El encubrimiento de las operaciones clandestinas de EE.UU.
Los secretos de las fuerzas armadas militares
Tom Dispatch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens |
“Oye tipejo, no
necesito participar en estos juegos estúpidos. Sé lo que tratáis de
hacer”. Y el mayor Matthew Robert Bockholt colgó el teléfono.
Más
de un mes antes, yo había llamado al Comando de Operaciones Especiales
de EE.UU. (SOCOM) con una serie de preguntas básicas: ¿En cuántos países
había Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. desplegadas en 2013?
¿Van a expandir la cantidad de personal a 72.000 en 2014? ¿Sigue
apuntando SOCOM a tasas de crecimiento de 3 a 5% por año? ¿Cuántos
ejercicios de entrenamiento realizó el comando en 2013? Cosas básicas.
Y
durante más de un mes, esperé recibir respuestas. Llamé por teléfono.
Dejé mensajes. Envié correos electrónicos. Esperé un poco más. Comencé a
sentir que el Comando de Operaciones Especiales no quería que supiera
lo que estaban haciendo sus Boinas Verdes y Rangers, SEALs de la Armada,
y comandos de la Fuerza Delta – los hombres que operan en los más
ardientes de los puntos candentes y en los sitios más remotos de todo el
mundo.
Entonces, a último momento, justo antes de que
venciera el plazo para entregar el artículo, recibí una respuesta tan
incongruente, confusa y contradictoria del Comando de Operaciones
Especiales que me alegré de haber claudicado en la espera y tratado de
arreglármelas solo.
Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en todo el mundo, 2012-2013 ©2014 TomDispatch ©Google
Comencé
con un mapa vacío que rápidamente se convirtió en un alfilerero global.
No tardó mucho antes de que cada continente, con la excepción de la
Antártica, estuviera repleto de marcadores indicando misiones,
despliegues, e interacciones con fuerzas militares extranjeras en
2012-2013. Con eso, el verdadero tamaño y alcance de las fuerzas armadas
secretas de los militares de EE.UU. comenzaron a reflejarse. Fue, por
no decir algo peor, vasto.
Un estudio de información de
fuentes abiertas revela que en 2012 y 2013, fuerzas de Operaciones
Especiales de EE.UU. estuvieron probablemente desplegadas en –o
entrenando, asesorando, u operando con el personal de– más de 100 países
extranjeros. Y probablemente es una subestimación. En 2011, el entonces
portavoz de SOCOM, Tim Nye, dijo a TomDispatch que personal de
Operaciones Especiales era enviado cada año a 120 países en todo el
mundo. Es decir, se encontraban en aproximadamente un 60% de las
naciones del planeta. “Estamos ubicados en una serie de sitios”, fue lo
más específico que Bockholt llegó a ser cuando hablé con él en los
últimos días de 2013. Y cuando SOCOM finalmente me respondió a última
hora, la cantidad presentada carecía casi completamente de sentido.
A
pesar de la falta de cooperación oficial, un análisis de TomDispatch
revela que SOCOM es un comando en permanente crecimiento con un alcance
que ya se ha expandido. Como señaló el jefe del Comando de Operaciones
Especiales, almirante William McRaven dijo en SOCOM 2020, su proyecto
para el futuro, tiene aspiraciones ambiciosas para crear “una red Global
de SOF de aliados y socios de la misma actitud”. En otras palabras, en
ese futuro, que ahora se encuentra a solo seis años, quiere estar por
doquier.
El ascenso de los militares secretos de las fuerzas armadas
Nacido
de una fracasada incursión en 1980 para rescatar rehenes
estadounidenses en Irán (en la cual murieron ocho miembros de los
servicios de EE.UU.), el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. fue
establecido en 1987. Compuesto de unidades de todas las ramas de los
servicios armados, SOCOM está encargado de realizar las misiones más
especializadas y secretas de Washington, incluyendo asesinatos,
incursiones antiterroristas, reconocimiento especial, guerra
inconvencional, operaciones psicológicas, entrenamiento de tropas
extranjeras, y operaciones de contra-proliferación de armas de
destrucción masiva.
