Tiangong-1, el primer ‘Palacio celeste’ de China
Hace poco más de un año, en agosto de 2010, medios oficiales como la agencia estatal Xinghua o Renmín Ribao
(‘Diario del Pueblo’, órgano del CC del PC de China) anunciaban la
puesta a punto en su fase final del primer programa de estaciones
orbitales tripuladas de la superpotencia asiática, así como que la
primera de éstas sería lanzada en el año 2011. Este
anuncio coincidía más o menos en el tiempo con otra decisión anunciada
por Estados Unidos, provocada indudablemente por la aguda crisis
económica que sufre este país desde 2008: la agencia espacial
pública NASA retiraría sus transbordadores espaciales en 2011 y suspende
su nuevo proyecto de programa tripulado, dejando así de tener capacidad
autónoma para enviar astronautas al espacio durante un período aún por
determinar… Ambas previsiones se han cumplido en este año en el que
conmemoramos medio siglo de presencia de nuestra especie en el espacio,
la hazaña del vuelo de Yuri Gagarin (Vostok 1, URSS, 1961).
El 29 de septiembre de 2011, hace unos días, China ha lanzado su primera estación espacial con capacidad para albergar cosmonautas: el Tiangong-1
(“Palacio celeste”). La primera estación Tiangong acompaña a partir de
ese día en nuestra órbita a la Estación Espacial Internacional (ISS). El
lanzamiento se efectuó con éxito a las 13:16 (UTC) por medio de un
cohete Larga Marcha CZ-2F/G desde el Centro Espacial Jiuquan (uno
de los tres cosmódromos de China), ubicado en la provincia de Gansu, en
pleno desierto de Gobi al sur de la frontera con Mongolia. Todas la
operaciones de este vuelo se han realizado de forma automática (no
tripulada), al estilo de los módulos rusos de la ISS (que alcanzan la
órbita sin tripulación y se acoplan a la ISS por medios propios). La
órbita típica del Tiangong-1 estará situada a unos 350 km de altitud
sobre la Tierra.
El lanzador de este primer “Palacio
celeste” orbital forma parte de la familia de cohetes chinos Larga
Marcha. El CZ-2F/G se compone de dos etapas con cuatro aceleradores en
la primera de ellas. Esta variante del Larga Marcha es capaz de
transportar a la órbita baja de la Tierra una carga útil de hasta 8.600
kg, protegida en el interior de su cofia aerodinámica.
Estación Tiangong y nave Shenzhou
China y la Federación de Rusia
comparten en la actualidad el exclusivo privilegio de disponer de
tecnología operativa para enviar personas al espacio gracias a las naves
Shenzhou y a sus progenitoras Soyuz [véase en 'Ciudad futura' la reciente infografía: Soyuz: La nave de la Tierra].
Tras años de programa espacial propio basado en el lanzamiento de
satélites y sondas, el 15 de octubre de 2003 la República Popular China
se convirtió en la tercera potencia espacial tripulada de la historia
con el lanzamiento y puesta en órbita del cosmonauta chino (taikonauta) Yang Liwei a bordo de la nave Shenzhou-5.
Las Shenzhou chinas son una versión actualizada de las míticas Soyuz
soviético-rusas, la otra nave actual con capacidad de enviar cosmonautas
a nuestra órbita. Diferencias técnicas aparte, ambas comparten el
diseño básico de la Soyuz original soviética de 1967, aunque las
Shenzhou chinas tienen unas cotas ligeramente superiores, mayor espacio
disponible para los cosmonautas y un módulo orbital cilíndrico
sobredimensionado. Una Shenzhou fue la primera nave que envió un chino
al espacio y será también una Shenzhou la primera nave china que se
acople a una estación espacial en órbita.
Izquierda: Yang Liwei, primer cosmonauta chino • Derecha: Zhou Jianping, ingeniero jefe de la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China (CMSE) |
Características de la estación orbital Tiangong-1
El primer programa de estaciones
orbitales chinas tiene como objetivos principales establecer una
presencia prolongada en el espacio, poner a prueba la eficiencia de los
sistemas de cita y acoplamiento en órbita y desarrollar un programa de
investigación espacial por medio de laboratorios científicos
permanentes. En este sentido, el Tiangong-1 es básicamente un minilaboratorio orbital autopropulsado de 3,5 m de diámetro máximo, 10,4 m de longitud (incluyendo el puerto de atraque) y una masa de 8,5 toneladas.
Por lo que se puede deducir de las
ilustraciones mostradas por la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada
de China, el diseño básico del Tiangong permitirá en un futuro próximo
variantes polivalentes; como su reconversión en carguero espacial
automático de segunda generación (tipo ATV de la Agencia Espacial
Europea) para el reabastecimiento de una futura estación espacial
multimodular china prevista en la década de los próximos años 20, tal y
como veremos al final del presente trabajo.
