Afganistán: tras diez años de guerra, los talibán se reforzaron
Sus armas y comunicaciones son mejores que en 2001. Estiman que cuando EEUU y sus aliados se retiren, volverán al poder.
Los 90.000 combatientes talibán enfrentan a 400.000 soldados de EEUU y la OTAN, pero están bien armados. (AFP) |
miércoles, 05 de octubre de 2011
AFP
Diez años después de haber sido expulsados
del poder, los talibán se han reforzado y modernizado, sobre todo en la
organización y la comunicación, ganando mucho terreno hasta el punto de
que numerosos observadores consideran que un día volverán al poder en
Afganistán.
La coalición militar liderada por Estados Unidos derrocó a los talibán a finales de 2001 y los dio por acabados, pero ellos se camuflaron entre la población o se replegaron en el extranjero, sobre todo en el vecino Pakistán.
Emergieron de nuevo a partir de 2004, primero en sus tradicionales bastiones del sur y del este, y luego fueron conquistando terreno de manera que hoy controlan o tienen gran influencia en casi dos tercios del país, pese al aumento del contingente de la OTAN, integrado por 140.000 efectivos.
Los talibán cuentan con decenas de miles de miembros en sus filas cuyo número fue creciendo al compás de los combates y de las operaciones selectivas de la OTAN, con frecuencia mortíferas.
"Tenía en mis filas a un diez por ciento de antiguos combatientes (procedentes del régimen talibán 1996-2001) y un noventa por ciento de nuevos reclutas", explica el mulá Noor Ul Aziz, que hasta el año pasado era el "gobernador fantasma" de los rebeldes de la norteña provincia de Kunduz.
"Muchos jóvenes combatientes se unieron a los talibán a causa de los abusos de las fuerzas extranjeras, porque éstas mataron a muchos civiles inocentes", asegura este hombre, el responsable talibán de mayor rango que se pasó al campo del gobierno y de los occidentales.
Muchos de estos jóvenes reclutas son afganos que pasaron su infancia en los campos de refugiados de Pakistán, donde sus familias se habían refugiado de la sangrienta guerra civil de los años 1990. La mayoría de los dirigentes talibán vive en este país, según expertos del movimiento.
Aunque los jóvenes combatientes son tan radicales como sus antepasados, su movimiento parece más abierto, al menos en cuanto a comunicación se refiere.
Mientras que el antiguo régimen talibán prohibía la televisión, los dirigentes rebeldes de hoy utilizan internet para hacer propaganda, colgando videos de ataques o de ejecuciones para atraer a los jóvenes, y recurren a Twitter para su página web "La voz de la yihad".
Sobre el terreno, algunos grupos son tan radicales como sus predecesores, enviando cartas de amenaza para disuadir a las mujeres de trabajar o atacando a las políticas o las niñas que van al colegio.
Pero otros optaron por una postura menos radical, destaca el analista político Ahmed Saeedi. "Son generalmente más complacientes. Ya no critican a los que no llevan barba ni prestan atención a la ropa", explicó, aunque no descarta la posibilidad de que sea una táctica para granjearse la simpatía de la población.
En el plano militar, los occidentales recalcan que los rebeldes evitan los combates frontales y prefieren los atentados suicidas y los asesinatos selectivos de responsables vinculados al gobierno. "Arremeten contra su propia población", denuncia el portavoz de la fuerza de la OTAN (ISAF), general Carsten Jacobson.
Según la ONU, los talibán son responsables de 80% de las víctimas civiles del conflicto, una cifra cuestionada por los insurgentes.
En los últimos años, el presidente afgano Hamid Karzai llamó en vano a los talibán a negociar la paz, pero estos siempre se han negado diciendo que no lo harán mientras no se marchen los soldados extranjeros.
Con la retirada programada de las tropas de combate de la OTAN, que se irán paulatinamente hasta finales de 2014, numerosos observadores estiman que los talibán volverán un día al poder.
"Si los estadounidenses se van del país, los talibanes retomarán sin duda alguna el poder", estima el analista político afgano Harun Mir.
La postura de Estados Unidos sobre este tema sigue siendo ambigua. Washington negocia con Kabul una "alianza estratégica a largo plazo" que prevé sobre todo el mantenimiento de un contingente estadounidense en Afganistán después de 2014.
La coalición militar liderada por Estados Unidos derrocó a los talibán a finales de 2001 y los dio por acabados, pero ellos se camuflaron entre la población o se replegaron en el extranjero, sobre todo en el vecino Pakistán.
Emergieron de nuevo a partir de 2004, primero en sus tradicionales bastiones del sur y del este, y luego fueron conquistando terreno de manera que hoy controlan o tienen gran influencia en casi dos tercios del país, pese al aumento del contingente de la OTAN, integrado por 140.000 efectivos.
Los talibán cuentan con decenas de miles de miembros en sus filas cuyo número fue creciendo al compás de los combates y de las operaciones selectivas de la OTAN, con frecuencia mortíferas.
"Tenía en mis filas a un diez por ciento de antiguos combatientes (procedentes del régimen talibán 1996-2001) y un noventa por ciento de nuevos reclutas", explica el mulá Noor Ul Aziz, que hasta el año pasado era el "gobernador fantasma" de los rebeldes de la norteña provincia de Kunduz.
"Muchos jóvenes combatientes se unieron a los talibán a causa de los abusos de las fuerzas extranjeras, porque éstas mataron a muchos civiles inocentes", asegura este hombre, el responsable talibán de mayor rango que se pasó al campo del gobierno y de los occidentales.
Muchos de estos jóvenes reclutas son afganos que pasaron su infancia en los campos de refugiados de Pakistán, donde sus familias se habían refugiado de la sangrienta guerra civil de los años 1990. La mayoría de los dirigentes talibán vive en este país, según expertos del movimiento.
Aunque los jóvenes combatientes son tan radicales como sus antepasados, su movimiento parece más abierto, al menos en cuanto a comunicación se refiere.
Mientras que el antiguo régimen talibán prohibía la televisión, los dirigentes rebeldes de hoy utilizan internet para hacer propaganda, colgando videos de ataques o de ejecuciones para atraer a los jóvenes, y recurren a Twitter para su página web "La voz de la yihad".
Sobre el terreno, algunos grupos son tan radicales como sus predecesores, enviando cartas de amenaza para disuadir a las mujeres de trabajar o atacando a las políticas o las niñas que van al colegio.
Pero otros optaron por una postura menos radical, destaca el analista político Ahmed Saeedi. "Son generalmente más complacientes. Ya no critican a los que no llevan barba ni prestan atención a la ropa", explicó, aunque no descarta la posibilidad de que sea una táctica para granjearse la simpatía de la población.
En el plano militar, los occidentales recalcan que los rebeldes evitan los combates frontales y prefieren los atentados suicidas y los asesinatos selectivos de responsables vinculados al gobierno. "Arremeten contra su propia población", denuncia el portavoz de la fuerza de la OTAN (ISAF), general Carsten Jacobson.
Según la ONU, los talibán son responsables de 80% de las víctimas civiles del conflicto, una cifra cuestionada por los insurgentes.
En los últimos años, el presidente afgano Hamid Karzai llamó en vano a los talibán a negociar la paz, pero estos siempre se han negado diciendo que no lo harán mientras no se marchen los soldados extranjeros.
Con la retirada programada de las tropas de combate de la OTAN, que se irán paulatinamente hasta finales de 2014, numerosos observadores estiman que los talibán volverán un día al poder.
"Si los estadounidenses se van del país, los talibanes retomarán sin duda alguna el poder", estima el analista político afgano Harun Mir.
La postura de Estados Unidos sobre este tema sigue siendo ambigua. Washington negocia con Kabul una "alianza estratégica a largo plazo" que prevé sobre todo el mantenimiento de un contingente estadounidense en Afganistán después de 2014.
Fuente: Los Andes Online
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