En la era posterior al 11-S, el
comando ha crecido continuamente. Con un personal de 33.000 en 2001, se
informa que se propone alcanzar 72.000 en 2014. (Cerca de la mitad de
esa cantidad, se llama en la jerga profesional “operadores con placa”:
SEALs, Rangers, Aviadores de Operaciones Especiales, Boinas Verdes –
mientras el resto son personal de apoyo). El financiamiento del comando
también ha aumentado exponencialmente al triplicarse el presupuesto base
de SOCOM de 2.300 millones de dólares a 6.900 millones de dólares entre
2001 y 2013. Si se agrega el financiamiento suplementario, en realidad
había aumentado a 10.400 millones de dólares.
No es
sorprendente que los despliegues de personal en el exterior hayan
aumentado vertiginosamente de 4.900 “hombres-año” –como dice el comando–
en 2001 a 11.500 en 2013. Unos 11.000 operadores especiales trabajan
ahora en el exterior en cualquier momento dado y en cualquier día dado
se encuentran en entre 70 y 80 países, aunque el New York Times
informó que, según estadísticas que les fueron suministradas por SOCOM,
durante una semana en marzo de 2013, esa cifra aumentó a 92.
La red global de la Fuerza de Operaciones Especiales
El
año pasado, el almirante McRaven, quien dirigió previamente el Comando
Conjunto de Operaciones Especiales, o JSOC –un subcomando clandestino
especializado en el rastreo y asesinato de presuntos terroristas–
pregonó su visión de la globalización de operaciones especiales. En una
declaración al Comité de Servicios Armados de la Cámara, dijo:
“USSOCOM realza su red global de SOF para apoyar a nuestra inter-agencia y socios internacionales a fin de obtener una consciencia situacional expandida de amenazas y oportunidades emergentes. La red posibilita una presencia pequeña y persistente en ubicaciones críticas, y facilita involucrarse donde sea necesario o apropiado…”
Traducido,
esto significa que SOCOM teje una compleja red de alianzas con agencias
gubernamentales en el interior y militares en el extranjero para
asegurar que se encuentre al centro de cada punto álgido global y centro
del poder concebible. De hecho, el Comando de Operaciones Especiales ha
convertido el planeta en un gigantesco campo de batalla, dividido en
numerosos frentes discretos: el autoexplicativo SOCAFRICA; el comando
sub-unificado del Comando Central de EE.UU. en Medio Oriente SOCCENT; el
contingente europeo SOCEUR, SOCKOR, que se dedica estrictamente a
Corea; SOCPAC, que cubre el resto de la región Asia-Pacífico; y
SOCSOUTH, que conduce misiones de operaciones especiales en Centro y
Suramérica y el Caribe, así como el trotamundos JSOC.
Desde
2002, SOCOM también ha sido autorizado para crear sus propias Fuerzas
de Tareas Conjuntas, una prerrogativa normalmente limitada a mayores
comandos combatientes como CENTCOM. Estos incluyen la Fuerza de
Tareas-Filipinas de Operaciones Especiales Conjuntas, 500-600 personas
dedicadas a apoyar operaciones de contraterrorismo por aliados filipinos
contra grupos insurgentes como Abu Sayyaf.
Una
impresionante entidad semejante es la Fuerza de Tareas Conjunta
Afganistán del Comando de Componentes de Operaciones Especiales
Afganistán de la OTAN, que realiza operaciones, según SOCOM, “para
capacitar a la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad (ISAF), la
Fuerza Nacional de Seguridad Afgana (ANSF), y el gobierno de la
República Islámica de Afganistán (GIRoA) a fin de suministrar al pueblo
afgano un entorno seguro y estable e impedir actividades insurgentes que
amenacen la autoridad y soberanía del GIRoA.” El año pasado, el aliado
de EE.UU., presidente afgana Hamid Karzai evaluó de otra manera a la
“fuerza especial de EE.UU. estacionada en la provincia Wardak”, a la que
acusó de “acosar, molestar, torturar, e incluso asesinar a gente
inocente”.
