Lo que está en juego en las elecciones en Irán
Asia Times Online
| Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
Las elecciones parlamentarias que tendrán lugar el viernes en Irán están lejos de ser libres y correctas. Bueno, por lo menos es un paso más allá que en esos dechados de democracia, las monarquías libres de elecciones del Golfo Pérsico.
Esta vez, en Irán, el problema es que no hay oposición; son conservadores contra neoconservadores.
Los
dirigentes del Movimiento Verde, Mir Hossein Musavi y su esposa, la
doctora Zahra Rahnavard, así como Mehdi Karroubi, ya han estado más de
un año bajo arresto domiciliario; haciéndose eco del de Aung Suu Kyi de
Myanmar, pero de modo más vocal: han subrayado repetidamente que no se
“arrepentirán”.
Virtualmente todos los dirigentes significativos
de la oposición, incluidos los activistas universitarios, casi 1.000
personas, están en la cárcel; no porque sean criminales sino porque son
organizadores muy sagaces de la ira popular.
De hecho los grupos
más influyentes de la oposición se han ilegalizado, y eso incluye grupos
de clérigos y la islámicamente correcta Asociación de Maestros y
Eruditos en la ciudad sagrada de Qom. También hay por lo menos 42
periodistas influyentes en la cárcel.
La mayoría absoluta de la
prensa reformista se ha clausurado. Organizaciones no gubernamentales
como el Centro por la Defensa de los Derechos Humanos, fundado por el
Premio Nobel Shirin Ebasi, se han ilegalizado.
Una breve
definición de estas elecciones será algo como lo siguiente: un ardid
bizantino de compartición del poder entre grupos políticos que
representan a una elite muy pequeña, mientras grandes sectores de la
población –y sus representantes– están totalmente marginados.
Esencialmente,
será una feroz batalla entre el Supremo Líder el Ayatolá Jamenei y el
presidente Mahmud Ahmadineyad. ¿Entonces, por qué son tan importantes
estas elecciones?
Bienvenido al campeonato islámico de artes marciales (UFC).
Ahora
el de Jamenei-Ahmadineyad es combate dentro de una jaula, es la lucha
entre el ayatolá y el hombre con un halo sobre su cabeza que preparará
el terreno para la próxima elección presidencial, en junio de 2013,
cuando en el mejor de los mundos posibles habrá un Obama II, y se habrá
evitado el espectro de la guerra.
Siempre que los perezosos,
prejuiciados y superficiales medios corporativos occidentales se
refieren a Irán, solo hablan de “los mullahs”. No; es infinitamente más
complicado que eso.
Jamenei apuesta a un “evento épico” electoral
involucrando una participación de un 60% por lo menos. Está lejos de
ser algo obvio, y por eso el régimen no se anda con rodeos. Este
miércoles, el propio Líder presentó su punto de vista de lo que está en
juego: “Gracias a la divina benevolencia, la nación iraní dará una
bofetada más dura que las previas en la cara de la Arrogancia [como en
el caso de EE.UU.] y mostrará su carácter definitivo al enemigo para que
el frente de la Arrogancia comprenda que no puede hacer nada al
enfrentarse a esta nación”.
Sin embargo se trata más del frente
interno que del “frente de la Arrogancia”. En esta etapa de suprema
debilidad, Jamenei ansía legitimidad a toda costa. Tiene que mostrar que
está al mando, que goza de un amplio repeto, que la mayoría de los
iraníes sigue creyendo en el actual sistema de la República Islámica y
por lo tanto ignorará el llamado de la oposición a boicotear las
elecciones.
La economía es un desastre, en cierta medida debido a
las sanciones occidentales, pero sobre todo por la cósmica corrupción y
sorprendente incompetencia del gobierno de Ahmadineyad. El campo de
Jamenei lo subraya, mientras coloca al Líder por encima de todo.
Finalmente,
existe el “frente de la Arrogancia”, las ininterrumpidas amenazas de un
ataque de Israel, de EE.UU., o de ambos. Jamenei necesita la prueba
gráfica –en las urnas– de que el país está unido frente a la
intervención extranjera.
El papel del Cuerpo Islámico de Guardias
Revolucionarios (IRGC) también es crucial. No debemos olvidar que ahora
se trata de una dictadura militar del "mullahariado". El IRGC quiere
fuertemente tener el control del Majlis [Parlamento] por sus propias razones.
