miércoles, 3 de agosto de 2011

Cartoneros y desempleados trabajarán en una recicladora

Se inaugura mañana y es una de las 20 que funcionan en el país junto a la de Maipú. Inversión de 12 millones de pesos. Veinte personas consiguen empleo genuino.

miércoles, 03 de agosto de 2011

Cartoneros y desempleados trabajarán en una recicladora
Quienes desarrollan el proyecto esperan que en 
15 meses la iniciativa sea autosustentable.

A partir de esta semana, General Alvear será uno de los 20 municipios del país que podrá prever de antemano el destino final de los residuos diarios, evitando el pasivo ambiental en su gran mayoría e incluso obteniendo una utilidad económica de los mismos.

Con la inauguración de una moderna planta de tratamiento y reciclaje de residuos sólidos urbanos que será operada por ex cartoneros y desempleados, la comuna sureña se convertirá en la primera del país en poseer una instalación similar para un número tan reducido de habitantes.

El único antecedente de una planta de estas características en Mendoza está en Maipú, que atiende también a Luján de Cuyo sumando unos 400.000 habitantes. En este caso, la planta alvearense sólo recibirá las 50 toneladas diarias que generan sus 50.000 pobladores, abarcando la ciudad y los distritos.

La obra comenzó a gestarse en 2005, junto con lo que hoy cobra forma de Centro Ambiental Integrado, en el que además funciona el depósito de pilas y baterías y se construye desde hace dos años la planta de tratamiento de líquidos cloacales.

El plazo de construcción fue de un año y las tareas estuvieron a cargo de la empresa bonaerense Merco Vial S.A., que resultó ganadora de la licitación nacional.

Todo se emplaza en los terrenos del secano ubicados en el fondo del paraje La Marzolina, sobre calles 7 y R, a 12 kilómetros del centro de la ciudad.

El costo fue cercano a los 12 millones de pesos, subsidiados en un 80% por el Banco Interamericano de Desarrollo y el 20% restante por Secretaría de Ambiente de la Nación.

El funcionamiento

La planta de tratamiento será operada por una cooperativa de trabajo en formación, para la que se seleccionó a un grupo de 20 cartoneros y desempleados que hacían de la búsqueda de la basura su modo de subsistencia.

La mayoría reside en barrios humildes de Alvear y Bowen, tienen entre 20 y 50 años, sus familias no reciben prácticamente ningún subsidio asistencial por parte del Estado. Entre ellos hay changarines, ayudantes de albañil, vendedores ambulantes y hasta amas de casa que en momentos de crisis no tuvieron más opción que salir a revisar la basura ajena o ir directamente a los antiguos basurales a cielo abierto en procura de conseguir algo para llevar a la mesa familiar o útil para vender.

Para su nueva ocupación fueron capacitados durante los últimos meses en el manejo de la maquinaria y la clasificación manual y mecánica de residuos orgánicos e inorgánicos y su propio salario estará directamente ligado a la productividad y a la cantidad de elementos clasificados por área.

"Todos van a contar con los elementos de seguridad indispensables y un puesto de trabajo estable" explicó el director de Gestión Ambiental de la comuna, Alejandro Llul. El municipio se hará cargo a su vez de los primeros seis meses de sueldos, hasta tanto se finalice la conformación legal de la cooperativa.

"Para mí es un orgullo poder decir a mi familia que ahora tengo un trabajo como cualquier vecino y voy a cobrar un sueldo" dice Ariel (26), uno de los flamantes trabajadores de la planta. Otros, menos proclives a hablar simplemente dicen estar "muy contentos" y no ven la hora de empezar a recibir los camiones cargados de desechos.

"No importa que esté frío ni que sea sacrificado. A nadie la gusta pedir y no queremos que nos regalen nada. Es nuestro trabajo, es digno y lo vamos a cumplir con alegría" afirma con orgullo Miguel (41).

El costo total de 12.000.000 de pesos se destinó a la construcción de dos edificios para la administración y el descanso de los empleados más el galpón principal que aloja la maquinaria de tratamiento y clasificación, sumando más de 1.000 metros cuadrados cubiertos.

También se invirtió en la realización de las piletas de hormigón de 2.000 metros cuadrados para el repostaje de los residuos orgánicos, las que están aisladas con una membrana geotextil de 2.000 micrones que impiden cualquier contacto, de los líquidos lixiviados, con el suelo. 

De lunes a viernes


La instalación funcionará de lunes a viernes en horario continuado, con doble turno los lunes para dar abasto con lo acumulado los fines de semana. Los camiones van a descargar en la entrada y desde allí comenzará el recorrido por cintas transportadoras para la clasificación de los residuos y posterior proceso de reciclado.

Vidrios, textiles, plástico, metales y materia orgánica tendrán diversos destinos, pero se prevé reciclar un 80% del total de lo que ingrese mientras que el resto irá a parar a 5 hectáreas de un predio de 10 en las que se utilizará como relleno sanitario. Entre otros subproductos, los ideólogos del proyecto esperan obtener compost, un abono orgánico de gran calidad, en tanto que el vidrio, metal, plástico y los demás elementos reciclables serán procesados y compactados en fardos de 50 centímetros cuadrados que luego serán comercializados.
 
Fuente: Los Andes Online

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