viernes, 10 de enero de 2014

El encubrimiento de las operaciones clandestinas de EE.UU.
Los secretos de las fuerzas armadas militares

Tom Dispatch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

“Oye tipejo, no necesito participar en estos juegos estúpidos. Sé lo que tratáis de hacer”. Y el mayor Matthew Robert Bockholt colgó el teléfono. 

Más de un mes antes, yo había llamado al Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. (SOCOM) con una serie de preguntas básicas: ¿En cuántos países había Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. desplegadas en 2013? ¿Van a expandir la cantidad de personal a 72.000 en 2014? ¿Sigue apuntando SOCOM a tasas de crecimiento de 3 a 5% por año? ¿Cuántos ejercicios de entrenamiento realizó el comando en 2013? Cosas básicas. 

Y durante más de un mes, esperé recibir respuestas. Llamé por teléfono. Dejé mensajes. Envié correos electrónicos. Esperé un poco más. Comencé a sentir que el Comando de Operaciones Especiales no quería que supiera lo que estaban haciendo sus Boinas Verdes y Rangers, SEALs de la Armada, y comandos de la Fuerza Delta – los hombres que operan en los más ardientes de los puntos candentes y en los sitios más remotos de todo el mundo. 

Entonces, a último momento, justo antes de que venciera el plazo para entregar el artículo, recibí una respuesta tan incongruente, confusa y contradictoria del Comando de Operaciones Especiales que me alegré de haber claudicado en la espera y tratado de arreglármelas solo. 

Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en todo el mundo, 2012-2013 ©2014 TomDispatch ©Google

Comencé con un mapa vacío que rápidamente se convirtió en un alfilerero global. No tardó mucho antes de que cada continente, con la excepción de la Antártica, estuviera repleto de marcadores indicando misiones, despliegues, e interacciones con fuerzas militares extranjeras en 2012-2013. Con eso, el verdadero tamaño y alcance de las fuerzas armadas secretas de los militares de EE.UU. comenzaron a reflejarse. Fue, por no decir algo peor, vasto. 

Un estudio de información de fuentes abiertas revela que en 2012 y 2013, fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. estuvieron probablemente desplegadas en –o entrenando, asesorando, u operando con el personal de– más de 100 países extranjeros. Y probablemente es una subestimación. En 2011, el entonces portavoz de SOCOM, Tim Nye, dijo a TomDispatch que personal de Operaciones Especiales era enviado cada año a 120 países en todo el mundo. Es decir, se encontraban en aproximadamente un 60% de las naciones del planeta. “Estamos ubicados en una serie de sitios”, fue lo más específico que Bockholt llegó a ser cuando hablé con él en los últimos días de 2013. Y cuando SOCOM finalmente me respondió a última hora, la cantidad presentada carecía casi completamente de sentido.

A pesar de la falta de cooperación oficial, un análisis de TomDispatch revela que SOCOM es un comando en permanente crecimiento con un alcance que ya se ha expandido. Como señaló el jefe del Comando de Operaciones Especiales, almirante William McRaven dijo en SOCOM 2020, su proyecto para el futuro, tiene aspiraciones ambiciosas para crear “una red Global de SOF de aliados y socios de la misma actitud”. En otras palabras, en ese futuro, que ahora se encuentra a solo seis años, quiere estar por doquier. 

El ascenso de los militares secretos de las fuerzas armadas 

Nacido de una fracasada incursión en 1980 para rescatar rehenes estadounidenses en Irán (en la cual murieron ocho miembros de los servicios de EE.UU.), el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. fue establecido en 1987. Compuesto de unidades de todas las ramas de los servicios armados, SOCOM está encargado de realizar las misiones más especializadas y secretas de Washington, incluyendo asesinatos, incursiones antiterroristas, reconocimiento especial, guerra inconvencional, operaciones psicológicas, entrenamiento de tropas extranjeras, y operaciones de contra-proliferación de armas de destrucción masiva.

