La gente huye de Tokio por la radiación
En algunos sectores de la ciudad más populosa del mundo el nivel radiactivo es 20 veces superior al normal. Se incendió otro reactor en la central de Fukushima.
miércoles, 16 de marzo de 2011
CC y Agencia AFP
![]() |
| Koriyama. Los evacuados son sometidos a un test de radiación. (AP) |
Una parte importante de la población de Tokio, un conglomerado de 35 millones de habitantes, huye hacia el sur de Japón, escapando a la radiactividad que ayer alcanzó niveles alarmantes tras escapar de la colapsada central de Fukushima, distante 270 km de la capital. En tanto, los extranjeros tratan de abandonar el país.
Los niveles de radiación, luego de los últimos accidentes en la central de Fukushima, ascendieron a 20 veces lo normal en algunos barrios de la capital japonesa. En la prefectura de Ibaraki, 100 km al noreste de Tokio y fronteriza con Fukushima, la radiación alcanzó un nivel 100 veces mayor que el habitual.
Pero en las últimas horas disminuyeron esos niveles y la Organización Meteorológica Mundial informó que los vientos cambiaron de dirección y empujan la radiactividad hacia el Pacífico. De todas maneras, quien puede huye hacia el sur del país, para alejarse de la central de Fukushima, ubicada en el noreste. Los extranjeros procuran dejar Japón en cualquier avión, pero no es fácil porque no hay disponibilidad de pasajes.
El aeropuerto de Haneda se vio repleto de gente, en especial de parejas japonesas con niños, que quieren alejarlos del peligro de la radiación. "No sé si hay peligro pero lo importante es poner a resguardo a mi niño", comentó una mujer.
Pese a todo, la vida en la gran ciudad no se frenó, muchos negocios estuvieron abiertos, pero menos gente circuló en las calles. Muchos locales redujeron al mínimo la iluminación. Los servicios de trenes y subte están reducidos, para ahorrar energía, lo que crea un decaimiento de la actividad.
Los negocios de alimentos quedaron vacíos luego de que la gente se proveyó de artículos indispensables, y la reposición es lenta o está cancelada por los caminos cortados por el sismo. También escasea el combustible y muchas personas comienzan a preguntar en los hospitales sobre los riesgos que corren y qué deben hacer para protegerse.
Mientras tanto, en la zona de la planta de Fukushima, donde ayer se produjeron nuevas explosiones, las autoridades ordenaron a unos 300.000 pobladores que se encierren en sus casas para no exponerse a una posible lluvia radiactiva. En un discurso televisado a todo el país, el primer ministro Naoto Kan dijo que la radiación se había esparcido desde los cuatro reactores de la planta nuclear Fukushima, una de las más afectadas por el terremoto de magnitud 9 que fue seguido por un maremoto, dejando más de 10.000 muertos y millones de personas en la miseria y asestando un duro golpe a la tercera economía mundial.
La Agencia Internacional de Energía Atómica dijo que el incendio de ayer fue en un estanque de almacenamiento, una pileta donde los desechos del combustible nuclear se mantienen fríos, y que esa "radiactividad está siendo liberada directamente a la atmósfera". En el peor de los casos, el núcleo del reactor podría fusionarse por completo, un desastre que provocaría la liberación de una vasta cantidad de radiación en la atmósfera.
Las autoridades al sur de Fukushima informaron que el nivel de radiación era 100 veces mayor que el normal. Indicaron que ese nivel, aunque es preocupante si las personas se exponen a la radiación por un tiempo prolongado, por ahora no es letal.
El primer ministro confirmó que hay peligro de que se produzcan más fugas. "Por favor no salgan a la calle. Quédense en sus casas. Cierren las ventanas y sellen las rendijas de su casas. No enciendan los ventiladores. Cuelguen su ropa lavada dentro de sus viviendas", recomendó.
Se trata de la peor crisis nuclear que haya afectado Japón desde las bombas atómicas arrojadas a Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, es la primera vez que ese tipo de amenaza nuclear se ha presentado en el mundo desde el desastre de la planta nuclear de Chernobyl, Rusia en 1986.
Tres reactores de la planta nuclear quedaron en una grave situación después del terremoto del viernes, perdiendo su capacidad de refrigeración y provocando una fuga radiactiva. Un cuarto reactor que no estaba en operación se incendió ayer y la radiación ha empeorado.