Según las últimas estadísticas presentadas por
ISAF, de octubre de 2012 hasta marzo de 2013, fuerzas estadounidenses y
aliadas estuvieron involucradas en 1.464 operaciones especiales en
Afganistán, incluyendo 167 en las cuales fuerzas estadounidenses o de la
coalición tuvieron la dirección y 85 que fueran operaciones
unilaterales de ISAF. Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU.
también estuvieron involucradas en todo, desde la tutoría de fuerzas
locales de seguridad con armamento ligero bajo la iniciativa de
Operaciones de Estabilidad de Aldeas, al entrenamiento de fuerzas
afganas de elite fuertemente armadas y bien equipadas – uno de cuyos
oficiales entrenados por EE.UU. desertó a la insurgencia en otoño.
Fuera
de fuerzas de tareas, también hay elementos de Comando Avanzado de
Operaciones Especiales (SOC FWD) que, según los militares, “conforman y
coordinan la cooperación en la seguridad y el enfrentamiento de fuerzas
de operaciones especiales en apoyo al comando de operaciones especiales,
comando combatiente geográfico, y fines y objetivos del equipo de
país”. Esos equipos de intervención moderada –incluyendo SOC FWD
Pakistán, SOC FWD Yemen, y SOC FWD Líbano – ofrecen entrenamiento y
apoyo a tropas de elite locales en puntos álgidos extranjeros. En
Líbano, por ejemplo, esto ha significado entrenamiento de
contraterrorismo para fuerzas de Operaciones Especiales libanesas, así
como ayuda a la Escuela de Fuerzas Especiales libanesas a fin de
desarrollar entrenadores nacionales para formar otro personal militar
libanés.
Diapositiva
de instrucción del Comando Central de Operaciones Especiales (SOCCENT)
del coronel Joe Osborne, mostrando elementos de SOC FWD
Las
ambiciones de alcance y las ambiciones globales de SOCOM van aún más
lejos. El análisis de TomDispatch de los primeros dos años completos de
McRaven al mando revela una tremenda cantidad de operaciones en
ultramar. En sitios como Somalia y Libia, tropas de elite han realizado
incursiones clandestinas de comandos. En otros, han utilizado poder
aéreo para perseguir, atacar, y matar a presuntos combatientes. En otros
sitios, han librado una guerra de información utilizando propaganda en
línea. Y en casi todas partes han estado trabajando en el
establecimiento y forja de lazos cada vez más estrechos con militares
extranjeros mediante misiones de entrenamiento y ejercicios.
“Gran
parte de lo que hacemos mientras procedemos en esta fuerza es construir
capacidad de cooperación”, dijo McRaven en la Biblioteca Ronald Reagan
en noviembre, señalando que socios de la OTAN así como aliados en Medio
Oriente, Asia y Latinoamérica “son absolutamente esenciales para la
manera como procedemos”.
En marzo de 2013, por ejemplo,
SEALs de la Armada realizaron ejercicios de entrenamiento conjunto con
buzos indonesios. En abril y mayo, personal de Operaciones Especiales de
EE.UU. se sumó a miembros de las Fuerzas de Defensa de Malawi para el
Ejercicio Guardián Épico. Durante tres semanas, 1.000 soldados
participaron en ejercicios de tiro, tácticas de unidades pequeñas,
entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, y otras actividades en tres
países – Yibuti, Malawi, y las Seychelles.
En mayo,
operadores especiales estadounidenses participaron en Tormenta de
Primavera, el mayor ejercicio anual de entrenamiento militar de Estonia.
Ese mismo mes, miembros de las fuerzas peruanas y estadounidenses de
operaciones especiales participaron en misiones conjuntas de
entrenamiento orientadas a intercambio de tácticas y la mejora de su
capacidad de realizar operaciones conjuntas. En julio, Boinas Verdes del
20 Grupo de Fuerzas Especiales del ejército pasaron varias semanas en
Trinidad y Tobago trabajando con miembros de la Unidad Naval Especial y
el Destacamento de Operaciones de Fuerzas Especiales de esa pequeña
nación. Ese ejercicio de Entrenamiento Conjunto Combinado de
Intercambio, realizado como parte del programa de Cooperación del Teatro
de Cooperación en la Seguridad de SOCSOUTH, incluyó que los
estadounidenses y sus homólogos locales participaran en instrucción de
pistola y rifle y ejercicios tácticos de pequeñas unidades.