En la era posterior al 11-S, el comando ha crecido continuamente. Con un personal de 33.000 en 2001, se informa que se propone alcanzar 72.000 en 2014. (Cerca de la mitad de esa cantidad, se llama en la jerga profesional “operadores con placa”: SEALs, Rangers, Aviadores de Operaciones Especiales, Boinas Verdes – mientras el resto son personal de apoyo). El financiamiento del comando también ha aumentado exponencialmente al triplicarse el presupuesto base de SOCOM de 2.300 millones de dólares a 6.900 millones de dólares entre 2001 y 2013. Si se agrega el financiamiento suplementario, en realidad había aumentado a 10.400 millones de dólares. 

No es sorprendente que los despliegues de personal en el exterior hayan aumentado vertiginosamente de 4.900 “hombres-año” –como dice el comando– en 2001 a 11.500 en 2013. Unos 11.000 operadores especiales trabajan ahora en el exterior en cualquier momento dado y en cualquier día dado se encuentran en entre 70 y 80 países, aunque el New York Times informó que, según estadísticas que les fueron suministradas por SOCOM, durante una semana en marzo de 2013, esa cifra aumentó a 92. 

La red global de la Fuerza de Operaciones Especiales 

El año pasado, el almirante McRaven, quien dirigió previamente el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, o JSOC –un subcomando clandestino especializado en el rastreo y asesinato de presuntos terroristas– pregonó su visión de la globalización de operaciones especiales. En una declaración al Comité de Servicios Armados de la Cámara, dijo:
“USSOCOM realza su red global de SOF para apoyar a nuestra inter-agencia y socios internacionales a fin de obtener una consciencia situacional expandida de amenazas y oportunidades emergentes. La red posibilita una presencia pequeña y persistente en ubicaciones críticas, y facilita involucrarse donde sea necesario o apropiado…”
Traducido, esto significa que SOCOM teje una compleja red de alianzas con agencias gubernamentales en el interior y militares en el extranjero para asegurar que se encuentre al centro de cada punto álgido global y centro del poder concebible. De hecho, el Comando de Operaciones Especiales ha convertido el planeta en un gigantesco campo de batalla, dividido en numerosos frentes discretos: el autoexplicativo SOCAFRICA; el comando sub-unificado del Comando Central de EE.UU. en Medio Oriente SOCCENT; el contingente europeo SOCEUR, SOCKOR, que se dedica estrictamente a Corea; SOCPAC, que cubre el resto de la región Asia-Pacífico; y SOCSOUTH, que conduce misiones de operaciones especiales en Centro y Suramérica y el Caribe, así como el trotamundos JSOC. 

Desde 2002, SOCOM también ha sido autorizado para crear sus propias Fuerzas de Tareas Conjuntas, una prerrogativa normalmente limitada a mayores comandos combatientes como CENTCOM. Estos incluyen la Fuerza de Tareas-Filipinas de Operaciones Especiales Conjuntas, 500-600 personas dedicadas a apoyar operaciones de contraterrorismo por aliados filipinos contra grupos insurgentes como Abu Sayyaf. 

Una impresionante entidad semejante es la Fuerza de Tareas Conjunta Afganistán del Comando de Componentes de Operaciones Especiales Afganistán de la OTAN, que realiza operaciones, según SOCOM, “para capacitar a la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad (ISAF), la Fuerza Nacional de Seguridad Afgana (ANSF), y el gobierno de la República Islámica de Afganistán (GIRoA) a fin de suministrar al pueblo afgano un entorno seguro y estable e impedir actividades insurgentes que amenacen la autoridad y soberanía del GIRoA.” El año pasado, el aliado de EE.UU., presidente afgana Hamid Karzai evaluó de otra manera a la “fuerza especial de EE.UU. estacionada en la provincia Wardak”, a la que acusó de “acosar, molestar, torturar, e incluso asesinar a gente inocente”. 