Millones de personas pasaron la cuarta noche con escasa comida, sin agua, ni calefacción bajo temperaturas casi gélidas.
Los niveles de radiación, luego de los últimos accidentes en la central de Fukushima, ascendieron a 20 veces lo normal en algunos barrios de la capital japonesa. En la prefectura de Ibaraki, 100 km al noreste de Tokio y fronteriza con Fukushima, la radiación alcanzó un nivel 100 veces mayor que el habitual.
Pero en las últimas horas disminuyeron esos niveles y la Organización Meteorológica Mundial informó que los vientos cambiaron de dirección y empujan la radiactividad hacia el Pacífico. De todas maneras, quien puede huye hacia el sur del país, para alejarse de la central de Fukushima, ubicada en el noreste. Los extranjeros procuran dejar Japón en cualquier avión, pero no es fácil porque no hay disponibilidad de pasajes.
El aeropuerto de Haneda se vio repleto de gente, en especial de parejas japonesas con niños, que quieren alejarlos del peligro de la radiación. "No sé si hay peligro pero lo importante es poner a resguardo a mi niño", comentó una mujer.
Pese a todo, la vida en la gran ciudad no se frenó, muchos negocios estuvieron abiertos, pero menos gente circuló en las calles. Muchos locales redujeron al mínimo la iluminación. Los servicios de trenes y subte están reducidos, para ahorrar energía, lo que crea un decaimiento de la actividad.
Los negocios de alimentos quedaron vacíos luego de que la gente se proveyó de artículos indispensables, y la reposición es lenta o está cancelada por los caminos cortados por el sismo. También escasea el combustible y muchas personas comienzan a preguntar en los hospitales sobre los riesgos que corren y qué deben hacer para protegerse.
Mientras tanto, en la zona de la planta de Fukushima, donde ayer se produjeron nuevas explosiones, las autoridades ordenaron a unos 300.000 pobladores que se encierren en sus casas para no exponerse a una posible lluvia radiactiva. En un discurso televisado a todo el país, el primer ministro Naoto Kan dijo que la radiación se había esparcido desde los cuatro reactores de la planta nuclear Fukushima, una de las más afectadas por el terremoto de magnitud 9 que fue seguido por un maremoto, dejando más de 10.000 muertos y millones de personas en la miseria y asestando un duro golpe a la tercera economía mundial.
La Agencia Internacional de Energía Atómica dijo que el incendio de ayer fue en un estanque de almacenamiento, una pileta donde los desechos del combustible nuclear se mantienen fríos, y que esa "radiactividad está siendo liberada directamente a la atmósfera". En el peor de los casos, el núcleo del reactor podría fusionarse por completo, un desastre que provocaría la liberación de una vasta cantidad de radiación en la atmósfera.
Las autoridades al sur de Fukushima informaron que el nivel de radiación era 100 veces mayor que el normal. Indicaron que ese nivel, aunque es preocupante si las personas se exponen a la radiación por un tiempo prolongado, por ahora no es letal.
El primer ministro confirmó que hay peligro de que se produzcan más fugas. "Por favor no salgan a la calle. Quédense en sus casas. Cierren las ventanas y sellen las rendijas de su casas. No enciendan los ventiladores. Cuelguen su ropa lavada dentro de sus viviendas", recomendó.
Se trata de la peor crisis nuclear que haya afectado Japón desde las bombas atómicas arrojadas a Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, es la primera vez que ese tipo de amenaza nuclear se ha presentado en el mundo desde el desastre de la planta nuclear de Chernobyl, Rusia en 1986.
Tres reactores de la planta nuclear quedaron en una grave situación después del terremoto del viernes, perdiendo su capacidad de refrigeración y provocando una fuga radiactiva. Un cuarto reactor que no estaba en operación se incendió ayer y la radiación ha empeorado.
Millones de personas pasaron la cuarta noche con escasa comida, sin agua, ni calefacción bajo temperaturas casi gélidas.
La peligrosa misión de los 50 "liquidadores"
CC y El Mundo
Un grupo de 50 ingenieros tiene por delante una misión histórica: intentar refrigerar los reactores de Fukushima afectados por el sismo. Son los únicos que quedan en la planta, de un total de 800 operarios. Son la última brigada, el último equipo que emprenderá un intento a la desesperada de mantener los núcleos de los tres reactores dañados a un nivel de refrigeración adecuado mediante el bombeo de agua de mar.
