Chevron se asociará con YPF e invertirá U$S 1.240 millones
Finalmente, el Gobierno allanó el camino a la firma estadounidense.
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Galuccio saluda a John Watson, CEO de Chevron. |
La petrolera expropiada YPF firmó ayer la
asociación con la estadounidense Chevron para el desarrollo conjunto del
yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén.
A través de esta unión, la multinacional extranjera pone un pie en uno de los reservorios de recursos no convencionales más ricos del mundo, del que podrá exportar el 20% de lo que obtenga sin tener que pagar ninguna retención y girar utilidades después del quinto año de operaciones.
La asociación fue cuestionada por la confederación mapuche, que protestó en Neuquén, por casi todo el arco político opositor -desde el PRO hasta la izquierda, pasando por el radicalismo y la Coalición Cívica-, intelectuales no embanderados con el Gobierno, expertos en energía y hasta por Adolfo Pérez Esquivel, el premio Nobel de la Paz, que considera a Chevron como "prófuga de la Justicia ecuatoriana por violar derechos humanos".
El acuerdo contempla una inversión de U$S 1.240 millones por parte de Chevron pero la estadounidense necesita primero la aprobación de la provincia de Neuquén, ya que la concesión se encuentra en su territorio. El gobernador neuquino, Jorge Sapag, siempre se mostró en sincronía con las necesidades de YPF pero la oposición en la provincia dejó trascender otra postura: "Acuerdo, sí; cheque en blanco, no".
Las máximas autoridades de Chevron vinieron al país a presentar el acuerdo a la Presidenta. De esta forma, el Gobierno transfiere activos que expropió (el 57% de YPF era de Repsol y el Estado se quedó con el 51% de la empresa) sin todavía haber pagado nada por ello.
Aunque YPF informó que el acuerdo comprende el "3,3% del total de la concesión de YPF en Vaca Muerta", sobre la asociación quedaron muchos interrogantes.
Todavía no se sabe cómo se repartirá la propiedad de esta parcela de Vaca Muerta, qué porcentaje de la inversión hará cada empresa o de quién será el petróleo que obtengan. Aunque siempre se creyó que ésta era una asociación en partes iguales (50% para YPF y 50% para Chevron), nada de lo comunicado ayer permite corroborarlo.
"Éste es un momento de inflexión para las inversiones extranjeras en el país", dijo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a John Watson, CEO de Chevron. Aunque la empresa ya opera en el país, la mandataria expresó una suerte de "bienvenida" a la compañía, por la magnitud de la inversión.
También manifestó su deseo de que otras empresas continúen el ejemplo de Chevron. Para calzar con las necesidades de la petrolera estadounidense -y de otros potenciales inversores- el Poder Ejecutivo publicó un decreto antes de ayer, que habilita exportaciones sin retenciones y libre giro de dividendos, algo que el Gobierno viene impidiendo desde fines de 2011.
Después de una década de criticar, presionar, amenazar con la quita de concesiones y hasta "nacionalizar" YPF- se aplican reformas en el marco regulatorio del sector favorables a las empresas con el objetivo de atraer inversiones internacionales.
En este caso, el Gobierno primero debió allanar a Chevron el camino judicial. Para llegar a la firma del acuerdo que ayer cerró YPF con la petrolera norteamericana, la Justicia local debió revocar el embargo que pesaba sobre su filial argentina, por U$S 19.000 millones.
La decisión de sellar el acuerdo entre YPF fue tomada -además- a pesar de que Chevron es la empresa petrolera con mayor caída de producción y reservas en la Argentina en los últimos años. Por caso, sólo por tomar el período 2009-2011, frente a una caída en la producción de crudo en el país del 12%, Chevron cayó el 35%. En su producción de gas natural, en el mismo período, cayó un 61% cuando el deterioro promedio del país fue del 9%.
La firma se encontraba -según lo que reflejan las estadísticas- en un proceso de salida de la Argentina. Había vendido gran parte de sus activos en el país, entrando en un proceso de desinversión.
En este contexto, la petrolera se quedó sólo con cuatro de las 23 áreas que tenía. Antes del descubrimiento de Vaca Muerta había revertido seis áreas en la cuenca neuquina. En casi todas estas áreas, los remplazantes exploraron y lograron descubrimientos.