Según las últimas estadísticas presentadas por ISAF, de octubre de 2012 hasta marzo de 2013, fuerzas estadounidenses y aliadas estuvieron involucradas en 1.464 operaciones especiales en Afganistán, incluyendo 167 en las cuales fuerzas estadounidenses o de la coalición tuvieron la dirección y 85 que fueran operaciones unilaterales de ISAF. Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. también estuvieron involucradas en todo, desde la tutoría de fuerzas locales de seguridad con armamento ligero bajo la iniciativa de Operaciones de Estabilidad de Aldeas, al entrenamiento de fuerzas afganas de elite fuertemente armadas y bien equipadas – uno de cuyos oficiales entrenados por EE.UU. desertó a la insurgencia en otoño. 

Fuera de fuerzas de tareas, también hay elementos de Comando Avanzado de Operaciones Especiales (SOC FWD) que, según los militares, “conforman y coordinan la cooperación en la seguridad y el enfrentamiento de fuerzas de operaciones especiales en apoyo al comando de operaciones especiales, comando combatiente geográfico, y fines y objetivos del equipo de país”. Esos equipos de intervención moderada –incluyendo SOC FWD Pakistán, SOC FWD Yemen, y SOC FWD Líbano – ofrecen entrenamiento y apoyo a tropas de elite locales en puntos álgidos extranjeros. En Líbano, por ejemplo, esto ha significado entrenamiento de contraterrorismo para fuerzas de Operaciones Especiales libanesas, así como ayuda a la Escuela de Fuerzas Especiales libanesas a fin de desarrollar entrenadores nacionales para formar otro personal militar libanés. 

Diapositiva de instrucción del Comando Central de Operaciones Especiales (SOCCENT) del coronel Joe Osborne, mostrando elementos de SOC FWD

Las ambiciones de alcance y las ambiciones globales de SOCOM van aún más lejos. El análisis de TomDispatch de los primeros dos años completos de McRaven al mando revela una tremenda cantidad de operaciones en ultramar. En sitios como Somalia y Libia, tropas de elite han realizado incursiones clandestinas de comandos. En otros, han utilizado poder aéreo para perseguir, atacar, y matar a presuntos combatientes. En otros sitios, han librado una guerra de información utilizando propaganda en línea. Y en casi todas partes han estado trabajando en el establecimiento y forja de lazos cada vez más estrechos con militares extranjeros mediante misiones de entrenamiento y ejercicios.

“Gran parte de lo que hacemos mientras procedemos en esta fuerza es construir capacidad de cooperación”, dijo McRaven en la Biblioteca Ronald Reagan en noviembre, señalando que socios de la OTAN así como aliados en Medio Oriente, Asia y Latinoamérica “son absolutamente esenciales para la manera como procedemos”.

En marzo de 2013, por ejemplo, SEALs de la Armada realizaron ejercicios de entrenamiento conjunto con buzos indonesios. En abril y mayo, personal de Operaciones Especiales de EE.UU. se sumó a miembros de las Fuerzas de Defensa de Malawi para el Ejercicio Guardián Épico. Durante tres semanas, 1.000 soldados participaron en ejercicios de tiro, tácticas de unidades pequeñas, entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, y otras actividades en tres países – Yibuti, Malawi, y las Seychelles.

En mayo, operadores especiales estadounidenses participaron en Tormenta de Primavera, el mayor ejercicio anual de entrenamiento militar de Estonia. Ese mismo mes, miembros de las fuerzas peruanas y estadounidenses de operaciones especiales participaron en misiones conjuntas de entrenamiento orientadas a intercambio de tácticas y la mejora de su capacidad de realizar operaciones conjuntas. En julio, Boinas Verdes del 20 Grupo de Fuerzas Especiales del ejército pasaron varias semanas en Trinidad y Tobago trabajando con miembros de la Unidad Naval Especial y el Destacamento de Operaciones de Fuerzas Especiales de esa pequeña nación. Ese ejercicio de Entrenamiento Conjunto Combinado de Intercambio, realizado como parte del programa de Cooperación del Teatro de Cooperación en la Seguridad de SOCSOUTH, incluyó que los estadounidenses y sus homólogos locales participaran en instrucción de pistola y rifle y ejercicios tácticos de pequeñas unidades.

