros reinos del Golfo.
La TV estatal mostró imágenes de vehículos militares blindados que ondeaban la bandera colorada y blanca de Bahrein mientras soldados caminaban entre los restos del campamento, que había sido levantado al pie de un alto monumento a las perlas y su industria, la segunda más importante del reino tras la petrolera.
Helicópteros sobrevolaban la plaza, que había sido despejada por fuerzas de seguridad el mes pasado pero luego retomada por los manifestantes después de un enfrentamiento letal con soldados.
En poblaciones de mayoría chiíta, residentes acudieron a rezar a las mezquitas en señal de protesta contra la represión en Manama, mientras que otros incendiaron gomas. Autoridades informaron de enfrentamientos en distintas zonas del país, donde fuerzas militares establecieron férreos controles vehiculares en un intento de evitar protestas o un gran flujo hacia la capital.
El jefe del grupo parlamentario del partido de oposición chiíta Wefaq, Abdel Jalil Khalil, dijo que "esta es una guerra de aniquilación (de los chiítas). Esto no sucede ni siquiera en guerra y es inaceptable".
Advertencia de EEUU
Télam
La Casa Blanca advirtió ayer que "no hay solución militar" y que una solución política era necesaria para resolver la situación en Bahrein, tras el ingreso de fuerzas saudíes para reforzar la monarquía sunnita en medio de protestas chiítas.
"Una cosa es clara: no hay solución militar para los problemas de Bahrein. Una solución política es necesaria y todas las partes deben obrar por un diálogo que responderá a las necesidades de todos los habitantes de Bahrein", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.
"El uso de la fuerza y de la violencia, por parte de quien sea, sólo contribuirá a agravar la situación", señaló también Vietor.
"Una cosa es clara: no hay solución militar para los problemas de Bahrein. Una solución política es necesaria y todas las partes deben obrar por un diálogo que responderá a las necesidades de todos los habitantes de Bahrein", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.
"El uso de la fuerza y de la violencia, por parte de quien sea, sólo contribuirá a agravar la situación", señaló también Vietor.
Fuente: Los Andes Online



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