En
septiembre, según informes en los medios, fuerzas de Operaciones
Especiales de EE.UU. se unieron a tropas de elite de la 10ª Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático –Indonesia, Malasia, las Filipinas,
Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar (Birmania), and
Camboya– así como sus equivalentes de Australia, Nueva Zelanda, Japón,
Corea del Sur, China, India, y Rusia para un ejercicio de
contraterrorismo financiado conjuntamente por EE.UU. e Indonesia
realizado en un centro de entrenamiento en Sentul, Java Occidental.
El
entrenamiento táctico fue, sin embargo, solo parte de la historia. En
marzo de 2013, por ejemplo, expertos del Centro y Escuela John F.
Kennedy de Guerra Especial del Ejército auspició un grupo de trabajo de
una semana de duración con altos planificadores del Centro de
Adiestramiento de las Fuerzas Especiales –el Centro de Guerra Especial
de México– para ayudarles a desarrollar su propia doctrina de fuerzas
especiales.
En octubre, miembros de las Fuerzas de
Operaciones Especiales de Noruega viajaron al ultramoderno Centro de
Juego de Guerra de SOCOM en su sede en la Base de la Fuerza Aérea
MacDill en Florida, para refinar procedimientos de reacción a crisis
para operaciones de rescate de rehenes. “NORSOF y dirigentes civiles
noruegos participan regularmente en ejercicios nacionales de
entrenamiento en el terreno enfocados en un escenario como este”, dijo
el teniente coronel noruego Petter Hellesen. “Lo que fue especial en
este ejercicio fue que pudimos reunir a tantos altos dirigentes noruegos
y oficiales de acción, civiles y militares, en una misma sala con sus
homólogos estadounidenses.”
De hecho, Mc Dill, se está convirtiendo rápidamente en un centro mundial de operaciones especiales, según un informe del Tampa Tribune.
En otoño pasado, SOCOM inició silenciosamente un Centro de Coordinación
Internacional de Fuerzas de Operaciones Especiales que suministra
programas de trabajo como internos residentes a largo plazo para
oficiales de alto nivel de operaciones clandestinas de todo el mundo.
Representantes de 10 naciones ya se han unido al comando y se espera que
24 más se agreguen en los próximos 12-18 meses, según la visión global
de McRaven.
No cabe duda que en los próximos años, tendrán
lugar en Florida cada vez más interacciones entre fuerzas de elite de
EE.UU. y sus homólogos extranjeros, pero es probable que en su mayoría
ocurran –como lo hacen actualmente– en el exterior. El análisis de Tom
Dispatch de documentos oficiales y comunicados de prensa oficiales del
gobierno así como de informaciones en la prensa indica que fuerzas de
Operaciones Especiales de EE.UU. estuvieron desplegadas o involucradas
con los militares de 106 naciones en todo el mundo durante 2012-2013.
Durante
años, el comando ha afirmado que la divulgación de los nombres de esos
países molestaría a aliados extranjeros y pondría en peligro a personal
estadounidense. Bockholt de SOCOM me insistió en que incluso la mención
del número total tendría el mismo efecto. “Usted comprende que existe
información sobre nuestros militares… que es contradictorio mencionar”
me dijo. “Hay ciertas cosas que no podemos publicar por la seguridad de
los miembros de nuestro servicio tanto en el interior como en el
exterior. No estoy seguro del motivo por el cual le interesa informar al
respecto.”
Como respuesta, le pregunté cómo una simple
cifra podría poner en peligro las vidas de personal de Operaciones
Especiales, y respondió: “Cuando se trabaja con socios con los que
trabajamos en los diferentes países, cada país es muy particular”. Se
negó a entrar en más detalles sobre lo que quería decir o cómo tenía que
ver con un simple número de países. Nunca se explicó por qué SOCOM
terminó por darme una cifra, considerando esos supuestos peligros.
Llevando la guerra a casa
Este
año, el Comando de Operaciones Especiales tiene planes de hacer
importantes incursiones dentro de otro país – EE.UU. El establecimiento
de SOCNORTH en 2014, según el comando, tiene el propósito de ayudar a
“defender Norteamérica superando todas las amenazas, manteniendo la fe
con nuestro pueblo, y apoyándolo en sus tiempos de mayor necesidad”.
