Mapa de la muerte
En España hay 115 mil desaparecidos de la Guerra Civil. El gobierno puso a disposición un mapa que evidencia dónde están las fosas comunes con las víctimas.

El gobierno español presentó un mapa inédito del país. Un mapa plagado de banderitas, una por cada fosa en la que fueron enterrados las miles de personas asesinadas y desaparecidas durante la Guerra Civil (1936-1939) y los primeros años de la dictadura franquista. En total son 2250 fosas que ya han sido identificadas y en casi la mitad, 1206, más de tres décadas después de la reinstauración de la democracia, todavía siguen enterradas las víctimas sin siquiera una placa con su nombre, contó el periodista Pablo Pérez Alva para el diario Tiempo Argentino.
El mapa está disponible en la web del Departamento vasco de Justicia. La iniciativa está dirigida a la recuperación de la memoria histórica. Para ello, los nuevos contenidos están recogidos bajo el lema Rescatar la verdad, poner fin al silencio. Se trata de facilitar una herramienta para conocer caso por caso y pueblo por pueblo lo que ocurrió durante años para olvidar.
“Faltan las que están en trabajos de localización y prospección y las que están ahora mismo sumándose y todavía han sido incluidas. Más luego las que todavía no se han investigado. La cifra va a aumentar calculo que en al menos 1500 fosas más”, afirma Santiago Carcas, presidente de la Asociación por la Recuperación de Desaparecidos del Franquismo (ARDF).
Esta ONG ha realizado en lo que va de año la prospección de siete fosas y está investigando tres más (ninguna de ellas incluida en el mapa) en la región de Aragón, la que más enterramientos aporta a la lista, con 594.
La localización de las inhumaciones clandestinas se realiza gracias a la información que proporcionan los propios familiares de las víctimas, que durante todos estos años han sabido o tenido sospechas de donde estaban enterrados sus esposos, hermanos, padres o tíos y no han podido hacer nada, primero por la represión fascista y luego, ya en democracia, por la falta del apoyo oficial y por temor.
“Hay miedo entre la gente mayor, que es quien sabe dónde están las fosas comunes o dónde están sus familiares. El miedo y el terror son atroces”, sostiene Carcas, quien agrega que “se siguió asesinando impunemente, por parte de guardias civiles y de falangistas, hasta 1945”, seis años después de que acabara la guerra. Las fosas clandestinas con los restos de los desaparecidos, explica, se encuentran en las zonas rurales.
Según la crónica de Tiempo Argentino. En las ciudades, las ejecuciones fueron llevadas a cabo por militares y las víctimas enterradas en cementerios, mientras que en los pueblos, eran los propios vecinos fascistas, con el apoyo de la Guardia Civil (el cuerpo de policía militarizado), los que llevaban a cabo los asesinatos.
“Hacían listas negras de personas que a ellos les molestaban por lo que fuere, no importa: por envidias, porque habían discutido con alguno de los falangistas del pueblo. Cualquier excusa era válida para denunciar a una persona o a su familia”, relata el presidente de la ARDF. Durante la guerra, en cada pueblo en que entraban los militares sublevados contra el gobierno democrático, un comité del que normalmente formaban parte el alcalde y el cura hacía una lista negra y la Guardia Civil se llevaba a los marcados.
De este modo desaparecieron alrededor de 115 mil personas, según el auto que elaboró el juez Baltasar Garzón en 2006. Por esa investigación, el magistrado fue inhabilitado y está siendo procesado por prevaricación al desobedecer una ley de los primeros años de la democracia amnistiaba todos los crímenes del fascismo. Norma que sigue vigente pese a las reiteradas notificaciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que España investigue esos delitos. Tiempo Argentino/Noticiasdelava.com/abc.es
Fuente: diariouno.com.ar


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