La patraña de las armas químicas en Siria
Al Akhbar English
| Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
Seamos claros.
EE.UU. no puede verificar absolutamente nada sobre el uso de armas
químicas (AQ) en Siria. Cualquier sugerencia contraria es enteramente
falsa.
No es que lo diga yo, lo que dicen funcionarios estadounidenses sobre el tema es lo siguiente:
Solo 24 horas después de que personas influyentes de la Casa Blanca, del Pentágono y del Departamento de Estado restaran importancia a afirmaciones israelíes [1]
sobre el uso de armas químicas en Siria, el Secretario de Defensa de
EE.UU. Chuck Hagel y la Casa Blanca cambiaron de opinión. Ahora no creen
“con diferentes grados de confianza” [2] que AQ han sido utilizadas “en pequeña escala” dentro de Siria.
Para
los neófitos, “diferentes grados de confianza” pueden significar
cualquier cosa desde “ninguna confianza” hasta “los israelíes nos
dijeron”, lo que, traducido, también significa “sin confianza alguna”.
¿Demasiado
displicente? No lo creo. La Casa Blanca introdujo otra importante
advertencia en su detallada información del jueves:
“Esta evaluación se basa en parte en muestras fisiológicas. Nuestro estándar de evidencia debe basarse en esas evaluaciones de inteligencia mientras tratamos de establecer hechos creíbles y corroborados. Por ejemplo la cadena de custodia no está clara por lo tanto no podemos confirmar cómo ocurrió la exposición y bajo qué condiciones”.
“La
cadena de custodia no está clara”. Es la frase más importante en todo
este ejercicio. Es la única frase que necesitan considerar los
periodistas, todo lo demás son conjeturas en proporción con el caso de
las armas de destrucción masiva en Iraq.
Pregunté a un
portavoz del Departamento de Estado lo siguiente: “¿Significa que no
sabéis quién ha tenido acceso a la muestra antes de recibirla? ¿O que la
muestra no ha sido contaminada en camino?”
Respondió: “Podría significar las dos cosas”.
Chuck
Hagel explica esa sorprendente admisión con más detalle: “No podemos
confirmar el origen de estas armas”. Aunque sigue hablando para concluir
en todo caso: “pero creemos que es muy probable que todo uso de armas
químicas en Siria se habría originado en el régimen de Assad”.
Ni
siquiera los niños de cuatro años deberían confiar en la comunidad de
inteligencia de EE.UU. al respecto. Pero se supone que debemos creer que
el gobierno sirio tiene que ser responsable de un ataque con armas
químicas solo porque Hagel lo dice.
Consideremos los hechos. El
gobierno sirio ha declarado claramente que no utilizará armas químicas
durante la crisis “no importa lo que pase” a menos que “Siria enfrente
una agresión exterior”.
EE.UU. y otros Estados
occidentales han advertido durante más de un año de que a medida que el
gobierno de Bashar al-Assad comience a “caer”, aumentará la probabilidad
de que utilice AQ como una última medida desesperada.
La
Casa Blanca reiteró este punto ayer: “En vista de nuestra preocupación
de que a medida que la situación se deteriore y el gobierno se sienta
más desesperado, podría utilizar parte de su importante arsenal de armas
químicas”.
Es obvio que el gobierno de Assad no se acerca
al fin. En todo caso, el ejército sirio ha logrado inmensas ventajas
[3] en las últimas semanas frustrando planes rebeldes de atacar Damasco,
expulsándolos de suburbios cruciales y cortando sus líneas de
suministro en diferentes partes del país.
Estos recientes
cambios de rumbo tienden a validar las observaciones de los que han
visto a Assad y dicen que el presidente se mantiene confiado [4] en que
puede repeler a las fuerzas rebeldes cuando quiera y donde elija
hacerlo.
Lo que francamente elimina un “motivo” importante
de cualquier cálculo por parte del gobierno sirio de utilizar armas
químicas contra civiles.
La constante referencia a AQ en
este conflicto es sospechosa, no existe ninguna ventaja militar
concebible del uso de esas municiones. Escribiendo para Foreign Policy en diciembre, Charles Blair dice que el uso de AQ contra los rebeldes no tiene ningún sentido táctico o estratégico [5]:
“El régimen arriesgaría la pérdida del apoyo ruso y chino, legitimando la intervención militar extranjera, y en última instancia acelerando su propio fin. Como dijo un funcionario sirio: “No nos suicidaremos”.
De
hecho, hay mucha evidencia de que el gobierno ha calibrado sus
reacciones militares durante todo este conflicto para evitar situaciones
que crearían un pretexto para una intervención militar extranjera por
“motivos humanitarios”.
Exactamente como hay mucha
evidencia de que las fuerzas rebeldes se esforzarán [6] por crear un
pretexto para una intervención extranjera que les ayude a derrocar a
Assad.
El 19 de marzo, un presunto ataque con armas
químicas cerca de Alepo llevó al gobierno sirio a pedir a las Naciones
Unidas que iniciara una investigación. Los testigos informaron de “olor a
cloro en el aire” lo que condujo a la especulación de que podría haber
sido un ataque rebelde porque las milicias opositoras habían capturado
la única planta embotelladora de cloro de Siria, al este de Alepo, en
agosto.
El uso de explosivos basados en gas de cloro por
los insurgentes se vio no hace mucho tiempo en Iraq, donde ataques
contra autoridades y civiles remontan a 2006. Portavoces militares
estadounidenses, afirmaron que las tácticas de los insurgentes se
hicieron más letales [7], en el intento de atraer máxima atención e
infligir un sufrimiento generalizado.
