Dudas y temor en España por los bancos
La agencia norteamericana Moody's rebajó
la calificación de 16 instituciones, entre ellas la más grande de la
eurozona, el Santander
Por Adrián Sack
Las crecientes dudas sobre la solidez de la banca local, la confirmación del ingreso de España en recesión y el temor a la salida de Grecia del euro arrastraron ayer al sistema financiero español al borde del colapso.
El tenso escenario se ensombreció aún más cuando la
agencia Moody's rebajó, ayer por la tarde, la calificación de deuda a
largo plazo y depósitos de 16 bancos españoles, inundados de créditos
morosos tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, ante la "debilidad
de la economía" y una "menor capacidad" del gobierno para apoyar a las
firmas del sector.
Uno de los afectados fue el mayor banco de la eurozona, el Santander, que sufrió un recorte de tres grados en su nota de largo plazo, a A3
desde Aa3. Moody's también redujo la nota de largo plazo de BBVA en tres
grados a A3, desde Aa3, y puso la calificación crediticia en
perspectiva negativa. BBVA es el segundo banco más grande de España.
Entre desmentidas sobre la posible instauración de un
"corralito" para evitar la fuga de depósitos, la Bolsa madrileña
registró una nueva caída -esta vez, del 1,11%- y alcanzó el volumen
negociado más bajo desde 2003. Con este último descenso, el índice
bursátil de referencia del país, conocido como Ibex, ya registra el
mayor desplome de su historia en un período de crisis: desde que se
produjo el "pinchazo" de la "burbuja inmobiliaria", en 2007, perdió nada
menos que el 59,4%.

Al
igual que en todo el resto de la semana, el descenso de la bolsa fue
impulsado por las dudas y los miedos sobre los bancos, y en particular
por el intervenido Bankia, que ayer registró su décimo traspié
consecutivo en los mercados, donde acumuló una depreciación de su
capital cercana a los 2538 millones de dólares.
La entidad, que fue nacionalizada la semana última tras
el despido de su director, Rodrigo de Rato, llegó a perder ayer un 29%
de su valor. Y aunque luego moderaría su devaluación hasta un igualmente
inquietante 14%, la fuga de inversores encendió la alarma entre los
ahorristas de la entidad, que intentaron ser calmados por el nuevo
presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. "Los depositantes de
Bankia pueden estar absolutamente tranquilos sobre la seguridad de los
ahorros que confiaron a la entidad", señaló el directivo, luego de una
mañana cargada de rumores sobre un presunto éxodo masivo de depósitos de
sus clientes.
En una nota dirigida a la Comisión Nacional del Mercado
de Valores (CNMV), el banquero rechazó esta hipótesis y afirmó que, por
el contrario, "la actividad de Bankia ha estado dentro de los
parámetros habituales" en los últimos días.
Sin embargo, ayer el diario español El Mundo aseguró,
tras citar fuentes del consejo de administración del banco, que los
clientes de Bankia retiraron de sus cuentas cerca de 1269 millones de
dólares luego de haber sido nacionalizada por decisión del Ejecutivo
español.
Ante las insistentes versiones sobre un posible
corralito, y con el difícil panorama financiero, el gobierno de Mariano
Rajoy intentó reforzar el mensaje de tranquilidad de Goirigolzarri. "El
nuevo proyecto [de Bankia] reúne todos los requisitos para ser un éxito
en el futuro", dijo el secretario de Estado de Economía, Fernando
Jiménez Latorre, luego de negar rotundamente que los ahorros de los
clientes estuviesen en riesgo.
Así, el funcionario siguió al ministro de Economía,
Luis De Guindos, y al propio Rajoy en las desmentidas sobre la
instauración de un posible "corralito" en España. Esta semana, tanto el
ministro como el presidente se vieron obligados a salir al cruce de las
versiones que señalaban a su país como el primero, junto con Italia, en
sufrir una debacle de su sistema bancario en caso de que Grecia decida
abandonar la moneda común europea.
Pero las malas noticias que hicieron del jueves una
jornada de pánico no se limitaron al temor por la inestabilidad griega.
Por la mañana, los mercados recibieron el primer golpe cuando el
gobierno confirmó que la economía española ingresó en un estado de
recesión técnica. Con la contracción del 0,3% del PBI en marzo, la
actividad local acumuló su segundo trimestre consecutivo de crecimiento
negativo, y con pronóstico reservado.
Las comunidades, en la mira
En tanto, Moody's también advirtió ayer sobre el
profundo deterioro de la situación financiera de las comunidades
autónomas. Las cuentas en rojo y la virtual desaparición del crédito
regional, uno de los puntos más críticos en todo diagnóstico sobre la
crisis española, llevó a la calificadora a condenar al grado de "bono
basura" a dos nuevas comunidades. Así, Cataluña y Murcia se sumaron a
Valencia y Castilla-La Mancha en su condición de marginales para las
inversiones.
Estas dos regiones también sufrieron una rebaja de
calificación, y forman parte de una epidemia imparable de parálisis
financiera que ya proyecta su sombra sobre todo el territorio español.
Por otra parte, el riesgo país, uno de los indicadores
que con mayor atención se siguen por estos días, volvió a mantenerse en
un nivel peligroso para las aspiraciones del gobierno de evitar un
salvataje financiero externo.
Luego de descender ligeramente tras alcanzar el récord
de 507 puntos básicos el miércoles pasado, ayer trepó desde las 482
hasta las 490 unidades, a sólo 90 del nivel alcanzado por Irlanda cuando
su economía debió ser rescatada..
Fuente: lanacion.com.ar


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