martes, 29 de julio de 2014

Las actuales alternativas para la Argentina



 
Los avances ante un posible default forzado. No es verdadera la idea que se trata de imponer respecto de que no hay otra opción que aceptar el fallo del juez Griesa.

El establishment ha impuesto nuevamente la idea de que no habría otra opción que aceptar el fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa en todos sus términos, si no el país "quedaría fuera del mundo". Se ha afirmado que se perdería el rumbo de "recuperar la confianza de los mercado" que se había obtenido a partir de las sucesivas reaperturas de canjes de holdouts, el arreglo de controversias con empresas privadas del exterior en el CIADI/Banco Mundial y el acuerdo con los países acreedores de deuda en default desde la crisis de 2001 del Club de París.

La ratificación a mediados de junio por parte de la Suprema Corte de EE UU del fallo del juez distrital de Nueva York conformando los requerimientos usurarios de los fondos buitre alteró toda la situación. Por un lado, y en lo inmediato, no sólo por inhibir pagos comprometidos girados a acreedores de deuda renegociada –holdings– (aun notablemente en casos de títulos no dependientes de la legislación estadounidense), sino por representar la exigencia del fallo del pago inmediato de 1500 millones de dólares a los agiotistas, un grave antecedente que podría desembocar en la exigencia de pago completo e intereses por parte aquellos tenedores de bonos que no aceptaron canjes –holdouts– (alrededor de 15 mil millones de dólares), pero también la posibilidad de impulsar nuevos reclamos por parte de los holdins que aceptaron una quita del 66,3% del valor nominal en renegociaciones anteriores.

"Ya la situación de las cuentas externas de Argentina –la balanza de pagos– se había venido deteriorando. El signo más evidente de esta problemática ha sido la casi permanente caída de las reservas del Banco Central":

Cualquiera fuera la evolución –aceptando pagar o no–, el país ha sido llevado por las decisiones de los tribunales de EE UU a una situación crítica que tendrá sin duda enormes consecuencias y derivados insospechados. Por lo pronto, y pese a las significativas y extendidas muestras de solidaridad con Argentina, el conflicto ha cerrado objetivamente el camino de un retorno al mercado para requerir nuevos créditos en un corto plazo como pretendía Argentina. Ello ocurrirá tanto si Argentina paga a los bonistas de acuerdo con el fallo, al poderse prever la incertidumbre que provocará la ola de nuevas demandas, como si al no hacerlo, la justicia de EE UU prioriza el pago de la sentencia o hace quitas a otros acreedores para hacerlo posible, lo cual llevará de hecho al "default".

Ya la situación de las cuentas externas de Argentina –la balanza de pagos– se había venido deteriorando. El signo más evidente de esta problemática ha sido la casi permanente caída de las reservas del Banco Central (de 51 mil millones de dólares en agosto de 2010 a 29 mil millones en la actualidad).

Se sumaron como factores incidentes:

a) La erosión del saldo de la balanza comercial. Ello ha resultado particularmente notable en el último período. Resulta en particular llamativo el presente año. Pese a verificarse un año con cosecha récord en un período de altos precios internacionales los ingresos por exportaciones se han reducido. En tanto, también muy significativamente, no se ha producido un descenso general de las importaciones pese a la menor actividad económica y limitarse autorizaciones a las importaciones El saldo de la balanza comercial del país para los primeros seis meses del presente año fue de 3684 millones de dólares (una caída de 1463 millones de dólares, es decir de un 28%, respecto del mismo período en 2013). Los números dejan entrever en un principio la posible existencia de graves maniobras delincuenciales de subfacturación de exportaciones, contrabando y sobrefacturación de importaciones entreverados en juegos cambiarios ilegales y fugas de capitales.

b) Los fuertes y crecientes pagos por deuda pública dentro de una estrategia general de desendeudamiento. Desde 2003, Argentina ha pagado más 100 mil millones de dólares equivalentes con divisas.

c) La enorme y creciente significación de la fuga de capitales –desahorro nacional– que ha sido crónica desde 2007 pese a la imposición de restricciones cambiarias a partir de octubre de 2011, siendo un signo evidente del fenómeno del permanente crecimiento de los activos privados externos (U$S 205.460 millones del sector privado no financiero más U$S 3158 millones del sector financiero, de acuerdo a estimaciones del Banco Central a marzo de 2014).

