Ataque racista conmociona a Italia
Un extremista de derecha asesinó en Florencia a dos vendedores ambulantes senegaleses e hirió a otros tres antes de suicidarse. Para algunos fue un hecho aislado de un desequilibrado, para otros se trató de un acto de xenofobia fruto del clima político violento.
Agencia AFP
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La gente deja flores en el lugar en donde cayeron muertos los dos
vendedores ambulantes frente a un mercado en la ciudad de Florencia.
(AFP)
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Italia amaneció el miércoles chocada tras el
ataque racista la víspera en Florencia protagonizado por un extremista
de derecha, que mató a dos vendedores ambulantes senegaleses e hirió
gravemente a otros tres antes de suicidarse.
La correría asesina del italiano Gianluca Casseri, escritor de ciencia ficción con tendencias depresivas y que militaba en el centro cultural de extrema derecha Casa Pound, dedicado al poeta norteamericano Ezra Pound admirador de Benito Mussolini, divide a los editorialistas y a la opinión pública.
Para algunos se trata de un acto aislado de un desequilibrado, mientras para otros se trató de un acto de xenofobia, fruto del clima político violento fomentado en los últimos años por formaciones tales como la Liga Norte, aliadas del precedente gobierno liderado por Silvio Berlusconi y abiertamente contrarias a la presencia de inmigrantes en la península.
"Era sólo un loco, nada más", escribió el editorialista Vittorio Feltri en Il Giornale (derecha), diario de la familia de Berlusconi.
Completamente opuesta es la evaluación del editorialista Adriano Sofri en el diario de izquierda La Repubblica.
"No lo tratemos como si fuera un loco a nuestro Breivik local", escribió al compararlo con el autor de la terrible masacre de 77 personas en Noruega cometida el pasado 22 de julio.
Sofri denuncia "las desviaciones mentales de Breivik contra los que corrompen la raza que inspiraron la matanza de jóvenes noruegos así como los fantasmas antijudíos de Casseri convertidos en cuerpos de senegaleses", inmigrantes y además negros.
Ataque a gitanos
El atentado racista ocurre además pocos días después de que unas bandas atacaran el sábado con petardos y bombas molotov un campo de gitanos de los suburbios pobres de Turín por la "presunta" violación de una chica italiana de 16 años.
Pese a que la chica confesó que se había inventado la violación para justificar su primera relación sexual ante la familia y que su hermano intentó frenar el ataque tras la confesión, la banda arrasó con el campo e incendió remolques, colchones y trajes despojando de todo haber a los gitanos.
Si bien la clase política italiana condenó "el gesto aislado de un loco racista", muchos se interrogan sobre el uso político del odio y la violencia contra los llamados "extracomunitarios", es decir, los inmigrantes provenientes de fuera de la Unión Europea.
"Florencia no es una ciudad racista (...), es más bien víctima del racismo", comentó el joven alcalde de la ciudad, Matteo Renzi, una figura prometedora de la izquierda italiana, que decretó una jornada de duelo.
Como gesto de solidaridad, los comerciantes cerraron las tiendas durante diez minutos, mientras cientos de florentinos guardaron un minuto de silencio y desfilaron con flores frente al lugar del asesinato.
Pape Diaw, uno de los voceros de la comunidad senegalesa de Florencia, formada por unas mil personas, pidió que "el racismo no sea tratado superficialmente por las instituciones".
La iglesia católica, a través del cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, acusó a partidos y movimientos políticos de usar "el miedo" al extranjero.
Casseri, de 50 años, ferviente lector, quien se suicidó con un disparo en el pecho con un revólver Magnum 357, es elogiado en cambio en las páginas internet de extrema derecha como "el héroe blanco", mientras que la Casa Pound reprobó el gesto como "vil y miope".
La correría asesina del italiano Gianluca Casseri, escritor de ciencia ficción con tendencias depresivas y que militaba en el centro cultural de extrema derecha Casa Pound, dedicado al poeta norteamericano Ezra Pound admirador de Benito Mussolini, divide a los editorialistas y a la opinión pública.
Para algunos se trata de un acto aislado de un desequilibrado, mientras para otros se trató de un acto de xenofobia, fruto del clima político violento fomentado en los últimos años por formaciones tales como la Liga Norte, aliadas del precedente gobierno liderado por Silvio Berlusconi y abiertamente contrarias a la presencia de inmigrantes en la península.