Su difícil labor recuerda a la de los "liquidadores" de Chernobyl, cerca de 800.000 personas, principalmente rusos, ucranianos y bielorrusos, que participaron en la limpieza y en la construcción de una zanja alrededor del reactor accidentado el 26 de abril de 1986. El accidente causó la mayor liberación de radiactividad que se haya registrado jamás. Más de cinco millones de personas fueron clasificadas como "contaminadas".
Los equipos de "liquidadores" estaban compuestos, sobre todo, por bomberos, científicos y especialistas nucleares, además de tropas terrestres y aéreas e ingenieros y geólogos. Pero también hubo obreros de la construcción o simples funcionarios que trabajaron allí como voluntarios. Su función fue apagar los incendios y construir el sarcófago que debía contener la radiación y, como era de esperar, sufrieron toda clase de enfermedades por su exposición a la radiación. Muchos de ellos murieron.
El radiobiólogo español Eduard Rodríguez-Farré explicó que en la zona del sarcófago de Chernobyl quedó una cantidad enorme de radiactividad, lo que provocó un gran número de muertos entre los "liquidadores". Y teme que la historia pueda repetirse en Japón.
"Los liquidadores son expertos en el manejo de barras de uranio y plutonio. Sellar una central es parte de su trabajo y saben que les puede tocar hacerlo", explicó.
Cerca del núcleo puede haber unos 2.000º C de temperatura (en una turbina de avión hay unos 700º). Los trajes que llevan son muy aislantes y les permiten acercarse a 5 o 6 metros del núcleo.
El riesgo para la salud de los trabajadores de Fukushima es mucho mayor ya que habitualmente, antes de entrar en el reactor, se deja que se enfríe. Los "liquidadores" japoneses se han metido en el reactor con temperaturas muy altas. "Los neutrones son muy pequeños y además, como no están cargados, no hay barreras que los frenen. Uno puede ponerse un traje grueso con la esperanza de que la mayoría de los neutrones no pase, pero la física nuclear dice que no hay nada seguro, se trata del principio de incertidumbre. Algunos neutrones pueden pasar y chocar contra una molécula de ADN", afirma el especialista.
Los "liquidadores" japoneses llevan a cabo estas tareas:
1. Inyectan agua borada a presión dentro de la vasija del reactor para refrigerar y cubrir todo lo posible el núcleo.
2. Refrigeran externamente la vasija del reactor para ayudar al mismo objetivo de enfriar el interior.
3. Purgan cuando exceda la presión de los límites aceptables y vigilan la concentración de hidrógeno.
4. Mantienen la integridad de las contenciones y del toro.
5. Llevan a cabo turnos para mantenerse dentro de los límites aceptables de exposición de cada uno de ellos.
Su difícil labor recuerda a la de los "liquidadores" de Chernobyl, cerca de 800.000 personas, principalmente rusos, ucranianos y bielorrusos, que participaron en la limpieza y en la construcción de una zanja alrededor del reactor accidentado el 26 de abril de 1986. El accidente causó la mayor liberación de radiactividad que se haya registrado jamás. Más de cinco millones de personas fueron clasificadas como "contaminadas".
Los equipos de "liquidadores" estaban compuestos, sobre todo, por bomberos, científicos y especialistas nucleares, además de tropas terrestres y aéreas e ingenieros y geólogos. Pero también hubo obreros de la construcción o simples funcionarios que trabajaron allí como voluntarios. Su función fue apagar los incendios y construir el sarcófago que debía contener la radiación y, como era de esperar, sufrieron toda clase de enfermedades por su exposición a la radiación. Muchos de ellos murieron.
El radiobiólogo español Eduard Rodríguez-Farré explicó que en la zona del sarcófago de Chernobyl quedó una cantidad enorme de radiactividad, lo que provocó un gran número de muertos entre los "liquidadores". Y teme que la historia pueda repetirse en Japón.
"Los liquidadores son expertos en el manejo de barras de uranio y plutonio. Sellar una central es parte de su trabajo y saben que les puede tocar hacerlo", explicó.
