Tensión entre España y Gran Bretaña por el Peñón de Gibraltar
En estos días hubo roces y declaraciones de los presidentes por el estratégico enclave que España cedió en 1713 y quiere recuperar.
Agencia AP
![]() |
Rajoy y Cameron tienen alianzas económicas y militares binacionales y además integran la OTAN. (AFP) |
La tensión de los últimos días por el
enclave británico de Gibraltar, cuya soberanía reclama España, llevó
ayer al primer ministro británico David Cameron a llamar por teléfono a
su homólogo español Mariano Rajoy para buscar una solución que
recomponga las relaciones entre ambos países.
No obstante, siendo un episodio similar a los problemas que también afrontan las autoridades británicas con Argentina por las islas Malvinas, las posturas parecen lejos de acercarse.
Cameron informó en su cuenta de Twitter que tuvo una conversación "muy constructiva"' con Rajoy para expresar su preocupación por los últimos acontecimientos, pero dejó claro que su posición sobre la soberanía de Gibraltar, en el extremo sur de la península ibérica, "no cambiará".
El mandatario español respondió a través de un comunicado que espera resolver el diferendo a través del diálogo, como corresponde a dos países aliados, pero agregó que las últimas acciones de Gibraltar han provocado "un profundo malestar y una gran preocupación".
Rajoy calificó de "inaceptable" la colocación de unos bloques de hormigón en la bahía gibraltareña para la construcción de un arrecife artificial. Según las autoridades ibéricas, estos bloques dañan el medio ambiente y perjudican la actividad de los pescadores españoles que faenan en la zona.
Al margen del reclamo territorial, España considera que las aguas que rodean Gibraltar son españolas y que expandir artificialmente el territorio es ilegal.
Como respuesta, España intensificó de manera sorpresiva los controles fronterizos en la valla que separa Gibraltar del país ibérico. La semana pasada se produjeron colas kilométricas de automóviles y personas, que se han ido reduciendo poco a poco. Miles de españoles y gibraltareños cruzan a diario ese paso para trabajar o comprar.
Poco después, el canciller José Manuel García-Margallo reveló que España estudia crear una cuota de 50 euros (66,5 dólares) por entrar y de otros 50 por salir de Gibraltar. Al margen de la cuota, el gobierno español precisó que está en su derecho de realizar esos controles, ya que Gibraltar no pertenece al espacio Schengen, que permite el libre tránsito de personas entre la mayoría de países de la Unión Europea.
A través de su oficina, Cameron aseguró que España se había comprometido a aliviar el paso de la frontera. Sin embargo, Rajoy se limitó a constatar la legalidad de los mismos.
No obstante, siendo un episodio similar a los problemas que también afrontan las autoridades británicas con Argentina por las islas Malvinas, las posturas parecen lejos de acercarse.
Cameron informó en su cuenta de Twitter que tuvo una conversación "muy constructiva"' con Rajoy para expresar su preocupación por los últimos acontecimientos, pero dejó claro que su posición sobre la soberanía de Gibraltar, en el extremo sur de la península ibérica, "no cambiará".
El mandatario español respondió a través de un comunicado que espera resolver el diferendo a través del diálogo, como corresponde a dos países aliados, pero agregó que las últimas acciones de Gibraltar han provocado "un profundo malestar y una gran preocupación".
Rajoy calificó de "inaceptable" la colocación de unos bloques de hormigón en la bahía gibraltareña para la construcción de un arrecife artificial. Según las autoridades ibéricas, estos bloques dañan el medio ambiente y perjudican la actividad de los pescadores españoles que faenan en la zona.
Al margen del reclamo territorial, España considera que las aguas que rodean Gibraltar son españolas y que expandir artificialmente el territorio es ilegal.
Como respuesta, España intensificó de manera sorpresiva los controles fronterizos en la valla que separa Gibraltar del país ibérico. La semana pasada se produjeron colas kilométricas de automóviles y personas, que se han ido reduciendo poco a poco. Miles de españoles y gibraltareños cruzan a diario ese paso para trabajar o comprar.
Poco después, el canciller José Manuel García-Margallo reveló que España estudia crear una cuota de 50 euros (66,5 dólares) por entrar y de otros 50 por salir de Gibraltar. Al margen de la cuota, el gobierno español precisó que está en su derecho de realizar esos controles, ya que Gibraltar no pertenece al espacio Schengen, que permite el libre tránsito de personas entre la mayoría de países de la Unión Europea.
A través de su oficina, Cameron aseguró que España se había comprometido a aliviar el paso de la frontera. Sin embargo, Rajoy se limitó a constatar la legalidad de los mismos.
Fuente: Los Andes Online
No hay comentarios:
Publicar un comentario