"Era sólo un loco, nada más", escribió el editorialista Vittorio Feltri en Il Giornale (derecha), diario de la familia de Berlusconi.
Completamente opuesta es la evaluación del editorialista Adriano Sofri en el diario de izquierda La Repubblica.
"No lo tratemos como si fuera un loco a nuestro Breivik local", escribió al compararlo con el autor de la terrible masacre de 77 personas en Noruega cometida el pasado 22 de julio.
Sofri denuncia "las desviaciones mentales de Breivik contra los que corrompen la raza que inspiraron la matanza de jóvenes noruegos así como los fantasmas antijudíos de Casseri convertidos en cuerpos de senegaleses", inmigrantes y además negros.
Ataque a gitanos
El atentado racista ocurre además pocos días después de que unas bandas atacaran el sábado con petardos y bombas molotov un campo de gitanos de los suburbios pobres de Turín por la "presunta" violación de una chica italiana de 16 años.
Pese a que la chica confesó que se había inventado la violación para justificar su primera relación sexual ante la familia y que su hermano intentó frenar el ataque tras la confesión, la banda arrasó con el campo e incendió remolques, colchones y trajes despojando de todo haber a los gitanos.
Si bien la clase política italiana condenó "el gesto aislado de un loco racista", muchos se interrogan sobre el uso político del odio y la violencia contra los llamados "extracomunitarios", es decir, los inmigrantes provenientes de fuera de la Unión Europea.
"Florencia no es una ciudad racista (...), es más bien víctima del racismo", comentó el joven alcalde de la ciudad, Matteo Renzi, una figura prometedora de la izquierda italiana, que decretó una jornada de duelo.
Como gesto de solidaridad, los comerciantes cerraron las tiendas durante diez minutos, mientras cientos de florentinos guardaron un minuto de silencio y desfilaron con flores frente al lugar del asesinato.
Pape Diaw, uno de los voceros de la comunidad senegalesa de Florencia, formada por unas mil personas, pidió que "el racismo no sea tratado superficialmente por las instituciones".
La iglesia católica, a través del cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, acusó a partidos y movimientos políticos de usar "el miedo" al extranjero.
Casseri, de 50 años, ferviente lector, quien se suicidó con un disparo en el pecho con un revólver Magnum 357, es elogiado en cambio en las páginas internet de extrema derecha como "el héroe blanco", mientras que la Casa Pound reprobó el gesto como "vil y miope".
Detienen a 5 extremistas de derecha
Agencia Télam
Un día después del asesinato de dos
vendedores senegaleses en Florencia, la policía italiana detuvo ayeren
Roma a cinco extremistas de derecha, informaron medios de comunicación
locales.
Los cinco detenidos formaban parte del grupo "Militia". Además, se está investigando a otras 16 personas. Al grupo se lo acusa de formación de una asociación criminal y de incitación al odio racial.
La policía no relacionó las detenciones con los asesinatos del martes, llevados a cabo por un escritor italiano de literatura fantástica de 50 años.
El autor de los disparos fue identificado como Gianluca Casseri, quien se mató de un tiro en la cabeza en un mercado de la capital toscana al ser acorralado por la policía luego de disparar contra sus víctimas, dijo el fiscal de Florencia.
La televisión estatal RAI dijo que Casseri era un escritor simpatizante de Benito Mussolini. El canal agregó que era conocido por la policía por participar en marchas racistas convocadas por su organización.
A los detenidos ayer, también se los acusa de amenazas contra el líder de la comunidad judía en Roma, Riccardo Pacifici, y contra los presidentes del parlamento y el senado italianos, Renato Schifani y Gianfranco Fini.
Los cinco detenidos formaban parte del grupo "Militia". Además, se está investigando a otras 16 personas. Al grupo se lo acusa de formación de una asociación criminal y de incitación al odio racial.
La policía no relacionó las detenciones con los asesinatos del martes, llevados a cabo por un escritor italiano de literatura fantástica de 50 años.
El autor de los disparos fue identificado como Gianluca Casseri, quien se mató de un tiro en la cabeza en un mercado de la capital toscana al ser acorralado por la policía luego de disparar contra sus víctimas, dijo el fiscal de Florencia.
