Entrevista a Guillermo Almeyra, analista político y colaborador de La Jornada
"México acaba de integrarse prácticamente como Estado subordinado a EE.UU."
Mario Hernandez (MH): Nuevamente en comunicación con Guillermo Almeyra. Ayer a la noche estuvimos comentando Militante Crítico, el nuevo libro de Guillermo. Hoy queríamos volverlo al papel de columnista internacional pero manteniéndonos en la geografía mexicana que ha constituido gran parte de su vida. Al respecto, hace un mes aproximadamente leía una nota de Jorge Castro en Clarín titulada “En México, un acuerdo petrolero trascendente”, donde señalaba que: “El miércoles a la noche, el Senado mexicano aprobó la desregulación petrolera y abrió a la inversión transnacional reservas probadas que equivalen a la producción de Kuwait, y no comprobadas -sobre todo shale gas/shale oil- que continúan a las de EE.UU., las primeras del mundo. Este cambio representa por su importancia geopolítica un acontecimiento de similar o mayor relevancia a la fundación del NAFTA (Tratado de Libre Comercio EE.UU./Canadá/México) en 1994.” ¿Qué opinión te merece este comentario?
Guillermo Almeyra (GA): México acaba de
integrarse totalmente como parte subordinada y prácticamente como un
estado más de EE.UU., en la política estadounidense.
El
gobierno estadounidense acaba de declarar que hará un plan energético
desde la frontera con Colombia hasta Alaska, quiere decir que incluyen
en su plan energético a toda América Central y México, incluso Canadá,
para resolver el problema de su falta de energía proveniente de recursos
hidroeléctricos, sobre todo en California y el sur del país, mediante
una red de represas que están haciendo por toda Centroamérica y México,
para mandar energía a EE.UU. y también incorporando, sobre todo, la
riqueza petrolera que existe en esos países.
Es la anulación
total, no la reforma, del artículo 27 de la Constitución mexicana nacida
de la revolución que establecía que los recursos naturales del subsuelo
son de la nación.
Detrás de la privatización del petróleo, que
es un recurso del subsuelo, está también la privatización del agua que
es otro recurso vital para México que es un país semidesértico.
Es
la entrega total de los bienes comunes, de los recursos de la Nación
fijados por la Constitución de 1918. Un retroceso a principios del siglo
pasado y una anulación de la revolución mexicana. El Estado mexicano
deja de ser independiente, no controla nada, la economía mexicana
depende totalmente de EE.UU., de las remesas de los emigrantes y de la
venta del petróleo que ahora pasa a ser de las transnacionales. México
se declara semiestado, por no decir Estado colonial.
MH:
Recuerdo haber leído un artículo tuyo en el cual señalás que con estas
medidas México retrocede a 1910, o sea, a la etapa previa a la
revolución.
GA: Efectivamente, al porfirismo, a la
época de Porfirio Díaz cuando la tierra estaba en manos de unos pocos.
Actualmente se ha acabado con otra de las conquistas de la revolución
que es el ejido, la utilización colectiva de la tierra y hay una
concentración y, sobre todo, un vaciamiento del campo por la teoría
neoliberal de las ventajas comparativas.
México cesó de producir
alimentos, de los que era exportador hasta los 80 y ahora los paga con
petróleo barato a EE. UU., que además será de su propiedad. Está en una
situación similar a la anterior a 1910, año que se inició la revolución
contra Porfirio Díaz cuando la inmensa mayoría de los mexicanos vivían
sin tierra, como peones, y en la industria eran explotados de forma
impresionante por los extranjeros.
MH: ¿Qué quedó de la promesa
hecha al pueblo mexicano el 1/1/1994, hace 20 años, cuando México se
incorpora al TLCAN, junto a EE.UU. y Canadá, de acceder al Primer Mundo?
Según tu opinión no se ha cumplido.
GA: Ha habido un
aumento del comercio entre ambos países, eso es indudable. Una
integración de la economía, pero hay que tener en cuenta de qué se
trata.
México exporta gran cantidad de automóviles pero son Ford,
Chevrolet, General Motors, Nisan, Renault, es decir, la exportación de
automotores la realizan empresas extranjeras instaladas en México por
razones fiscales y una mano de obra barata, hacia sus filiales o casas
matrices en EE.UU. adonde envían también sus ganancias. Trabajan para el
mercado estadounidense.
En cuanto a la industria petrolera y sus
derivados, están todas en manos extranjeras al igual que las finanzas,
es decir, ha habido una dominación total de la economía mexicana por el
capital extranjero.
Hay un gran capitalista mexicano, Carlos Slim…
MH: El segundo hombre más rico del mundo.
GA:
Que hizo su riqueza con la privatización de los teléfonos. Es el dueño
de un servicio, pero fuera de eso, capital productivo mexicano no hay,
incluso otro gran capitalista mexicano de la industria cementera ha
vendido recientemente su empresa a EE.UU.