A través de esta unión, la multinacional extranjera pone un pie en uno de los reservorios de recursos no convencionales más ricos del mundo, del que podrá exportar el 20% de lo que obtenga sin tener que pagar ninguna retención y girar utilidades después del quinto año de operaciones.
La asociación fue cuestionada por la confederación mapuche, que protestó en Neuquén, por casi todo el arco político opositor -desde el PRO hasta la izquierda, pasando por el radicalismo y la Coalición Cívica-, intelectuales no embanderados con el Gobierno, expertos en energía y hasta por Adolfo Pérez Esquivel, el premio Nobel de la Paz, que considera a Chevron como "prófuga de la Justicia ecuatoriana por violar derechos humanos".
El acuerdo contempla una inversión de U$S 1.240 millones por parte de Chevron pero la estadounidense necesita primero la aprobación de la provincia de Neuquén, ya que la concesión se encuentra en su territorio. El gobernador neuquino, Jorge Sapag, siempre se mostró en sincronía con las necesidades de YPF pero la oposición en la provincia dejó trascender otra postura: "Acuerdo, sí; cheque en blanco, no".
Las máximas autoridades de Chevron vinieron al país a presentar el acuerdo a la Presidenta. De esta forma, el Gobierno transfiere activos que expropió (el 57% de YPF era de Repsol y el Estado se quedó con el 51% de la empresa) sin todavía haber pagado nada por ello.
Aunque YPF informó que el acuerdo comprende el "3,3% del total de la concesión de YPF en Vaca Muerta", sobre la asociación quedaron muchos interrogantes.
Todavía no se sabe cómo se repartirá la propiedad de esta parcela de Vaca Muerta, qué porcentaje de la inversión hará cada empresa o de quién será el petróleo que obtengan. Aunque siempre se creyó que ésta era una asociación en partes iguales (50% para YPF y 50% para Chevron), nada de lo comunicado ayer permite corroborarlo.
"Éste es un momento de inflexión para las inversiones extranjeras en el país", dijo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a John Watson, CEO de Chevron. Aunque la empresa ya opera en el país, la mandataria expresó una suerte de "bienvenida" a la compañía, por la magnitud de la inversión.
También manifestó su deseo de que otras empresas continúen el ejemplo de Chevron. Para calzar con las necesidades de la petrolera estadounidense -y de otros potenciales inversores- el Poder Ejecutivo publicó un decreto antes de ayer, que habilita exportaciones sin retenciones y libre giro de dividendos, algo que el Gobierno viene impidiendo desde fines de 2011.
Después de una década de criticar, presionar, amenazar con la quita de concesiones y hasta "nacionalizar" YPF- se aplican reformas en el marco regulatorio del sector favorables a las empresas con el objetivo de atraer inversiones internacionales.
En este caso, el Gobierno primero debió allanar a Chevron el camino judicial. Para llegar a la firma del acuerdo que ayer cerró YPF con la petrolera norteamericana, la Justicia local debió revocar el embargo que pesaba sobre su filial argentina, por U$S 19.000 millones.
La decisión de sellar el acuerdo entre YPF fue tomada -además- a pesar de que Chevron es la empresa petrolera con mayor caída de producción y reservas en la Argentina en los últimos años. Por caso, sólo por tomar el período 2009-2011, frente a una caída en la producción de crudo en el país del 12%, Chevron cayó el 35%. En su producción de gas natural, en el mismo período, cayó un 61% cuando el deterioro promedio del país fue del 9%.
La firma se encontraba -según lo que reflejan las estadísticas- en un proceso de salida de la Argentina. Había vendido gran parte de sus activos en el país, entrando en un proceso de desinversión.
En este contexto, la petrolera se quedó sólo con cuatro de las 23 áreas que tenía. Antes del descubrimiento de Vaca Muerta había revertido seis áreas en la cuenca neuquina. En casi todas estas áreas, los remplazantes exploraron y lograron descubrimientos.
Los mapuches ocuparon cuatro pozos petroleros en Vaca Muerta
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Un grupo de pobladores de la la zona, en Neuquén, pidieron que no alteren sus tierras ni modo de vida. (DyN) |
Ayer, al caer la tarde en Campo Maripé, la
confederación mapuche decidió ampliar la toma de los pozos petroleros de
YPF en la formación de Vaca Muerta, a 120 kilómetros de la Ciudad de
Neuquén. Llevó la ocupación de uno a cuatro pozos y por tiempo
indeterminado.