En septiembre, según informes en los medios, fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. se unieron a tropas de elite de la 10ª Asociación de Naciones del Sudeste Asiático –Indonesia, Malasia, las Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar (Birmania), and Camboya– así como sus equivalentes de Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur, China, India, y Rusia para un ejercicio de contraterrorismo financiado conjuntamente por EE.UU. e Indonesia realizado en un centro de entrenamiento en Sentul, Java Occidental.

El entrenamiento táctico fue, sin embargo, solo parte de la historia. En marzo de 2013, por ejemplo, expertos del Centro y Escuela John F. Kennedy de Guerra Especial del Ejército auspició un grupo de trabajo de una semana de duración con altos planificadores del Centro de Adiestramiento de las Fuerzas Especiales –el Centro de Guerra Especial de México– para ayudarles a desarrollar su propia doctrina de fuerzas especiales.

En octubre, miembros de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Noruega viajaron al ultramoderno Centro de Juego de Guerra de SOCOM en su sede en la Base de la Fuerza Aérea MacDill en Florida, para refinar procedimientos de reacción a crisis para operaciones de rescate de rehenes. “NORSOF y dirigentes civiles noruegos participan regularmente en ejercicios nacionales de entrenamiento en el terreno enfocados en un escenario como este”, dijo el teniente coronel noruego Petter Hellesen. “Lo que fue especial en este ejercicio fue que pudimos reunir a tantos altos dirigentes noruegos y oficiales de acción, civiles y militares, en una misma sala con sus homólogos estadounidenses.”

De hecho, Mc Dill, se está convirtiendo rápidamente en un centro mundial de operaciones especiales, según un informe del Tampa Tribune. En otoño pasado, SOCOM inició silenciosamente un Centro de Coordinación Internacional de Fuerzas de Operaciones Especiales que suministra programas de trabajo como internos residentes a largo plazo para oficiales de alto nivel de operaciones clandestinas de todo el mundo. Representantes de 10 naciones ya se han unido al comando y se espera que 24 más se agreguen en los próximos 12-18 meses, según la visión global de McRaven.

No cabe duda que en los próximos años, tendrán lugar en Florida cada vez más interacciones entre fuerzas de elite de EE.UU. y sus homólogos extranjeros, pero es probable que en su mayoría ocurran –como lo hacen actualmente– en el exterior. El análisis de Tom Dispatch de documentos oficiales y comunicados de prensa oficiales del gobierno así como de informaciones en la prensa indica que fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. estuvieron desplegadas o involucradas con los militares de 106 naciones en todo el mundo durante 2012-2013.

Durante años, el comando ha afirmado que la divulgación de los nombres de esos países molestaría a aliados extranjeros y pondría en peligro a personal estadounidense. Bockholt de SOCOM me insistió en que incluso la mención del número total tendría el mismo efecto. “Usted comprende que existe información sobre nuestros militares… que es contradictorio mencionar” me dijo. “Hay ciertas cosas que no podemos publicar por la seguridad de los miembros de nuestro servicio tanto en el interior como en el exterior. No estoy seguro del motivo por el cual le interesa informar al respecto.”

Como respuesta, le pregunté cómo una simple cifra podría poner en peligro las vidas de personal de Operaciones Especiales, y respondió: “Cuando se trabaja con socios con los que trabajamos en los diferentes países, cada país es muy particular”. Se negó a entrar en más detalles sobre lo que quería decir o cómo tenía que ver con un simple número de países. Nunca se explicó por qué SOCOM terminó por darme una cifra, considerando esos supuestos peligros.

Llevando la guerra a casa

Este año, el Comando de Operaciones Especiales tiene planes de hacer importantes incursiones dentro de otro país – EE.UU. El establecimiento de SOCNORTH en 2014, según el comando, tiene el propósito de ayudar a “defender Norteamérica superando todas las amenazas, manteniendo la fe con nuestro pueblo, y apoyándolo en sus tiempos de mayor necesidad”. Bajo los auspicios del Comando Norte de EE.UU. SOCNORTH será responsable por EE.UU., Canadá, México, y partes del Caribe.