Vista posterior del Tiangong-1. En primer plano, el segmento o Módulo de servicio (aviónica, comunicaciones, equipos de soporte vital, motores principales de propulsión, etc.). |
Aunque aún no ha sido visitado ni
habitado tras su reciente puesta en órbita, el Tiangong-1 es ya una
estación espacial que dispone de puerto de atraque para naves tripuladas
(las Shenzhou referidas anteriormente) y, por tanto, tiene capacidad
para albergar a cosmonautas en su interior en períodos prolongados. Sólo
una pareja en este caso dadas sus limitadas dimensiones y capacidades.
Si bien el Tiangong-1 tiene algunas similitudes con la primera estación espacial de la historia, la Salyut 1 (URSS, 1971) [véase en 'Ciudad futura': Salyut 1: La primera estación espacial de la historia],
hay diferencias sustanciales entre ambas. La estación orbital china no
llega ni a la mitad de la masa de la soviética de los años 70: 8.500 kg
frente a 18.425 kg respectivamente… y mucho menos en cuanto al volumen
habitable: 15 m3 del Tiangong-1 frente a los 90 m3 de la Salyut 1. En
cualquier caso, la estación Tiangong tiene al igual que la primera
Salyut un solo puerto de atraque de naves en el frontal de su segmento
habitable, el Módulo laboratorio, así como un segmento de servicio
donde se ubican la instrumentación, sistemas de soporte vital y de
energía (con paneles solares fotovoltaicos desplegables) y los motores
principales de propulsión (varios motores de control de actitud o
maniobra están ubicados en diferentes zonas del fuselaje externo).
El Puerto de atraque de naves del primer Tiangong está basado en el sistema APAS-89 de diseño soviético, utilizado entre 1994 y 1998 en la Estación Mir
para el atraque de transbordadores de la NASA (Programa Shuttle-Mir) y
elegido por los chinos para sus estaciones y naves futuras. Se trata de
un sistema de acoplamiento nave-estación andrógino,
diferente del sistema, valga la expresión, “macho-hembra” (también de
diseño soviético) con el que se acoplan a la ISS las naves Soyuz o los
cargueros Progress (Rusia) y ATV (Europa).
Prueba en tierra del sistema de acoplamiento andrógino tipo APAS-89 del que está dotada la estación Tiangong para el atraque de naves Shenzhou |
Izquierda: fase final para el acoplamiento entre una estación Tiangong (izquierda) y una nave Shenzhou (derecha) • Derecha: Encuentro en órbita de tripulantes tras finalizar la maniobra de atraque. |
A pesar de que
China es hoy por hoy la única potencia con suficiente capacidad
económica para disponer de un programa tripulado independiente de la
cooperación internacional —como así viene demostrando en los últimos
años—, el estado actual de desarrollo de éste aún dista mucho de poder
emular los espectaculares resultados de las estaciones espaciales de la
Unión Soviética de las décadas de 1970 y 1980 e incluso el actual
programa espacial tripulado de la Federación de Rusia, el que asegura en
nuestros días la presencia internacional de cosmonautas y astronautas
en la ISS y el mantenimiento y supervivencia del complejo espacial
internacional.
El camino del cosmos está abierto para China
China anuncia a
partir del lanzamiento de su primera estación espacial propia —éste que
nos ocupa— un ambicioso programa orbital tripulado. A corto plazo están
previstos varios vuelos de naves Shenzhou a la nueva estación
Tiangong-1; el primero de ellos sin tripulación para poner a prueba los
sistemas de cita espacial y acoplamiento automático: Shenzhou 8 en noviembre de 2011; para posteriormente realizar al menos dos vuelos tripulados con destino al Tiangong-1: Shenzhou 9 y Shenzhou 10 a partir de 2012.
Entre 2014 y
2020 están programados nuevos lanzamientos de estaciones unimodulares
Tiangong de características similares a la primera (Tiangong 2 y Tiangong 3) y posteriormente un Módulo de 20 toneladas similar a las Salyut, al Módulo base de la Estación Orbital soviética Mir [véase en 'Ciudad futura': Dossier Mir]
o al módulo ruso Zvezda de la ISS, que estará dotado de múltiples
puertos (cinco frontales y uno posterior) que sirvan para el atraque de
naves tripuladas o cargueros automáticos y para su posterior ampliación
con el acoplamiento sucesivo de nuevos módulos hasta llegar a las 60
toneladas o más en órbita.
En resumen, China podría estar en condiciones a principios de la próxima década de componer el mecano de una Estación espacial multimodular tripulada
de forma permanente. La República Popular China, la “potencia económica
global del siglo XXI”, la fábrica del mundo actual, está dando aún sus
primeros pasos en el espacio tripulado sin prisas pero sin pausas, con
la firmeza y seguridad que caracterizan a quien sí tiene recursos
propios para seguir adelante en el camino del cosmos.
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