China pondrá un hombre en la Luna después de 50 años
El primer paso será llevar en el 2013 una misión no tripulada
Por Sebastián A. Ríos
Si
los planes espaciales develados esta semana por el gobierno chino se
cumplen, es muy probable que la próxima bandera en ser clavada por una
mano humana sobre la superficie de la Luna tenga cinco estrellas y no
cincuenta.
"Misión a la Luna en el horizonte", fue el titular con que el diario China Daily resumió el contenido del Libro blanco sobre las actividades espaciales de 2011, presentado anteayer por
la Oficina de Información del Consejo Estatal de China, en el que
anunció que esa nación se propone llevar una misión no tripulada a la
Luna dentro los próximos cinco años.
China, que en 2003 puso en órbita su primer "taikonauta" (taikong, en mandarín, significa espacio), y que en 2008 realizó su primer
caminata espacial, contempla en su Plan Espacial Quinquenal 2011-15 un
programa lunar centrado en el desarrollo de una tecnología de "alunizaje
suave".
El objetivo no es otro que llevar a un hombre a la Luna,
algo que no ocurre desde el 11 de diciembre de 1972, cuando Apollo 17 se
convirtió en la sexta y última misión tripulada en llegar a ese
satélite natural. Zhang Wei, vocero de la Administración Espacial
Nacional China, dijo a China Daily que "no se ha fijado fecha para un
alunizaje tripulado".
Con Constellation -el programa con el que la
administración Bush propuso en 2003 volver a la Luna- cancelado, y con
la agencia espacial rusa centrando sus esfuerzos en mantener la Estación
Espacial Internacional conectada con la Tierra gracias a sus cohetes
Soyuz -los únicos que llevan y traen tripulación y víveres a ese destino
desde que la NASA dio de baja a los transbordadores espaciales-, todo
hace suponer que aun cuando haya que esperar a la próxima década para
ver un hombre sobre la superficie lunar, ese hombre será chino.
Uno más en carrera
En 2003, el mismo año en que Bush propuso volver a la
Luna y pisar Marte en 2030, China se sumó a la carrera por la conquista
del espacio de la mano de Yang Lee Wei, su primer hombre en el espacio.
Pero la actitud china ante el desafío tiene aspectos que la diferencian
de su principal competidor.
"La actitud del programa espacial en China es un
poco parecida a la actitud en torno a la exploración espacial de
Occidente en la década del 60. La principal diferencia entre China y
Estados Unidos ahora es que simplemente China puede hacer algo sin tener
que pedir permiso o atravesar un proceso democrático para aprobar su
presupuesto", comentó a The Guardian Kevin Fong, experto en medicina
espacial del University College, de Londres.
Una breve síntesis de lo que el programa espacial chino
logró en los últimos años confirma esos dichos. Desde 2006, China puso
en órbita 74 satélites, y lanzó con éxito dos sondas lunares y dos naves
espaciales. Sólo en 2011, China protagonizó 19 lanzamientos que le
permitieron poner en órbita 21 satélites, lo que lo coloca segundo en el
ranking de lanzamiento de ese año, después de Rusia (36 lanzamientos),
pero antes que los Estados Unidos, con 18 lanzamientos.
Para China, el camino hacia la Luna comenzó con la puesta
en su órbita de dos satélites -Chang ´e I y II, en 2007 y 2010,
respectivamente-que proporcionaron información fotográfica. Esa primera
etapa de la exploración lunar ha concluido, según señaló el Libro blanco sobre las actividades espaciales de 2011; la segunda etapa
contemplará la llegada a la Luna -prevista para 2013- de una sonda que
depositará en su superficie un vehículo explorador o rover.
La tercera etapa del ambicioso programa espacial, que se
estima ocurrirá después de 2020, será la llegada de un "taikonauta" a la
Luna. Para cumplir con ese objetivo, la agencia espacial china planea
seguir perfeccionando sus cohetes Larga Marcha, que "utilizarán un
combustible que no es tóxico ni contaminante", afirma el citado
documento.
La nueva generación de cohetes Larga Marcha podrá colocar en órbita cargas de hasta 25 toneladas,
señaló un portavoz de la Administración Espacial Nacional China. "En
comparación con las cápsulas tripuladas que orbitan la Tierra, las naves
espaciales construidas para aterrizar en la Luna son mucho más pesadas y
necesitan viajar distancias más largas. Por lo tanto, es necesario un
vehículo de lanzamiento más poderoso", declaró a China Daily Pang
Zhihao, editor en jefe de Space International.
Basta recordar que, en 1969, el cohete Saturn V fue capaz
de cargar con las 50 toneladas del Apollo XI. Los Larga Marcha chinos
deberán estar a las alturas de ese desafío.
Fuente: lanacion.com.ar
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