A pesar de que el rechazo del Congreso ha frustrado hasta ahora los esfuerzos del almirante McRaven por crear una sede satélite de SOCOM para los más de 300 operadores especiales que trabajan en Washington, D.C. (al coste de 10 millones de dólares por año), el comando ha estacionado equipos de apoyo y contactos en toda la capital en un intento de empotrarse cada vez con más profundidad dentro de Washington. “Tengo gente en cada agencia aquí en Washington, D.C. – de la CIA, del FBI, de la Agencia Nacional de Seguridad, de la Agencia Nacional Geoespacial, de la Agencia de Inteligencia de la Defensa”, dijo McRaven durante un panel de discusión en el Centro Wilson de Washington en 2013. Refiriéndose a los acrónimos de las numerosas agencias con las cuales SOCOM ha forjado vínculos, McRaven siguió diciendo: “Si hay tres letras, y en algunos casos cuatro, tengo una persona allí. Y ellos han tenido un acuerdo recíproco con nosotros. Tengo a alguien en mi sede en Tampa.” Hablando en la Biblioteca Ronald Reagan en noviembre, dijo que SOCOM está actualmente empotrado en 38 agencias.

“En vista de la importancia de la colaboración inter-agencias, USSOCOM está colocando mayor énfasis en su presencia en la Región del Capitolio Nacional para apoyar mejor la coordinación y la toma de decisiones con socios de otras agencias. Por lo tato, USSOCOM comenzó a consolidar su presencia en la NCR [Región del Capitolio Nacional] a principios de 2012”, dijo McRaven al Comité de Servicios Armados de la Cámara el año pasado.

Un socio olvidado de SOCOM es U.S. AID, la agencia gubernamental dedicada a suministrar ayuda exterior civil a países en todo el mundo, cuyo mandato incluye la protección de los derechos humanos, la prevención de conflictos armados, la provisión de ayuda humanitaria, y la promoción de la “buena voluntad en el exterior”. En una conferencia en julio de 2013, Beth Cole, directora de la Oficina de Cooperación Cívico-Militar en U.S. AID, explicó exactamente cómo su agencia ayuda ahora silenciosamente a los militares secretos de las fuerzas armadas.
“En Yemen, por ejemplo, nuestro director de misión tiene ahora regularmente SVTCs [vídeo teleconferencias seguras] con personal de SOCOM. Eso no ocurrió hace dos años, hace tres años, hace cuatro, cinco, años,” dijo Cole según una transcripción del evento. Pero eso fue solo el comienzo. “Mi oficina en U.S. AID apoya entrenamiento pre-despliegue de las Fuerzas de Operaciones Especiales en preparación para misiones en todo el globo… Estoy orgullosa de que mi oficina y U.S. AID hayan estado suministrando apoyo al entrenamiento de varios cientos de personas de Operaciones Especiales del Ejército, la Armada, y de los Marines quienes han sido regularmente desplegados a Afganistán, y lo seguiremos haciendo.”
Cole señaló que, en Afganistán, personal de U.S. AID a veces trabaja de común acuerdo con la iniciativa Operación Estabilidad de las Aldeas con fuerzas de Operaciones Especiales. En ciertas áreas, dijo, “podemos compartir algunos de nuestros oficiales del programa en el terreno como LNO (oficiales de liaison) en esas fuerzas de tareas de Operaciones Especiales Conjuntas y ser capaces de ejecutar el trabajo de desarrollo que necesitamos realizar junto a las Fuerzas de Operaciones Especiales”. Incluso sugirió considerar de cerca si esa combinación de su agencia civil y de operaciones especiales podría ser un modelo para operaciones en otros sitios en el mundo.
Cole también mencionó que su oficina entrenará “una persona sénior” que trabaja para McRaven, el hombre que está a punto de “dirigir el elemento SOF Líbano” – posiblemente una referencia al tenebroso SOC FWD Líbano. U.S. AID, dijo, serviría como facilitador en ese país, “asegurando que tenga esas relaciones que necesita para encarar lo que es un problema muy, muy, muy serio para nuestro gobierno y para la gente de esa región”.
U.S. AID también sirve como facilitador más cerca de casa. Cole señaló que su agencia está enviando asesores a sedes de SOCOM en Florida y que había “organizado reuniones para [operadores especiales] con expertos, realizado mesas redondas para ellos, los ha sumergido en el entorno que entendemos antes de que salgan al área de misión y los ha conectado con gente en el terreno”. Todo esto apunta a otra tendencia emergente: la invasión por SOCOM de la esfera civil.