Bajo los auspicios del Comando Norte de EE.UU. SOCNORTH será responsable
por EE.UU., Canadá, México, y partes del Caribe.
A pesar
de que el rechazo del Congreso ha frustrado hasta ahora los esfuerzos
del almirante McRaven por crear una sede satélite de SOCOM para los más
de 300 operadores especiales que trabajan en Washington, D.C. (al coste
de 10 millones de dólares por año), el comando ha estacionado equipos de
apoyo y contactos en toda la capital en un intento de empotrarse cada
vez con más profundidad dentro de Washington. “Tengo gente en cada
agencia aquí en Washington, D.C. – de la CIA, del FBI, de la Agencia
Nacional de Seguridad, de la Agencia Nacional Geoespacial, de la Agencia
de Inteligencia de la Defensa”, dijo McRaven durante un panel de
discusión en el Centro Wilson de Washington en 2013. Refiriéndose a los
acrónimos de las numerosas agencias con las cuales SOCOM ha forjado
vínculos, McRaven siguió diciendo: “Si hay tres letras, y en algunos
casos cuatro, tengo una persona allí. Y ellos han tenido un acuerdo
recíproco con nosotros. Tengo a alguien en mi sede en Tampa.” Hablando
en la Biblioteca Ronald Reagan en noviembre, dijo que SOCOM está
actualmente empotrado en 38 agencias.
“En vista de la
importancia de la colaboración inter-agencias, USSOCOM está colocando
mayor énfasis en su presencia en la Región del Capitolio Nacional para
apoyar mejor la coordinación y la toma de decisiones con socios de otras
agencias. Por lo tato, USSOCOM comenzó a consolidar su presencia en la
NCR [Región del Capitolio Nacional] a principios de 2012”, dijo McRaven
al Comité de Servicios Armados de la Cámara el año pasado.
Un
socio olvidado de SOCOM es U.S. AID, la agencia gubernamental dedicada a
suministrar ayuda exterior civil a países en todo el mundo, cuyo
mandato incluye la protección de los derechos humanos, la prevención de
conflictos armados, la provisión de ayuda humanitaria, y la promoción de
la “buena voluntad en el exterior”. En una conferencia en julio de
2013, Beth Cole, directora de la Oficina de Cooperación Cívico-Militar
en U.S. AID, explicó exactamente cómo su agencia ayuda ahora
silenciosamente a los militares secretos de las fuerzas armadas.
“En Yemen, por ejemplo, nuestro director de misión tiene ahora regularmente SVTCs [vídeo teleconferencias seguras] con personal de SOCOM. Eso no ocurrió hace dos años, hace tres años, hace cuatro, cinco, años,” dijo Cole según una transcripción del evento. Pero eso fue solo el comienzo. “Mi oficina en U.S. AID apoya entrenamiento pre-despliegue de las Fuerzas de Operaciones Especiales en preparación para misiones en todo el globo… Estoy orgullosa de que mi oficina y U.S. AID hayan estado suministrando apoyo al entrenamiento de varios cientos de personas de Operaciones Especiales del Ejército, la Armada, y de los Marines quienes han sido regularmente desplegados a Afganistán, y lo seguiremos haciendo.”
Cole señaló que, en Afganistán, personal de U.S. AID a veces trabaja de común acuerdo con la iniciativa Operación Estabilidad de las Aldeas con fuerzas de Operaciones Especiales. En ciertas áreas, dijo, “podemos compartir algunos de nuestros oficiales del programa en el terreno como LNO (oficiales de liaison) en esas fuerzas de tareas de Operaciones Especiales Conjuntas y ser capaces de ejecutar el trabajo de desarrollo que necesitamos realizar junto a las Fuerzas de Operaciones Especiales”. Incluso sugirió considerar de cerca si esa combinación de su agencia civil y de operaciones especiales podría ser un modelo para operaciones en otros sitios en el mundo.
Cole también mencionó que su oficina entrenará “una persona sénior” que trabaja para McRaven, el hombre que está a punto de “dirigir el elemento SOF Líbano” – posiblemente una referencia al tenebroso SOC FWD Líbano. U.S. AID, dijo, serviría como facilitador en ese país, “asegurando que tenga esas relaciones que necesita para encarar lo que es un problema muy, muy, muy serio para nuestro gobierno y para la gente de esa región”.
