miércoles, 1 de febrero de 2012

Un pedido de más diplomacia y menos armas

Después de que el Ministerio de Defensa británico anunciara el envío a las islas del destructor HMS Dauntless, la Cancillería criticó “el intento británico de militarizar el conflicto” en lugar de aceptar la negociación bilateral, como promovió la ONU.

Por Laura Vales


El gobierno argentino criticó la decisión de Gran Bretaña de mandar al HMS Dauntless, uno de los destructores más modernos de la Marina Real, a las islas Malvinas días antes de que se cumplan treinta años del inicio de la guerra. El envío del buque para patrullar la zona fue anunciado ayer por el Ministerio de Defensa inglés, que de esta manera agregó combustible a la disputa diplomática que los dos países vienen escalando a medida que se acerca el aniversario del 2 de abril.

Entre los anuncios hechos en los últimos meses por las autoridades inglesas en el mismo sentido, están la visita del príncipe William a las islas para recibir instrucción militar, la propuesta de organizar un festejo por los treinta años de la recuperación inglesa, la caracterización del reclamo argentino como “colonialista” y –ya no en el plano de lo simbólico– la instalación de una nueva plataforma petrolera que se unirá a los trabajos de exploración de hidrocarburos que ya realizan varias empresas británicas.

En Buenos Aires, la Cancillería reaccionó a la nueva noticia del envío del buque de guerra con un comunicado de prensa titulado “Más diplomacia, menos armas”. En él apeló a la conocida propuesta de una salida negociada. “La República Argentina rechaza el intento británico de militarizar un conflicto sobre el cual las Naciones Unidas ya se han expedido en numerosas ocasiones y han indicado que ambas naciones deben resolver en negociaciones bilaterales”, señaló.

El texto esbozó, por otra parte, cuál es la lectura que hace el Gobierno sobre los motivos de la escalada, motivos que vincula con el malestar de la población británica por la crisis económica que afecta a Europa: a las autoridades del Reino Unido les conviene hacer pirotecnia con Malvinas porque es un recurso barato para recuperar popularidad en sectores permeables a los discursos nacionalistas. El comunicado de la Cancillería dedicó uno de sus párrafos al tema. “Los gobiernos deben evitar la tentación de incurrir en discursos que transformen el patriotismo en patrioterismo con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de ajustes en un contexto de crisis estructural y alto desempleo”, sostuvo.

El comunicado incluyó un alfilerazo para el príncipe William. “El pueblo argentino lamenta que el heredero real arribe a suelo patrio con el uniforme del conquistador y no con la sabiduría del estadista que trabaja al servicio de la paz y el diálogo entre las Naciones.”

Y señaló que “los organismos internacionales así como los países democráticos debemos trabajar a diario para evitar que los conflictos armados reemplacen a las negociaciones civilizadas para la resolución de conflictos”.

El HMS Dauntless

La BBC, que citó fuentes de la Marina británica, aseguró que el destructor que zarpará hacia las islas “pertenece a una nueva gama de buques de guerra, tiene un sofisticado sistema de radares con alcance de 400 kilómetros y un avanzado sistema de defensa aérea, puede llevar varios helicópteros y una tripulación de 180 personas”. En un artículo publicado en su sitio web, contó que el Dauntless será el primero de seis buques que Gran Bretaña va a enviar a diferentes zonas del mundo en reemplazo de navíos que operaban desde los años ’70. Un barco similar ya fue enviado al Golfo Pérsico, en medio de las amenazas de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz.

El Ministerio de Defensa británico había dado a conocer la información del envío de la nave con un comunicado en el que afirmó que se trata de un “despliegue de rutina” para reemplazar “otro buque de patrulla” en la zona. El parte oficial sostuvo que “la Marina Real ha tenido una presencia continuada en el Atlántico Sur desde hace muchos años” y que “el despliegue del HMS Dauntless al Atlántico Sur estaba previsto desde hacía tiempo”. Sin embargo, como para condimentar ese tono deliberadamente bajo del comunicado, varias fuentes de la Marina citadas por los periódicos locales agregaron comentarios belicosos.

El diario conservador Daily Telegraph aseguró, por ejemplo, que el buque es el “más avanzado” del mundo en cuanto a equipamiento para repeler ataques de aviones. Según una fuente de la Marina inglesa citada por el periódico, el destructor “está armado con una batería de misiles capaces de inhabilitar todos los aviones de combate de América del Sur, y aún más los de Argentina”. La nota agrega la cita de una segunda fuente de la Marina, que declaró que la nave “puede derrumbar los aviones argentinos antes de que despeguen de sus bases”, lo que “será una pausa para que Buenos Aires reflexione”.

A su vez, el secretario de Asuntos Exteriores, Jeremy Browne, agitó ante los medios el fantasma de un ataque argentino, al asegurar: “Vamos a seguir los pasos necesarios para garantizar la seguridad de los kelpers”.