El campo quedó en manos de mujeres solas, de viejos y de chicos
MH:
Hablamos de la producción industrial, de los alimentos y el petróleo,
pero también se ha deteriorado en gran medida el medio ambiente.
GA: Es
tremendo el abandono del campo por la emigración. Se calcula que en
EE.UU. hay 30 millones de mexicanos que se instalaron en sucesivas
generaciones. Esto ha significado que el campo quedó en manos de mujeres
solas, de viejos y de chicos que reciben las remesas que les envían sus
parientes desde EE.UU. con las cuales no producen sino que consumen.
La
falta de cuidado de la tierra, de trabajo, de insumos ha producido un
crecimiento de la degradación del suelo y su desertificación. Ese es uno
de los efectos. Otro ha sido la brutal deforestación. Se ha tratado a
la tierra como si fuera una mina, con efectos mineros: devastación y
extracción, extracción y más extracción. Para los árboles es terrible y
también para la tierra en la medida que se los sacan en una zona
subtropical, después vienen las lluvias y se llevan la poca tierra buena
que hay y queda totalmente desierto.
La expulsión de los
campesinos no ha sido solo hacia la emigración sino también hacia las
grandes ciudades. Ha habido una concentración urbana gigantesca. La
ciudad de México hoy tiene arriba de los 30 millones de personas. La
contaminación ambiental por los autos viejos, por el transporte, por el
consumo de carbón, por todos los efectos de una gran ciudad ha sido
terrible.
Esa contaminación ambiental no solo afecta la
respiración de los seres humanos sino también al ambiente. Cae plomo
sobre los cultivos hortícolas de los alrededores, por ejemplo. Por otra
parte, la americanización de la vida al estilo yanqui con cerveza,
coca-cola y Mc Donald’s ha conducido a que México sea un país con un
problema tremendo de obesidad y diabetes que afecta enormemente la
productividad pero, sobre todo, la salud de la gente que consume comida
chatarra y se muere por enfermedades gastrointestinales y cardíacas.
El
uso del petróleo como única base de riqueza sin tener en cuenta la
protección ambiental, produce a cada rato derrames en las costas o en el
interior, en los campos de los pequeños campesinos. Esos derrames no se
resuelven con compensaciones al campesino por su falta de producción y
porque arruinaron completamente la tierra por mucho tiempo ya que
después nadie la repara y así sucesivamente.
El ritmo de
deforestación de México, que es el país con más biodiversidad en América
Latina, elimina especies valiosísimas desde el punto de vista
medicinal, incluso cultural, para la alimentación local, etc. El
desastre causado en estos años de políticas neoliberales que empiezan en
realidad en 1982/3, ha sido equivalente al de dos guerras.
MH: Otro tema que se ha instalado fuertemente por estos años en la realidad mexicana ha sido el narcotráfico.
GA:
Sin duda. México era simplemente un lugar de paso hacia EE.UU. el
principal mercado del mundo para la droga. El problema se resolvería si
alguien en EE.UU. tuviera interés real de controlar el consumo en ese
país. La droga se producía en Colombia bajo protección de tropas
estadounidenses que apoyaban al gobierno de Uribe y a los anteriores y
luego pasaba por México.
Ahora los mexicanos empezaron a
controlar la producción, pero eso no se hubiera desarrollado sin el
golpe de muerte al campo en la medida que perdió los precios especiales
que tenía de protección para la alimentación nacional, los subsidios por
los insumos, fertilizantes, maquinarias, los mercados, etc. El campo se
vació. ¿Qué sentido tenía producir maíz si llegaba subvencionado con
millones de dólares por el gobierno estadounidense. El mismo que ese
país utilizaba como alimento de los chanchos, mucho más barato que el
producido en México? Entonces, un joven campesino de la zona rural se
encontró con perspectivas. Era mucho más conveniente plantar amapola
para los narcotraficantes o marihuana que les rendía mucho más ya que no
necesita cuidados. La amapola la vende a punta de campo, se la pasan a
recoger y le pagan muchísimo más. Hoy hay alrededor de dos millones y
medio de personas trabajando en la droga como cultivadores, sicarios o
revendedores sobre una población que supera los 110 millones de
habitantes, de los cuales cerca de 10 millones viven en EE.UU.
El
país desarrolló un lazo entre las políticas neoliberales y los grandes
capitales provenientes del narcotráfico que es una parte muy importante
del capital financiero hoy.
MH: Nos queda pendiente el capítulo
zapatista. Se han cumplido también 20 años de la sublevación del EZLN
pero no lo vamos a poder abordar hoy, por eso te comprometo a hacerlo el
próximo miércoles, previo a tu partida a México por la noche. Ayer algo
anticipamos mencionando los dos libros que tenés escritos sobre el
tema, pero me gustaría desarrollarlo en profundidad.
GA: Con mucho gusto quedamos en comunicación para el miércoles que viene.
Fuente: Rebelion.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario