Reclama Piñera mayor firmeza con los estudiantes
El gobierno quiere que se castigue a quienes cometen desmanes en las manifestaciones
Por Carlos Vergara
Con inusual dureza, el gobierno de Sebastián Piñera hizo ayer
un contundente llamado a endurecer las medidas contra los responsables
de los incidentes en las marchas estudiantiles en Chile, que fue
recibido con críticas.
"Se terminó aquello de que un encapuchado cree que puede
hacer y deshacer, puede enfrentar, escupir y lanzar piedras o bombas
molotov a un carabinero; que puede apedrear un local comercial, poner
barricadas en cualquier momento o calle o buscar incendiar autos", dijo
el vocero del mandatario, Andrés Chadwick.
Se trató de una abierta crítica a la decisión de los
tribunales chilenos de liberar a los cerca de 200 detenidos tras los
violentos incidentes del jueves pasado.
"El gobierno busca que se aplique la ley. Carabineros
hace su trabajo, evitando que las personas que hacen actos vandálicos
puedan desarrollar sus acciones, pero cuando llegamos a los tribunales
de justicia, se otorgan las libertades. [Pedimos] que la ley se aplique,
que no exista impunidad", dijo el vocero, al insistir en el nuevo
proyecto de ley del oficialismo.
Este refuerza las sanciones para los responsables de
desórdenes públicos, al castigar severamente las tomas de instituciones
de enseñanza y saqueos en la vía pública.
Las palabras de Chadwick recibieron el inmediato repudio
de la oposición, que a través del presidente del Partido Socialista,
Osvaldo Andrade, criticó el accionar del gobierno.
"La derecha en Chile no sabe gobernar, por eso este
gobierno ha sido tan mal evaluado. Cuando no se sabe gobernar, la única
alternativa que se tiene es la brutalidad. Hoy, el diálogo tiene forma
de luma [el bastón que usan los carabineros] y bomba lacrimógena", dijo
Andrade.
El quiebre del diálogo entre los estudiantes y el
gobierno, suscitado la semana pasada, sigue generando controversias, más
aún luego de que el presidente optara por tomar vacaciones durante este
fin de semana largo en Bahía Coique, en las orillas del lago Ranco,
poco más de 900 kilómetros al sur de Santiago.
"Esto demuestra las prioridades del gobierno. Mientras
nosotros estamos trabajando y discutiendo por la educación, él está de
vacaciones", se quejó la dirigente estudiantil Camila Vallejo, que
anoche encabezaba la asamblea de la Confederación de Estudiantes de
Chile (Confech) en la ciudad de Valdivia, para decidir el futuro del
movimiento que demanda reformas en la educación.
Ayer, los estudiantes técnico-profesionales y la
Confederación Nacional de los Trabajadores de la Educación conminaron al
gobierno a terminar con los programas de ajuste curricular para la
enseñanza técnica, y amenazaron con un paro nacional para el próximo 15
de noviembre.
A ello se suma la gran protesta nacional convocada por
los estudiantes para el 19 de octubre. "Vamos a discutir cuáles son las
proyecciones del movimiento. La verdad es que tenemos varios elementos
sobre la mesa, no nos vamos a echar para atrás producto del quiebre de
la mesa con el Ejecutivo", dijo Vallejo.
Asimismo, el oficialismo restó valor al plebiscito
simbólico sobre la educación que se realizó los últimos dos días en
Chile, argumentando que rechazarán la votación vinculante que solicita
el estudiantado.
"No necesitamos una consulta masiva. Los esfuerzos que ha
hecho el gobierno para destrabar el conflicto han sido más que
suficientes. [El plebiscito] es sólo marketing político", aseveró
Chadwick.
Hasta ayer, el plebiscito organizado por los estudiantes y
profesores ya había agotado el millón de votos impresos en los centros
ciudadanos de sufragio. El presidente del Colegio de Profesores, Jorge
Gajardo, lanzó sus críticas contra el gobierno por desconocer la
iniciativa. "La legitimidad del proceso descansa en la gran mayoría de
personas que se están expresando en las urnas. Aquí hay un movimiento
real que se ha mantenido firme. El gobierno debe recoger esta señal y
reconocerla como vinculante", se quejó Gajardo a LA NACIÓN.
Fuente: lanacion.com
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