El reclamo de soberanía argentina sobre las islas Malvinas tomó otro color en los últimos dos años, cuando el Reino Unido reimpulsó la búsqueda de petróleo por parte de compañías británicas y asociadas. Otro tema que agregó interés económico al geopolítico es el de la pesca. Vinculado con esto y al reclamo por el inicio de un diálogo entre los dos países, en diciembre pasado, durante la cumbre de Uruguay, los gobiernos del Mercosur dispusieron prohibir el ingreso en sus puertos de buques con la bandera de las Falklands. Como respuesta, el primer ministro británico, David Cameron, hizo un discurso de Navidad para los kelpers en el que prometió que Gran Bretaña “nunca” negociaría la soberanía de las islas. Hace dos semanas, Cameron aprobó planes para aumentar el despliegue de fuerzas de seguridad en las islas. En esta línea, el premier también acusó a la Argentina de “colonialismo” por su pretensión de soberanía, que desconocería, según él, la voluntad de los habitantes de las islas.

La argumentación del gobierno argentino es, centralmente, que hay un mandato de las Naciones Unidas que desde 1965 llama a los dos países a solucionar su disputa por las islas mediante la negociación. El mandato de la ONU fue refrendado por nueve resoluciones siguientes de la Asamblea General del organismo, y renovado anualmente por el Comité Especial de Descolonización hasta la fecha. Sin embargo, las resoluciones de la ONU no se han cumplido por el rechazo del gobierno británico a abrir el proceso de diálogo.

“Tratan de desviar el eje”

Taiana considera que el Reino Unido plantea “un escenario de rispidez” que “tiende a ocultar el avance sobre los recursos naturales”.

Por Agustín Saavedra


“Es una provocación política para que Argentina entre en un lenguaje en el que no vamos a entrar.” El ex canciller Jorge Taiana dialogó con Página/12 sobre el anuncio del Reino Unido de que en marzo enviará un buque de guerra a las Islas Malvinas y señaló que “lo fundamental es mantener la firmeza y la perseverancia. Demostrar que Argentina va a continuar en esta dirección, que esto no es un tema electoralista. Es indispensable, también, mantener el apoyo regional, y trabajar para impedir el robo del petróleo”.

–¿Qué opina del anuncio que hizo el Reino Unido de que enviará un moderno buque de guerra a Malvinas?
–Como bien dijo la Cancillería, me parece una militarización del conflicto. Es también una provocación política para que Argentina entre en un lenguaje al que no vamos a entrar. Y es también una forma de presentar el problema como lo que no es. Tratan de desviar el eje que plantea Argentina, que es el de sentarse a negociar, y plantean en cambio un escenario de rispidez, de militarización del conflicto que tiende a eludir la obligación de ellos de sentarse a negociar, y tiende también a ocultar, a su vez, el avance sobre los recursos naturales.

–¿Pero qué ganan ellos presentando una posición militarista?

–Lo que nosotros vemos como agresividad, ellos lo plantean como la necesaria defensa ante una Argentina que ha sido agresiva en la guerra del ’82. En vez de pelearse políticamente con la Argentina de hoy, que reiteradamente ha declarado el aspecto pacífico del reclamo, ellos buscan levantar el fantasma de una Argentina imprevisible, agresiva y ante la que, por lo tanto, hay que defenderse. Es una manera de militarizar la política. Que además esquiva cosas internas, como el tema del presupuesto de defensa.

–¿Cómo analiza la llegada del príncipe William a Malvinas en febrero?

–Me parece una provocación. No veo por qué tienen que llevarlo a un escenario donde hay un conflicto de soberanía y donde estamos en vísperas de un aniversario de una guerra que costó la vida de centenares de personas. Lo interpreto como una reafirmación de la vocación colonial británica.

–¿Debe haber una nueva manifestación de las Naciones Unidas?

–La última fue la del Comité de Descolonización, de junio del año pasado. Supongo que se planteará el conflicto una vez más a mitad de año. Después, lo que hubo fue la manifestación de la Unasur al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, insistiéndole con el tema de los buenos oficios.

–¿Y cómo ve el trabajo diplomático argentino?

–Creo que es algo que empezamos en el 2003 con Néstor (Kirchner), continuamos con Cristina y que se sigue haciendo. Hoy se ha instalado como una prioridad de nuestra política. Además, hemos logrado que no sea sólo una causa argentina, porque el hecho de que una potencia extranjera se apropie de un territorio y de sus recursos naturales tiene sin duda efecto en todos los países de la región. Esto generó un espacio político que presiona para que el Reino Unido se siente a negociar.

–Si hubiera negociación, ¿cómo se le responde al argumento de los británicos sobre la autodeterminación de los isleños?

–Eso ya lo respondieron las Naciones Unidas en 1965. El caso Malvinas es un caso de descolonización, que toma dos grandes principios. El principio de la autodeterminación de los pueblos colonizados, y el de la integridad territorial. En Malvinas rige este último principio, y no el de la autodeterminación, por la sencilla razón de que existe un territorio sometido a colonización pero no existe un pueblo colonizado. Por eso es absurdo pretender que decidan tres mil habitantes si las islas tienen que ser británicas. En todo caso, preguntémosles a los 40 millones de argentinos a quiénes pertenecen las islas.

–¿Hay otras vías para avanzar en este camino?

–Es relevante todo lo vinculado a la explotación petrolera. Que es por lo que los británico han vuelto a mostrarse interesados en las islas. A través de los medios políticos, diplomáticos y legales, debemos impedir que se apropien de lo que no les pertenece, los recursos de la región.


Fuente: pagina12.com.ar

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