Esto
les permitiría, simultáneamente, monopolizar los instrumentos para
encausar a Amadineyad si necesitan, quieren y/o eliminar a un presidente
elegido por el voto popular y restablecer la posición del primer
ministro, que sería elegido por el Majlis. La posición no disimulada del IRGC es esencialmente que tienen que controlar el Majlis, de otra manera la “sedición” –como en el movimiento Verde– volvería.
Los protagonistas
De
modo que por una parte, tenemos a los llamados “principialistas”,
llamémoslos el partido de Jamenei. En teoría están dirigidos por Ayatolá
Mohammad Reza Kani, presidente del Consejo de Expertos. Pero en la
práctica, por poderoso que sea, lo que vale es lo que dicen los
excomandantes del IRGC.
Un candidato clave en su lista es Gholam
Haddad Adel, suegro del segundo hijo de Jamenei, Mojtaba. Se presenta
para conseguir un escaño en Teherán. Esto significa que, crucialmente,
el IRGC ha posicionado la elección en Teherán como un referéndum de
facto respecto a Jamenei. Es algo que hay que observar de cerca.
Los
"principialistas" se jactan de un “Frente Unido” que en realidad se
desunió (repartido por lo menos en cuatro grupos). Temen que la facción
de Ahmadineyad manipule la votación a través del Ministerio del
Interior; es un secreto a voces en Teherán que la gente de Ahmadineyad
ha estado sobornando furiosamente a obreros y campesinos. Los
"principialistas" saben que si Ahmadineyad controla el Majlis, no se le
podrá encausar y se enfrentará a Jamenei con más fuerza todavía.
Por
otra parte, tenemos una agrupación llamada Frente Durable de la
Revolución Islámica. Llamémoslos la facción de Ahmadineyad. Afirman que
son los verdaderos principialistas, y esencialmente son discípulos del
mega-reaccionario Ayatolá Mesbah Yazdi. Es un caso difícil; muchas veces
visité su hawza [seminario islámico] en Qom, pero Mesbah Yazdi se niega a hablar con los periodistas extranjeros.
Ahmadineyad
fue un devoto adorador de Mesbah Yazdi. Pero luego estalló una bomba
teológica: Ahmadineyad comenzó a jactarse en público de que estaba
vinculado directamente con el oculto Imam Mahdi, y no con el Supremo
Líder, teóricamente el representante del Mahdi en la tierra. Mesbah
Yazdi se horrorizó un poco. Luego comenzó a decir que no es el líder del
partido, pero a la gente le cuesta creerlo. Si obtienen muchos escaños,
Mesbah Yazdi será todavía más fuerte entre los neoconservadores.
Una
tercera facción está dirigida por Mohsen Rezaei, jefe del IRGC entre
1981 y 1997 y actual secretario general del Consejo de Discernimiento,
el organismo que media entre el Majlis y el Consejo de
Guardianes y también asesora a Jamenei. Entre conservadores y
neoconservadores, esta facción no es exactamente popular, a pesar de que
el juego de Rezaei es posicionarse como una tercera vía factible.
Y
después están los conservadores y neoconservadores que no están
alineados con nadie, con un grupo importante dirigido por dos feroces
críticos de Ahmadineyad, y por lo menos 200 grupos más pequeños.
Para
dar una idea de la naturaleza tortuosa del sistema, el principal grupo
presentó como candidatos a numerosos representantes del Majlis actual,
así como a otros personajes del régimen. En la selección inicial,
dirigida por el Ministerio del Interior controlado por Ahmadineyad,
fueron rechazados; pero luego el Consejo de Guardianes dijo que estaban
bien…
Por lo tanto nadie debe esperar una participación al estilo
de Kim Jong-il este viernes. Las expectativas de Teherán son de un
miserable 15%, y hasta podría ser menos. Una mayoría aplastante de
estudiantes universitarios definitivamente seguirá el boicot.
Cualquiera
que esté interesado en examinar el extraordinario impacto de las
secuelas de la elección de 2009 en Teherán debería leer Death to the Dictator: A Young Man Casts a Vote in Iran's 2009 Election and Pays a Devastating Price, de Afsaneh Moqadam (Sarah Crichton Books, Farrar, Straus y Giroux).
En
el Irán de las pequeñas localidades y provincias lejanas, el Líder –así
como el “hombre del pueblo” con un halo sobre su cabeza– podrán seguir
siendo populares. Pero nadie, en ningún sitio, sabe realmente con
seguridad si la mayoría absoluta de los iraníes haría algo por
apoyarlos.
Pepe Escobar es el autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com.
Fuente: Rebelion.org


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