La conexión con Iraq
y las tácticas de los insurgentes son importantes para el conflicto
sirio por la llegada de rebeldes yihadistas a través de la frontera
iraquí, llevando con ellos experiencia y know-how en la lucha
contra la ocupación estadounidense. También se afirma que esa frontera
alberga campos de entrenamiento de grupos aliados con al Qaida en ambos
países, un hecho que ha salido a la luz desde un reciente anuncio que
vincula el Frente al-Nusra al grupo central de al Qaida.
Las
afirmaciones de la Casa Blanca del jueves especificaron una conexión
con gas sarín por lo menos con otros supuestos ataques con armas
químicas en Siria. Incluso si fuera verdad, una conexión clara que
vincule el uso de un explosivo de AQ con el gobierno sirio no es viable.
En 2004, una bomba al borde de la carretera utilizando un artefacto
explosivo improvisado [8] –una táctica común de los insurgentes– que
contenía el gas neurotóxico se detonó en Iraq. No existe garantía alguna
de que no hayan llegado municiones químicas a manos de elementos
delincuentes o de que no estén produciéndolos ellos mismos en pequeñas
cantidades.
En este momento, casi todo lo que se discute
en relación con armas químicas dentro de Siria es una conjetura –y para
decir la verdad– altamente sospechoso.
The Times of London acaba
de publicar una “investigación” detallada y oportuna de un supuesto
ataque con AQ en Alepo y afirma que: “El régimen sirio prefiere atacar
con gas a sus oponentes en pequeña escala, para probar la elasticidad de
la ‘línea roja’ del presidente Obama”.
A continuación, el
artículo pasa a describir el horrendo informe de una víctima, testigos y
personal médico sobre lo que parece ser un ataque con sarín. Pero hay
expertos que ahora cuestionan esos informes [9] diciendo que la
evidencia está “lejos de ser concluyente”.
Refiriéndose al vídeo del supuesto ataque con AQ mencionado por The Times, Jean Pascal Zanders, un investigador sénior del Instituto de la Unión Europea para Estudios de Seguridad, dijo a McClatchy News [9] que hay señales de alarma en la secuencia.
“¿Por
qué solo una persona?”, dijo, refiriéndose al vídeo que muestra a un
paciente que dijo que era una víctima. “¿Por qué encuentro la escena en
el hospital, de nuevo, diferente de lo que esperaría en un caso de
exposición química? ¿Por qué el sujeto ‘espumajea’ en el hospital,
considerando la acción rápida del sarín?” Zanders explicó que sin
antídoto, la muerte es posible en un minuto después de la exposición al
sarín.
El artículo en The Times se vuelve luego aún más extraño. Cito:
“En el caos de la guerra civil de Siria, ningún hospital en las áreas controladas por los rebeldes tiene instalaciones para probar qué gas se utilizó. Sin embargo, fuentes médicas en el norte de Siria han dicho a The Times que inmediatamente después del ataque un equipo de “una agencia médica estadounidense” llegó al hospital en Afrin. Tomaron muestras de cabellos de las víctimas para estudiarlas en ‘un laboratorio estadounidense’.
Es probable que esas muestras formaran parte de la evidencia citada ayer por el Secretario de Defensa..”
¿En
serio? ¿Un ataque con AQ tiene lugar en medio en la noche en Alepo e
“inmediatamente después una agencia médica estadounidense” llega a
recoger muestras para estudiarlas?
Eso no es todo…
En una entrevista con Christiane Amanpour de CNN,
el Jefe del Estado Mayor del Ejército Libre Sirio, el general Salim
Idriss [10] dice que Israel está informado del uso de AQ por el gobierno
sirio, porque el Mossad tiene agentes en el país: “Israel tiene esta
información porque hay muchos, muchos miembros de los servicios de
seguridad que ahora están muy activos en Siria”.
Idriss,
por cierto, se refiere a las declaraciones hechas por Israel esta semana
que provocaron toda la reciente especulación sobre AQ sirias. El
analista de inteligencia del ejército israelí, brigadier general Itai
Brun ha sido citado ampliamente al respecto, refiriéndose sobre todo el
incidente en Alepo en abril destacado por The Times y desacreditado por los expertos.
Es
probable que toda la especulación de los últimos días tenga que ver con
un incidente que se parece cada vez más a las operaciones de “bandera
falsa” sobre las cuales sirios contrarios a los rebeldes han estado
advirtiendo durante el año pasado. Considerando de dónde proviene la
“evidencia”, y la supuesta presencia en el lugar de una “agencia médica”
occidental o estadounidense, es notable que Washington haya lanzado
toda una campaña al respecto.
Es casi tan ridículo como el
informe de 2011 sobre un iraní-estadounidense de mediana edad,
exvendedor de coches quien, en virtud de una cierta relación familiar
con un miembro de la Guardia Revolucionaria de Irán, decidió coludirse
con un cártel mexicano de la droga para planear el asesinato del
embajador saudí en Washington en un comedor popular en esa ciudad.
Después
de vivir el décimo aniversario de una invasión y ocupación iraquí
basada enteramente en datos falsos y falsificados sobre Armas de
Destrucción Masiva, la prensa occidental no deberíapreocuparse de las
“líneas rojas” como por evidencia irrefutable.
Notas:
[4] http://www.al-monitor.com/pulse/politics/2013/04/syria-assad-interview-lebanon-dissociation.html
Sharmine
Narwani es una escritora de comentarios y analista política que cubre
Medio Oriente, y Asociada Sénior en St. Antony's College, Universidad de
Oxford. Tiene una Maestría en Asuntos Internacionales de la Escuela de
Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad Columbia en
periodismo y estudios de Medio Oriente. Sharmine Narwani está en twitter
@snarwani
Fuente: Rebelion.org


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