domingo, 13 de mayo de 2012


Indignados, en la calle como hace un año

Comenzaron 4 días de protestas y movilizaciones que se extenderán hasta el martes, fecha exacta en la que se recuerda el aniversario de este movimiento social en contra de la crisis, los políticos y los excesos del capitalismo. Angustia el elevado desempleo (24,4%).

AFP

Indignados, en la calle como hace un año
Miles de indignados volvieron a reunirse ayer en un lugar tan emblemático de Madrid como la Puerta del Sol. (AFP)

Decenas de miles de "indignados", el movimiento social nacido hace un año en España en protesta contra la crisis, los políticos y los excesos del capitalismo, ayer salieron a las calles, dando inicio a cuatro días de movilizaciones para demostrar que su espíritu sigue vivo.

Bajo el lema "Toma la calle", los activistas, en su mayoría jóvenes movilizados a través de las redes sociales, convocaron a concentraciones en 80 ciudades del país.

"Estamos aquí porque es necesario un cambio global, porque la indignación no ha parado. Seguimos indignados con las políticas de austeridad que nos impone la élite económica", afirmaba en Madrid Víctor Valdés, estudiante de filosofía de 21 años. En su camiseta se leía: "Juventud sin futuro".

En un país sumido de nuevo en la recesión, con un desempleo del 24,44%, que se dispara a 52% entre los jóvenes, el gobierno conservador de Mariano Rajoy lleva a cabo desde hace meses medidas de rigor para ahorrar 30.000 millones de euros, especialmente en sectores como la salud pública o la educación.

Desde que el movimiento nació, de forma espontánea tras una manifestación el 15 de mayo de 2011, "poco a poco la sociedad ha ido abriendo los ojos", piensa Noelia Moreno, de 30 años, una de las participantes en aquella protesta que, inspirada en las de la primavera árabe, sorprendió al mundo.

Pero "es una carrera de fondo, nadie puede cambiar todo un sistema político en un día ni un año, eso lleva tiempo", dice consciente de la necesidad de mantener el movimiento vivo.

Conservar ese impulso es precisamente lo que buscan los "indignados" en este primer aniversario, que durante cuatro días dará pie a debates y asambleas populares en plazas de toda España.

Tras una pancarta que decía "El pueblo somos la solución. Volvemos a las plazas, seguimos en la calle", unas 35.000 personas, según la Guardia Urbana, marcharon en Barcelona y miles en otras ciudades del país, entre ellas Madrid, donde no se dieron cifras de participación.

Entre estruendos de tambores y al grito de "¡Así, así, ni un paso atrás, contra los recortes, lucha social!", seis marchas procedentes de diferentes puntos de la capital convergieron en la madrileña Puerta del Sol.

El comienzo

Fue en esta plaza donde se instaló hace un año un improvisado campamento de carpas y bolsas de dormir que, con su comedor, su guardería y su biblioteca, se convirtió en el símbolo del hartazgo popular por la crisis, inspirando movimientos similares otros países.

Con motivo del aniversario también se convocaron ayer protestas en ciudades como París, Atenas, Nueva York o Río de Janeiro.

Pero todas las miradas volvieron a estar puestas en la Puerta del Sol, porque las autoridades españolas advirtieron que no habrá nuevas acampadas y sólo autorizaron las concentraciones hasta las 10 de la noche.

Los "indignados" prevén sin embargo realizar un "grito silencioso" en la Puerta del Sol a medianoche y después algunos podrían intentar quedarse, creando una situación de tensión con la policía, que ya había desplegado a 1.500 agentes.

"No será una acampada, sino una asamblea permanente", explica Luis, portavoz del movimiento, esperando que esta fórmula les permita quedarse en la plaza hasta el martes, cuando los "indignados" celebran su primer año.

Desde que el campamento de Sol fue desmantelado el 12 de junio del año pasado, el movimiento perdió visibilidad pero siguió viviendo en las redes sociales, en las asambleas de barrio y en la lucha contra la exclusión. Eso sí, con menos seguidores.

"Los que han permanecido son los más conscientes, actuando en acciones sectoriales como por ejemplo oponiéndose a los desahucios", señala Antonio Alaminos, catedrático de sociología de la universidad de Alicante.

El efecto más concreto de la movilización de los "indignados" es el nuevo impulso dado a la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), que desde 2009 lucha contra los desalojos de familias sobreendeudadas -muchas de ellas inmigrantes-, que logró en los últimos meses bloquear o retrasar decenas de expulsiones. 

Fuente: Los Andes Online

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