En observaciones ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara, el almirante McRaven señaló que su operación en Washington, SOCOM NCR, “realiza integración con el cuerpo académico, organizaciones no gubernamentales, la industria, y otras organizaciones del sector privado para obtener su perspectiva en temas complejos que afectan a SOF.” Hablando en el Centro Wilson fue aún más directo: “También tenemos oficiales de liaison con la industria y con el cuerpo académico… Colocamos a algunos de nuestros mejores y más brillantes en algunas de las instituciones académicas para que podamos comprender lo que están pensando los académicos.”

La guerra de la información de SOCOM

Sin darse por satisfecho con una presencia global en el mundo físico, SOCOM también se ha dedicado al ciberespacio donde opera la Iniciativa Red Transregional, una red de 10 sitios en la web de propaganda que son dirigidos por varios comandos combatientes y que aparentan ser legítimos medios noticiosos. Esos sitios tenebrosos – incluyendo KhabarSouthAsia.com, Magharebia que apunta al Norte de África, una actividad que apunta a Medio Oriente conocida como Al-Shorfa.com, y otra dirigida a Latinoamérica llamada Infosurhoy.com – declaran solo en la letra chica que son “patrocinados” por los militares estadounidenses.

En junio pasado, el Comité de Servicios Armados del Senado interpeló a la Iniciativa Red Transregional por costes “excesivos” mientras señalaba que la “efectividad de los sitios en la web es cuestionable y la medida de su rendimiento no justifica el gasto”. En noviembre, SOCOM anunció que a pesar de todo trata de identificar a socios en la industria que, bajo la Iniciativa, podrían potencialmente “desarrollar nuevos sitios en la web adaptados a audiencias extranjeras”.

Tal como SOCOM trabaja para influenciar a audiencias en el exterior, también está dedicado a un riguroso control de información en el interior – por lo menos en lo que me respecta. El mayor Bockholt dejó claro que SOCOM objetó a un artículo mío de 2011 sobre las fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. “Parte de ese material es incongruente con los hechos reales”, me dijo. Le pregunté qué exactamente era incongruente. “Algunas de las cosas que escribió sobre JSOC… Pienso que leí alguna información sobre asesinatos indiscriminados o cosas parecidas.”

Supe de inmediato a qué cita se refería sin lugar a dudas – una mención de la campaña de asesinato/captura en ultramar del Comando Conjunto de Operaciones Especiales como “una máquina de asesinato de contraterrorismo a una escala casi industrial”. Bockholt dijo que ciertamente es “una cita que preocupa”. El único problema es que: yo no lo dije. Era, como dije muy claramente en el artículo, la evaluación hecha por John Nagl, un teniente coronel en retito del Ejército y ex asesor de contraterrorismo del ahora general en retiro y ex director de la CIA, David Petraeus.

Bockholt no mencionó otros ejemplos de incongruencias. Pregunté si cuestionaba mi caracterización de alguna información de una entrevista que realicé con el entonces portavoz de SOCOM, coronel Tim Nye. No lo hizo. En su lugar, explicó que SOCOM tenía problemas con mi trabajo en general. “Cuando consideramos la caracterización de sus escritos, en general, y yo sé que usted tiene algunas cosas sobre Vietnam [una referencia a mi éxito de ventas, Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam] y cosas semejantes – debido a su estilo, tenemos que ser muy cuidadosos sobre cómo respondemos a sus preguntas por el modo como usted tiende a utilizar esa información”. Bockholt entonces preguntó si yo era anti-militar. Respondí que trataba todos los temas que cubría con un estándar muy elevado.