La extensión de la medida de protesta fue la respuesta inmediata al comunicado de la empresa manejada por el Estado que afirmó que los pozos no se encuentran en territorio mapuche sino en "tierras fiscales" del Estado provincial.
"Nosotros somos dueños de esta tierra, tenemos varias generaciones que nacieron y se criaron en Fortín Manguardia (en la formación Vaca Muerta). Tenemos los papeles de la posesión donde ahora están instalando pozos petroleros", afirmó el lonco (cacique) Albino Campo, mientras los obreros habían detenido las tareas de perforación.
Campo, que vive a 200 metros de donde se instalará un pozo petrolero, llegó antes del amanecer a Vaca Muerta junto a más de cien familias mapuches de distintas comunidades. "Ésta es una resistencia pacífica frente al desastre que está produciendo la empresa", les explicó.
El equipo de perforación frenó la producción. A partir de entonces, los mapuches estaban a la espera de una reacción policial. Sin embargo, sólo se acercó una camioneta de la policía de la provincia, que luego se retiró.
La torre del pozo de perforación había sido inaugurada el año pasado. Hasta entonces, era campo de pastoreo de la comunidad mapuche.
El acuerdo con Chevron prevé poner en producción 2.800 pozos de producción petrolera, aunque los mapuches no fueron consultados, pese al compromiso firmado por el presidente de YPF.
Desde la firma, a través de un comunicado, se dijo que "los pozos tomados no se encuentran en territorio mapuche sino en tierras fiscales pertenecientes al Estado provincial. Sobre esta medida, absolutamente sin fundamento, YPF quiere dejar en claro que mantiene un diálogo permanente con todos los actores de la zona, aun con la familia Campos que no posee título de propiedad sobre las tierras que reclama".
En relación a las manifestaciones públicas realizadas por representantes de la comunidad mapuche de Loma La Lata, la compañía aclaró que firmó un acuerdo con representantes de la comunidad Kaxipayi para desarrollar operaciones en el territorio a través de un proceso de consulta y diálogo.
La extensión de la medida de protesta fue la respuesta inmediata al comunicado de la empresa manejada por el Estado que afirmó que los pozos no se encuentran en territorio mapuche sino en "tierras fiscales" del Estado provincial.
"Nosotros somos dueños de esta tierra, tenemos varias generaciones que nacieron y se criaron en Fortín Manguardia (en la formación Vaca Muerta). Tenemos los papeles de la posesión donde ahora están instalando pozos petroleros", afirmó el lonco (cacique) Albino Campo, mientras los obreros habían detenido las tareas de perforación.
Campo, que vive a 200 metros de donde se instalará un pozo petrolero, llegó antes del amanecer a Vaca Muerta junto a más de cien familias mapuches de distintas comunidades. "Ésta es una resistencia pacífica frente al desastre que está produciendo la empresa", les explicó.
El equipo de perforación frenó la producción. A partir de entonces, los mapuches estaban a la espera de una reacción policial. Sin embargo, sólo se acercó una camioneta de la policía de la provincia, que luego se retiró.
La torre del pozo de perforación había sido inaugurada el año pasado. Hasta entonces, era campo de pastoreo de la comunidad mapuche.
El acuerdo con Chevron prevé poner en producción 2.800 pozos de producción petrolera, aunque los mapuches no fueron consultados, pese al compromiso firmado por el presidente de YPF.
Desde la firma, a través de un comunicado, se dijo que "los pozos tomados no se encuentran en territorio mapuche sino en tierras fiscales pertenecientes al Estado provincial. Sobre esta medida, absolutamente sin fundamento, YPF quiere dejar en claro que mantiene un diálogo permanente con todos los actores de la zona, aun con la familia Campos que no posee título de propiedad sobre las tierras que reclama".
En relación a las manifestaciones públicas realizadas por representantes de la comunidad mapuche de Loma La Lata, la compañía aclaró que firmó un acuerdo con representantes de la comunidad Kaxipayi para desarrollar operaciones en el territorio a través de un proceso de consulta y diálogo.
Fuente: Los Andes Online
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