Ante el insospechado cariz que ha tomado la situación y la precipitación de eventos en los últimos días (posición intransigente y provocadora de los fondos buitre, negativa del juez Griesa de brindar un nuevo plazo de gracia) no alcanza ya sólo hablar mal de los buitres y quejarse de lo terribles que son los especuladores –que no son sino un producto natural derivado de la desregulación y globalización financiera–, sino preguntarse si tiene Argentina alternativas en este momento.

Por lo pronto, debe ponderarse que la situación no es asimilable a las recurrentes crisis que vivió el país en las últimas décadas. Argentina, al igual que Venezuela, son los únicos países de la región que pueden contar inmediatamente con saldos positivos de la balanza corriente de pagos, el nivel de endeudamiento en moneda extranjera es bajo, y para nada menor, existe marco internacional de pérdida de credibilidad de la arquitectura financiera mundial a partir de las consecuencias y los costos públicos de la crisis 2007/08.

Si bien es imposible vaticinar cómo derivarán los últimos eventos es preciso inmediatamente analizar con seriedad y sin impresionismos superficiales el escenario planteado y sobre todo analizar/debatir pasos viables y consistentes para defender el interés nacional.

SÍ HAY ALTERNATIVAS. No es cierto que el gobierno carezca de alternativas. Por lo pronto, ante la perspectiva del default forzado por los buitres y su aliada, la justicia de EE UU, deberá reconocer sin tapujos la emergencia planteada, y avanzar en forma inmediata para proteger la economía nacional combatiendo decididamente y sin más demora la continuidad de drenajes y fugas.

Debe ponerse en evidencia que se trata de una emergencia nacional y, tal como ocurre siempre ante ellas, los intereses particulares deben quedar subsumidos en los generales. La Patria por sobre lo individual y egoísta.

a) Control púbico y social en la fiscalización y apertura/transparencia informativa de las operaciones de comercio exterior. Combatir con leyes ya vigentes maniobras hoy extendidas de subfacturación y contrabando de exportaciones y sobre facturación de importaciones y fugas de capitales.

b) Hacer una amplia convocatoria pública para la elaboración ante la emergencia nacional de un Plan de Defensa de la Producción y el Trabajo, contra la Especulación, la Delincuencia Económica y el Enajenamiento del Patrimonio Nacional que incluya el debate de propuestas/planes concretos (por ejemplo, priorizar el sostenimiento de fuentes de trabajo, profundizar el monitoreo de la inflación –costos y precios–, combate al contrabando y las maniobras en el comercio exterior y cambiarias, sostenimiento de la producción nacional, sustitución de importaciones, reformas financieras e impositivas, compre nacional/latinoamericano, campaña y plan para el ahorro de energía, entre otros.)

c) Ante el intento de estrangular la balanza de pagos y llevar el país al "default", determinar/investigar el origen de todas las obligaciones y movimientos financieros de forma de poder reestructurar y reprogramar pagos en forma justa y responsable de acuerdo con prioridades y capacidad genuina de pago.

d) Impulsar iniciativas concretas de unidad latinoamericana para la protección regional que vayan más allá de lo enunciativo, como ser, entre otras:

* Puesta en marcha inmediata del Banco del Sur.

* Constitución de fondo común de reservas y de "swaps" de reaseguro permanente entre bancos centrales regionales.

* Ampliación del intercambio comercial regional compensado con el uso de monedas locales y/o unidades de cuenta (SUCRE).

* Coordinación de políticas y acciones para evitar devaluaciones competitivas y maniobras especulativas/fugas de capitales.

* Ante la evidente recurrente parcialidad de tribunales de países centrales para dirimir conflictos de sus personas y empresas privadas contra los Estados de nuestros países, denunciar contratos que incluyan la cesión de jurisdicción contractual y reafirmar el derecho soberano a la plena e intransferible soberanía jurídica nacional.

Es urgente avanzar en un proceso de debate internacional para reformar el régimen de tratamiento jurídico de las deudas soberanas.

Fuente: mendozaopina.com

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