A continuación Bockholt lanzó un ataque verbal contra el sitio en la web en el cual soy editor jefe, TomDispatch.com. En vista de la tendencia del Comando de Operaciones Especiales de interesarse por nuevos sitios dudosos, me impresionó cuando dijo que TomDispatch –que ha publicado noticias originales, análisis y comentarios durante más de una década y que obtuvo el Premio Utne a los Medios de 2013 por “mejor cobertura política”– no era un “verdadero medio”. Desde mi punto de vista fue una posición atrevida considerando que el tenebroso sitio noticioso para Medio Oriente de SOCOM, Al-Shorfa.com incluye realmente una cláusula de exención de responsabilidades de que “no puede garantizar la exactitud de la información suministrada”.

Mientras amenazaba mi fecha límite, estaba poniendo los toques finales en este artículo cuando llegó un correo electrónico de Mike Janssen de Asuntos Públicos de SOCOM. Era –finalmente– una respuesta aparentemente simple a lo que parecía una pregunta sorprendentemente directa formulada más de un mes antes: ¿Cuál es la cantidad de países en los cuales fuerzas de Operaciones Especiales estuvieron desplegadas en 2013? Janssen fue breve. Su respuesta: 80.

¿Cómo, me pregunté, podía ser posible? En medio de la iniciativa de red de SOF Global de McRaven, ¿podría SOCOM haber disminuido sus despliegues de 120 en 2011 a solo 80 el año pasado? Y si fuerzas de Operaciones Especiales estuvieron desplegadas en 92 naciones durante solo una semana en 2013, según estadísticas oficiales suministradas al New York Times, ¿cómo podrían haber estado presentes en 12 países menos en todo el año? ¿Y por qué, en su declaración de postura de marzo de 2013 al Comité de Servicios Armados de la Cámara, mencionó el almirante McRaven “despliegues anuales en más de 100 países”? Con algunos minutos de sobra, llamé a Mike Janssen para obtener una aclaración. “No tengo ninguna información al respecto”, me dijo y me pidió que presentara mi pregunta por escrito – precisamente lo que había hecho más de un mes antes en un esfuerzo por obtener una respuesta oportuna a esa pregunta directa y esencial.

Hoy en día, el Comando de Operaciones Especiales se encuentra en una encrucijada. Trata de influenciar a la gente en el exterior, mientras dentro del país trata de mantener a oscuras a los estadounidenses sobre sus actividades; expandiendo su alcance, impacto, e influencia, mientras se esfuerza por mantenerlos en las sombras; realizando operaciones en todo el globo, mientras profesa que solo opera en una “serie de sitios”; afirmando despliegues a escala mundial que han disminuido notablemente en el año pasado, mientras la evidencia sugiere otra cosa.

“Sé lo que está tratando de ser”, dijo Bockholt crípticamente antes de colgar el teléfono – como si las continuas preguntas de un periodista en el intento de obtener respuestas de información básica después de un mes de espera excedieran el límite. Mientras tanto, Bockholt y otros en SOCOM trabajan para mantener lo más secreto posible todo lo que el Comando de Operaciones Especiales trata de hacer globalmente y en el interior.

Nick Turse es editor-jefe de Tomdispatch.com e investigador de The Nation Institute. Es autor de The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives y de una historia de pronta aparición sobre los crímenes de guerra de EEUU en Vietnam: “Kill Anything That Moves” (ambos libros en Metropolitan).
Claves para el mapa de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en el mundo, 2012-2013
Marcadores rojos: despliegue de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en 2013.
Marcadores azules: Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajaron con/entrenaron/asesoraron/realizaron operaciones con tropas indígenas en EE.UU. o en un tercer país durante 2013.
Marcadores púrpura: despliegue de Fuerzas de Operaciones Especiales en 2012.
Marcadores amarillos: Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajaron con/entrenaron/asesoraron/ realizaron operaciones con tropas indígenas en EE.UU. o en un tercer país durante 2012.


Fuente: Rebelion.org

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