La televisión estatal RAI dijo que Casseri era un escritor simpatizante de Benito Mussolini. El canal agregó que era conocido por la policía por participar en marchas racistas convocadas por su organización.
A los detenidos ayer, también se los acusa de amenazas contra el líder de la comunidad judía en Roma, Riccardo Pacifici, y contra los presidentes del parlamento y el senado italianos, Renato Schifani y Gianfranco Fini.
Denuncian discriminacion de la policía de Barcelona
Agencia AFP
La ONG Amnistía Internacional denunció ayer
"los controles de identidad discriminatorios" realizados por la policía
española a inmigrantes, una práctica que el gobierno niega pero que ya
fue señalada por la ONU y es combatida en Madrid por "brigadas
vecinales".
"En toda España las detenciones basadas en criterios étnicos o raciales se dan a diario", aseguró Miguel Angel Calderón, responsable de comunicación de Amnistía Internacional (AI) España, durante la presentación en Madrid de un informe titulado "Parad el racismo, no a las personas".
"Que la policía use sistemáticamente criterios raciales a la hora de las detenciones y controles de identidad es discriminatorio, es ilegal y es humillante", agregó.
Ante las "evidencias convincentes" recogidas en este informe, AI pide al ministerio español del Interior que "tome de inmediato medidas para prohibir" estas prácticas, apelando al próximo gobierno conservador del Partido Popular, que será investido dentro de una semana.
Contactada una portavoz del ministerio defendió sin embargo que "la policía no realiza controles de identidad selectivos en base a esos perfiles raciales, en base a que las personas sean extranjeras".
La autora del informe, Izza Leghtas, investigadora sobre España de la organización de defensa de los derechos humanos con sede en Londres, asegura no obstante que "la policía puede dar el alto a personas que no ?parecen españolas', para comprobar su identidad, hasta cuatro veces diarias".
Esta práctica ya había sido señalada en marzo por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas, que pidió al gobierno español tomar medidas para erradicar los "controles de identificación o redadas policiales basados en perfiles étnicos y raciales".
"Creo que he estado en todas las comisarías de la ciudad", afirma Babu, un ciudadano indio cuyo testimonio es citado en el informe. "He estado en la misma comisaría tres o cuatro veces. Todos los policías me conocen", agrega.
A 1 de enero de 2011, el 12% de la población de España, es decir unos 5,7 millones de personas, eran extranjeros, afirma AI, que estima entre 700.000 y un millón el número de inmigrantes en situación irregular.
"En toda España las detenciones basadas en criterios étnicos o raciales se dan a diario", aseguró Miguel Angel Calderón, responsable de comunicación de Amnistía Internacional (AI) España, durante la presentación en Madrid de un informe titulado "Parad el racismo, no a las personas".
"Que la policía use sistemáticamente criterios raciales a la hora de las detenciones y controles de identidad es discriminatorio, es ilegal y es humillante", agregó.
Ante las "evidencias convincentes" recogidas en este informe, AI pide al ministerio español del Interior que "tome de inmediato medidas para prohibir" estas prácticas, apelando al próximo gobierno conservador del Partido Popular, que será investido dentro de una semana.
Contactada una portavoz del ministerio defendió sin embargo que "la policía no realiza controles de identidad selectivos en base a esos perfiles raciales, en base a que las personas sean extranjeras".
La autora del informe, Izza Leghtas, investigadora sobre España de la organización de defensa de los derechos humanos con sede en Londres, asegura no obstante que "la policía puede dar el alto a personas que no ?parecen españolas', para comprobar su identidad, hasta cuatro veces diarias".
Esta práctica ya había sido señalada en marzo por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas, que pidió al gobierno español tomar medidas para erradicar los "controles de identificación o redadas policiales basados en perfiles étnicos y raciales".
"Creo que he estado en todas las comisarías de la ciudad", afirma Babu, un ciudadano indio cuyo testimonio es citado en el informe. "He estado en la misma comisaría tres o cuatro veces. Todos los policías me conocen", agrega.
A 1 de enero de 2011, el 12% de la población de España, es decir unos 5,7 millones de personas, eran extranjeros, afirma AI, que estima entre 700.000 y un millón el número de inmigrantes en situación irregular.
Fuente: Los Andes Online



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