U.S. AID también sirve como
facilitador más cerca de casa. Cole señaló que su agencia está enviando
asesores a sedes de SOCOM en Florida y que había “organizado reuniones
para [operadores especiales] con expertos, realizado mesas redondas para
ellos, los ha sumergido en el entorno que entendemos antes de que
salgan al área de misión y los ha conectado con gente en el terreno”.
Todo esto apunta a otra tendencia emergente: la invasión por SOCOM de la
esfera civil.
En observaciones ante el Comité de
Servicios Armados de la Cámara, el almirante McRaven señaló que su
operación en Washington, SOCOM NCR, “realiza integración con el cuerpo
académico, organizaciones no gubernamentales, la industria, y otras
organizaciones del sector privado para obtener su perspectiva en temas
complejos que afectan a SOF.” Hablando en el Centro Wilson fue aún más
directo: “También tenemos oficiales de liaison con la industria y con el
cuerpo académico… Colocamos a algunos de nuestros mejores y más
brillantes en algunas de las instituciones académicas para que podamos
comprender lo que están pensando los académicos.”
La guerra de la información de SOCOM
Sin
darse por satisfecho con una presencia global en el mundo físico, SOCOM
también se ha dedicado al ciberespacio donde opera la Iniciativa Red
Transregional, una red de 10 sitios en la web de propaganda que son
dirigidos por varios comandos combatientes y que aparentan ser legítimos
medios noticiosos. Esos sitios tenebrosos – incluyendo
KhabarSouthAsia.com, Magharebia que apunta al Norte de África, una
actividad que apunta a Medio Oriente conocida como Al-Shorfa.com, y otra
dirigida a Latinoamérica llamada Infosurhoy.com – declaran solo en la
letra chica que son “patrocinados” por los militares estadounidenses.
En
junio pasado, el Comité de Servicios Armados del Senado interpeló a la
Iniciativa Red Transregional por costes “excesivos” mientras señalaba
que la “efectividad de los sitios en la web es cuestionable y la medida
de su rendimiento no justifica el gasto”. En noviembre, SOCOM anunció
que a pesar de todo trata de identificar a socios en la industria que,
bajo la Iniciativa, podrían potencialmente “desarrollar nuevos sitios en
la web adaptados a audiencias extranjeras”.
Tal como
SOCOM trabaja para influenciar a audiencias en el exterior, también está
dedicado a un riguroso control de información en el interior – por lo
menos en lo que me respecta. El mayor Bockholt dejó claro que SOCOM
objetó a un artículo mío de 2011 sobre las fuerzas de Operaciones
Especiales de EE.UU. “Parte de ese material es incongruente con los
hechos reales”, me dijo. Le pregunté qué exactamente era incongruente.
“Algunas de las cosas que escribió sobre JSOC… Pienso que leí alguna
información sobre asesinatos indiscriminados o cosas parecidas.”
Supe
de inmediato a qué cita se refería sin lugar a dudas – una mención de
la campaña de asesinato/captura en ultramar del Comando Conjunto de
Operaciones Especiales como “una máquina de asesinato de
contraterrorismo a una escala casi industrial”. Bockholt dijo que
ciertamente es “una cita que preocupa”. El único problema es que: yo no
lo dije. Era, como dije muy claramente en el artículo, la evaluación
hecha por John Nagl, un teniente coronel en retito del Ejército y ex
asesor de contraterrorismo del ahora general en retiro y ex director de
la CIA, David Petraeus.
Bockholt no mencionó otros
ejemplos de incongruencias. Pregunté si cuestionaba mi caracterización
de alguna información de una entrevista que realicé con el entonces
portavoz de SOCOM, coronel Tim Nye. No lo hizo. En su lugar, explicó que
SOCOM tenía problemas con mi trabajo en general. “Cuando consideramos
la caracterización de sus escritos, en general, y yo sé que usted tiene
algunas cosas sobre Vietnam [una referencia a mi éxito de ventas, Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam]
y cosas semejantes – debido a su estilo, tenemos que ser muy cuidadosos
sobre cómo respondemos a sus preguntas por el modo como usted tiende a
utilizar esa información”. Bockholt entonces preguntó si yo era
anti-militar. Respondí que trataba todos los temas que cubría con un
estándar muy elevado.
