lunes, 25 de enero de 2016

El regreso del Dream Chaser
por Daniel Marín  


El Dream Chaser Cargo volará a la ISS a partir de 2019 (SNC).

El pasado 14 de enero la NASA anunció los ganadores del contrato CRS-2 (Commercial Resupply Services 2) destinado a subvencionar a varias compañías privadas para que trasladen víveres a la estación espacial internacional (ISS) desde 2019 a 2024. Dos de las empresas elegidas no han sorprendido a nadie, ya que la NASA ha renovado a SpaceX y a Orbital ATK su contrato original CRS para seguir enviando naves Dragon y Cygnus a la estación. Ambos vehículos ya están en servicio y hubiera sido un error prescindir de ellos. Pero, para asombro de muchos, la agencia espacial ha decidido premiar a un tercer candidato: la empresa Sierra Nevada Corporation (SNC). SNC competía con la nave Dream Chaser Cargo, una versión de carga del pequeño transbordador tripulado Dream Chaser que ahora se convertirá junto con la lanzadera militar X-37B en la única nave espacial con alas operativa.

La Dream Chaser no logró hacerse con el contrato de la NASA para desarrollar una nave tripulada y en mayo de 2014 perdió ante la Dragon V2 de SpaceX y la Boeing CST-100 Starliner de Boeing. En su momento esta decisión fue bastante criticada porque el diseño del Dream Chaser había avanzado a buen ritmo, aunque echando la vista atrás resulta obvio que la NASA no se puede permitir pagar dos naves tripuladas mientras desarrolla una tercera (Orión). 


Prototipo de la nave tripulada Dream Chaser para pruebas atmosféricas (SNC).

La Dream Chaser cargo realizará, al igual que la Cygnus y la Dragon, un mínimo de seis misiones a la ISS hasta 2024. Pero a diferencia de sus hermanas, el mini transbordador aterrizará casi como un avión convencional en la pista del Centro Espacial Kennedy o en alguna de las otras pistas alternativas. Además, la carga de retorno no será sometida a altas aceleraciones durante la reentrada, una característica que resulta importante para determinadas muestras biológicas, entre otras. El diseño de la Dream Chaser Cargo es más sencillo que el de su variante tripulada, puesto que no incluye sistemas de soporte vital ni sistemas de escape en caso de emergencia, y además durante el despegue permanecerá dentro de la cofia con las alas plegadas, lo que abaratará su construcción. Además del Atlas V 552 de la empresa ULA, el Dream Chaser Cargo podría despegar a bordo de un Ariane 5 europeo.

Un Dream Chaser Cargo tras su misión (SNC).

Configuración de lanzamiento del Dream Chaser de carga (Sierra Nevada).

La Dream Chaser de carga puede ser lanzada por el Atlas V de ULA o el Ariane 5 europeo, entre otros (Sierra Nevada).

La nave será capaz de llevar hasta 5500 kg de carga, tanto presurizada como no presurizada, para lo cual llevará un compartimento adicional desechable en la parte trasera (de hecho, este módulo podrá transportar unos 3250 kg de carga presurizada, mientras que dentro de la nave solamente cabrán unos 1750 kg). La Dream Chaser Cargo podrá acoplarse a la ISS mediante un sistema IDA similar al que emplearán las naves tripuladas Dragon 2 y Starliner o con un brazo robot como las actuales Dragon y Cygnus. No obstante, Orbital y SpaceX han anunciado que sus naves también contarán con esta opción, lo que permite la separación de los vehículos sin intervención humana. La NASA no ha hecho público el valor monetario de los contratos, aunque se estiman en unos 1500 millones de dólares para cada empresa, aunque la cifra no será similar (en el contrato CRS SpaceX recibió 1600 millones y Orbital 1900).

Detalle de la nueva configuración de la Dream Chaser de carga con el módulo de servicio (Sierra Nevada).

Los grandes perdedores del CRS2 son las empresas Boeing y, especialmente, Lockheed Martin. Boeing competía con una versión de carga de su nave tripulada CST-100 Starliner, mientras que LM lo hacía con el carguero reutilizable Jupiter. La decisión de la NASA es un tanto polémica teniendo en cuenta que la Dragon y la Cygnus ya cubren las necesidades de transporte de carga a la ISS. La Dream Chaser no aporta prácticamente ninguna ventaja con respecto a la Dragon, que también puede traer carga de regreso a la Tierra y llevar carga presurizada. Por el contrario, su desarrollo será potencialmente más problemático que el de una cápsula normal. Puede que la NASA haya querido usar el contrato CRS2 para mantener viva las tecnologías relacionadas con las naves aladas, sobre todo a raíz del interés de los militares en el pequeño transbordador X-37B (cuya misión es alto secreto). Por otro lado, la colaboración entre SNC y la agencia espacial europea abren un abanico de posibilidades muy interesantes.

Sea como sea, lo que está claro es que el contrato CRS2 significa la resurrección de esta nave espacial que muchos ya daban por muerta. El pequeño transbordador vuelve a la carga.

Dream Chaser Cargo en órbita (SNC).



Fuente: danielmarin.naukas.com

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