La central nuclear japonesa ya libera radiactividad directamente a la atmósfera
El reactor 2 de Fukushima “ya no es hermético”, reconocieron las autoridades. Un incendio en otro reactor también está liberando contaminante al aire.
martes, 15 de marzo de 2011
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| El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dio a conocer hoy que funcionarios japoneses le informaron que la central nuclear de Fukushima está liberando radiactividad directamente a la atmósfera, después de que se declarara un incendio en un depósito de combustible nuclear usado. |
Según consigna la agencia DPA, el OIEA, con sede en Viena, dijo que el escape de radiactividad se produjo después de que ocurriera hoy una explosión en el reactor 2 de la planta nuclear.
Los funcionarios japoneses también informaron al OIEA de un incendio en el depósito de combustible usado del reactor 4, por lo que también esta unidad está liberando radiactividad directamente a la atmósfera.
Las autoridades japonesas creen que es posible que el incendio fuese ocasionado por una explosión de hidrógeno.
Ahora el accidente nuclear es de nivel 6 (sobre 7) y el recinto de contención del reactor número 2 "ya no es hermético".
Qué es la fusión del núcleo dentro de la "olla atómica" y qué provoca
En el centro de cada reactor hay 100 barras de uranio enriquecido que perdieron refrigeración.
La planta Daiichi de Fukushima que tiene en vilo a Japón y al mundo tiene seis reactores nucleares. Tres de ellos estaban fuera de funcionamiento el día del terremoto por mantenimiento.
Los otros tres se apagaron dos minutos después del terremoto. De los tres reactores fue el número 1 el que sufrió primero las consecuencias del terremoto del viernes 11 de marzo. El sábado falló el 3. Y ayer hubo problemas y una explosión en el 2.
El reactor 1 que equipa Fukushima se conoce como BWR, que traducido del inglés significa "agua hirviente". En esta usina, el centenar de elementos combustibles atómicos (barras de uranio enriquecido) está encerrado dentro de un contenedor lleno de agua, que cumple la misión de refrigerar el núcleo y moderar la reacción nuclear.
En esa "caldera atómica", el agua entra en ebullición y produce el vapor que moverá una turbina acoplada a un generador de electricidad. Luego, el vapor producido por la "caldera atómica" es reinyectado al interior del reactor tras volver a estado líquido para cumplir con su misión de enfriamiento. Allí es donde en apariencia se produjo la falla que puso al mundo en alerta.
Con el temblor, las centrales fueron desactivadas automáticamente. Pero, a diferencia de las usinas convencionales, los reactores requieren ser enfriados durante algunos días para evitar, precisamente, que se funda el núcleo. Un "apagón" en la planta, producido por el terremoto, impidió operar motores, válvulas e instrumentos que controlan los sistemas refrigerantes en el interior del núcleo.
Sin sistema de frío que lo controle, el núcleo se recalienta y puede generar un derretimiento del combustible nuclear que se funde con el "tacho" de acero que lo alberga. En esas circunstancia, las radiaciones escapan a la atmósfera y envenenan lo que encuentran al paso. Lo mismo podría ocurrir en el reactor 3. "El riesgo de un derretimiento se vuelve una realidad", estimaron especialistas brasileños y argentinos. Fue lo que ocurrió en Chernobyl.
Si bien es cierto que la "olla nuclear" está dentro de un contenedor de acero, de forma cilíndrica que a su vez es protegido por un edificio de concreto, no es posible descartar una "crisis nuclear": el núcleo podría alcanzar temperaturas tan elevadas que la masa derretida se funda al contenedor y de allí trasvase al exterior. De eso se trata cuando se habla de "fusión del núcleo" del reactor.
Por el aumento de la presión en el interior de la central, que duplicó el estándar permitido, los operadores de Fukushima decidieron liberar vapor al exterior. Pero como no lograron controlar el exceso de calentamiento del núcleo, inyectaron agua de mar en el edificio con ácido bórico en su lucha por bajarle la temperatura a la central e inhibir la reacción nuclear.
Con la liberación de vapor a la atmósfera necesariamente hay una contaminación radiactiva a la que quedan expuestos los habitantes de la zona. Es lo que le ha ocurrido a al menos 160 personas.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, el accidente en Fukushima alcanzó el grado 4, sólo superado por el de Chernobyl (nivel 7) y el de Three Mile Island, EEUU, en 1979 (nivel 5). Sin embargo, ayer expertos franceses dijeron que subió a grado 5 o 6.
Los otros tres se apagaron dos minutos después del terremoto. De los tres reactores fue el número 1 el que sufrió primero las consecuencias del terremoto del viernes 11 de marzo. El sábado falló el 3. Y ayer hubo problemas y una explosión en el 2.
El reactor 1 que equipa Fukushima se conoce como BWR, que traducido del inglés significa "agua hirviente". En esta usina, el centenar de elementos combustibles atómicos (barras de uranio enriquecido) está encerrado dentro de un contenedor lleno de agua, que cumple la misión de refrigerar el núcleo y moderar la reacción nuclear.
En esa "caldera atómica", el agua entra en ebullición y produce el vapor que moverá una turbina acoplada a un generador de electricidad. Luego, el vapor producido por la "caldera atómica" es reinyectado al interior del reactor tras volver a estado líquido para cumplir con su misión de enfriamiento. Allí es donde en apariencia se produjo la falla que puso al mundo en alerta.
Con el temblor, las centrales fueron desactivadas automáticamente. Pero, a diferencia de las usinas convencionales, los reactores requieren ser enfriados durante algunos días para evitar, precisamente, que se funda el núcleo. Un "apagón" en la planta, producido por el terremoto, impidió operar motores, válvulas e instrumentos que controlan los sistemas refrigerantes en el interior del núcleo.
Sin sistema de frío que lo controle, el núcleo se recalienta y puede generar un derretimiento del combustible nuclear que se funde con el "tacho" de acero que lo alberga. En esas circunstancia, las radiaciones escapan a la atmósfera y envenenan lo que encuentran al paso. Lo mismo podría ocurrir en el reactor 3. "El riesgo de un derretimiento se vuelve una realidad", estimaron especialistas brasileños y argentinos. Fue lo que ocurrió en Chernobyl.
Si bien es cierto que la "olla nuclear" está dentro de un contenedor de acero, de forma cilíndrica que a su vez es protegido por un edificio de concreto, no es posible descartar una "crisis nuclear": el núcleo podría alcanzar temperaturas tan elevadas que la masa derretida se funda al contenedor y de allí trasvase al exterior. De eso se trata cuando se habla de "fusión del núcleo" del reactor.
Por el aumento de la presión en el interior de la central, que duplicó el estándar permitido, los operadores de Fukushima decidieron liberar vapor al exterior. Pero como no lograron controlar el exceso de calentamiento del núcleo, inyectaron agua de mar en el edificio con ácido bórico en su lucha por bajarle la temperatura a la central e inhibir la reacción nuclear.
Con la liberación de vapor a la atmósfera necesariamente hay una contaminación radiactiva a la que quedan expuestos los habitantes de la zona. Es lo que le ha ocurrido a al menos 160 personas.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, el accidente en Fukushima alcanzó el grado 4, sólo superado por el de Chernobyl (nivel 7) y el de Three Mile Island, EEUU, en 1979 (nivel 5). Sin embargo, ayer expertos franceses dijeron que subió a grado 5 o 6.
Fuente: Los Andes Online



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