A continuación Bockholt lanzó un
ataque verbal contra el sitio en la web en el cual soy editor jefe,
TomDispatch.com. En vista de la tendencia del Comando de Operaciones
Especiales de interesarse por nuevos sitios dudosos, me impresionó
cuando dijo que TomDispatch –que ha publicado noticias originales,
análisis y comentarios durante más de una década y que obtuvo el Premio
Utne a los Medios de 2013 por “mejor cobertura política”– no era un
“verdadero medio”. Desde mi punto de vista fue una posición atrevida
considerando que el tenebroso sitio noticioso para Medio Oriente de
SOCOM, Al-Shorfa.com incluye realmente una cláusula de exención de
responsabilidades de que “no puede garantizar la exactitud de la
información suministrada”.
Mientras amenazaba mi fecha
límite, estaba poniendo los toques finales en este artículo cuando llegó
un correo electrónico de Mike Janssen de Asuntos Públicos de SOCOM. Era
–finalmente– una respuesta aparentemente simple a lo que parecía una
pregunta sorprendentemente directa formulada más de un mes antes: ¿Cuál
es la cantidad de países en los cuales fuerzas de Operaciones Especiales
estuvieron desplegadas en 2013? Janssen fue breve. Su respuesta: 80.
¿Cómo,
me pregunté, podía ser posible? En medio de la iniciativa de red de SOF
Global de McRaven, ¿podría SOCOM haber disminuido sus despliegues de
120 en 2011 a solo 80 el año pasado? Y si fuerzas de Operaciones
Especiales estuvieron desplegadas en 92 naciones durante solo una semana
en 2013, según estadísticas oficiales suministradas al New York Times,
¿cómo podrían haber estado presentes en 12 países menos en todo el año?
¿Y por qué, en su declaración de postura de marzo de 2013 al Comité de
Servicios Armados de la Cámara, mencionó el almirante McRaven
“despliegues anuales en más de 100 países”? Con algunos minutos de
sobra, llamé a Mike Janssen para obtener una aclaración. “No tengo
ninguna información al respecto”, me dijo y me pidió que presentara mi
pregunta por escrito – precisamente lo que había hecho más de un mes
antes en un esfuerzo por obtener una respuesta oportuna a esa pregunta
directa y esencial.
Hoy en día, el Comando de Operaciones
Especiales se encuentra en una encrucijada. Trata de influenciar a la
gente en el exterior, mientras dentro del país trata de mantener a
oscuras a los estadounidenses sobre sus actividades; expandiendo su
alcance, impacto, e influencia, mientras se esfuerza por mantenerlos en
las sombras; realizando operaciones en todo el globo, mientras profesa
que solo opera en una “serie de sitios”; afirmando despliegues a escala
mundial que han disminuido notablemente en el año pasado, mientras la
evidencia sugiere otra cosa.
“Sé lo que está tratando de
ser”, dijo Bockholt crípticamente antes de colgar el teléfono – como si
las continuas preguntas de un periodista en el intento de obtener
respuestas de información básica después de un mes de espera excedieran
el límite. Mientras tanto, Bockholt y otros en SOCOM trabajan para
mantener lo más secreto posible todo lo que el Comando de Operaciones
Especiales trata de hacer globalmente y en el interior.
Nick Turse es editor-jefe de Tomdispatch.com e investigador de The Nation Institute. Es autor de The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives y
de una historia de pronta aparición sobre los crímenes de guerra de
EEUU en Vietnam: “Kill Anything That Moves” (ambos libros en
Metropolitan).
Claves para el mapa de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en el mundo, 2012-2013
Marcadores rojos: despliegue de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en 2013.
Marcadores azules: Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajaron con/entrenaron/asesoraron/realizaron operaciones con tropas indígenas en EE.UU. o en un tercer país durante 2013.
Marcadores púrpura: despliegue de Fuerzas de Operaciones Especiales en 2012.
Marcadores amarillos: Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajaron con/entrenaron/asesoraron/ realizaron operaciones con tropas indígenas en EE.UU. o en un tercer país durante 2012.
Fuente: Rebelion.org
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