Cerca del núcleo puede haber unos 2.000º C de temperatura (en una turbina de avión hay unos 700º). Los trajes que llevan son muy aislantes y les permiten acercarse a 5 o 6 metros del núcleo.
El riesgo para la salud de los trabajadores de Fukushima es mucho mayor ya que habitualmente, antes de entrar en el reactor, se deja que se enfríe. Los "liquidadores" japoneses se han metido en el reactor con temperaturas muy altas. "Los neutrones son muy pequeños y además, como no están cargados, no hay barreras que los frenen. Uno puede ponerse un traje grueso con la esperanza de que la mayoría de los neutrones no pase, pero la física nuclear dice que no hay nada seguro, se trata del principio de incertidumbre. Algunos neutrones pueden pasar y chocar contra una molécula de ADN", afirma el especialista.
Los "liquidadores" japoneses llevan a cabo estas tareas:
1. Inyectan agua borada a presión dentro de la vasija del reactor para refrigerar y cubrir todo lo posible el núcleo.
2. Refrigeran externamente la vasija del reactor para ayudar al mismo objetivo de enfriar el interior.
3. Purgan cuando exceda la presión de los límites aceptables y vigilan la concentración de hidrógeno.
4. Mantienen la integridad de las contenciones y del toro.
5. Llevan a cabo turnos para mantenerse dentro de los límites aceptables de exposición de cada uno de ellos.
En la UE hablaron de "apocalipsis"
![]() |
| Arriba, controles continuos a los japoneses por el riesgo de radiactividad. Abajo, preocupación de expertos europeos en energía atómica. (Fotos: AP y AFP) |
Los países de la Unión Europea (UE) decidieron imponer controles de resistencia a sus centrales nucleares ante eventuales sismos, tsunamis y ataques terroristas, tras el accidente en Japón.
"En Japón se habla de apocalipsis y creo que es una palabra particularmente bien elegida", dijo ayer el comisario europeo para la Energía, Günther Öettinger, sobre la crisis nuclear en ese país, ante una comisión del Parlamento Europeo en Bruselas. "Prácticamente todo está fuera de control", agregó el comisario. Y dijo "no excluir lo peor en las próximas horas y días".
La evaluación de la gravedad de los accidentes nucleares en Japón "pasó de un nivel 4 a 6 en base a lo sucedido en las últimas 24 horas", explicó el comisario.
La idea que plasmó en conferencia de prensa es "reexaminar los riesgos de tsunamis, ataques terroristas, sismos y cortes de electricidad" en las instalaciones en Europa, dotadas con unos 150 reactores. Según el experto, la antigüedad y el tipo de construcción de las centrales también se tendrán en cuenta.
Según lo dicho, la participación en los controles será voluntaria y se ofrecerá a otros países no miembros de la Unión Europea, como Suiza, Turquía o Rusia, la posibilidad de tomar parte.
"En Japón se habla de apocalipsis y creo que es una palabra particularmente bien elegida", dijo ayer el comisario europeo para la Energía, Günther Öettinger, sobre la crisis nuclear en ese país, ante una comisión del Parlamento Europeo en Bruselas. "Prácticamente todo está fuera de control", agregó el comisario. Y dijo "no excluir lo peor en las próximas horas y días".
La evaluación de la gravedad de los accidentes nucleares en Japón "pasó de un nivel 4 a 6 en base a lo sucedido en las últimas 24 horas", explicó el comisario.
La idea que plasmó en conferencia de prensa es "reexaminar los riesgos de tsunamis, ataques terroristas, sismos y cortes de electricidad" en las instalaciones en Europa, dotadas con unos 150 reactores. Según el experto, la antigüedad y el tipo de construcción de las centrales también se tendrán en cuenta.
Según lo dicho, la participación en los controles será voluntaria y se ofrecerá a otros países no miembros de la Unión Europea, como Suiza, Turquía o Rusia, la posibilidad de tomar parte.
Fuente: Los Andes Online

En Fukushima hacen tests de radiación a la gente. AP
Víctimas del terremoto fueron trasladadas a Tokio. En la capital, el temor se está generalizando. (AP)
Arriba, controles continuos a los japoneses por el riesgo de radiactividad. Abajo, preocupación de expertos europeos en energía atómica. (Fotos: AP y AFP)

No hay comentarios:
Publicar un comentario