martes, 1 de marzo de 2016

El astronauta Scott Kelly está a punto de regresar tras casi un año en el espacio
Un estadounidense y un ruso terminan una de las estancias en órbita más largas de todos los tiempos, tras pasar 340 días a bordo de la Estación Espacial Internacional.

Por Jennifer Hackett 

El astronauta de la NASA Scott Kelly y el cosmonauta ruso Mikhail Kornienko componen el equipo de ‘Un Año en el Espacio’. Pasaron 340 días juntos en el espacio, del 27 de marzo de 2015 al 1º. de marzo de 2016. NASA

Después de 340 días en órbita, el astronauta Scott Kelly y el cosmonauta Mikhail Kornienko regresarán a casa. La misión comenzó el 27 de marzo de 2015 y terminará alrededor de las11:27 p.m., hora de la costa Este estadounidense, hoy 1.º de marzo, cuando la pareja aterrice en las estepas de Kazajstán a bordo de una cápsula rusa Soyuz. Kelly y Kornienko convivieron por poco menos de un año en la Estación Espacial Internacional junto con otros cuatro miembros de la tripulación, en rotación, que trabajaban en misiones estándar de seis meses. La misión de Kelly y Kornienko examinó cómo una estancia de largo plazo en un ambiente de microgravedad afecta al cuerpo y la mente humana, con la vista puesta en la planificación de futuras misiones, de varios años, que serán necesarias para llevar tripulaciones a Marte u otros sitios del sistema solar más allá de la órbita terrestre.

Oficialmente, Kelly ya ha pasado más tiempo de manera continua en el espacio que cualquier otro astronauta estadounidense. (Un puñado de rusos todavía lo superan). Poco después de que Kelly y Kornienko aterricen, un equipo médico los evaluará con detalle. Estas pruebas serán las primeras de muchas horas de investigación sobre el estado físico y mental de los miembros de la tripulación de un año de duración para que los equipos de investigación determinen el impacto que su estancia en órbita tiene en sus cuerpos y mentes.

A diario, durante el transcurso de la misión, investigadores de la NASA tomaron datos en relación a la ingesta de calorías de Kelly, la temperatura, exposición a radiación y la densidad ósea – cuya pérdida es una preocupación importante al permanecer en microgravedad–. Desde un punto de vista científico, usar a Kelly ofrece una ventaja adicional única en términos de estudiar su salud y cómo responde a una misión espacial a largo plazo: su gemelo idéntico, Mark Kelly, permaneció en la Tierra y está sirviendo como un tipo de control.

El Estudio de Gemelos, como llegó a ser conocido, era una oportunidad demasiado buena como para dejarla pasar. "La NASA iba a realizar esta misión de todos modos, y cuando seleccionaron a Scott para ella [esa elección] llegó con el bonus de Mark, su hermano, un exastronauta que estaba dispuesto a ayudar de cualquier manera, feliz de proporcionar sus datos de sus mediciones biomédicas", dice Michael Massimino, un exastronauta que voló en dos misiones del transbordador espacial para reparar el Hubble. "Son gemelos idénticos, por lo que recogieron un montón de información de ellos antes y van a compararla después. Son solo dos chavalos, pero es uno de esos beneficios adicionales".

Con solo dos puntos de entrada de datos, el Estudio de Gemelos de la NASA no es un estudio tradicional, y a uno de sus dos participantes se le permitió más libertad de lo que el rigor científico suele conceder. "Seguimos diciendo que nos hubiera gustado encerrar [a Mark] en una habitación y darle la misma dieta y ejercicios [que a Scott]. Esa es una de las limitaciones del estudio", reconoce Scott Smith, un especialista en nutrición de la NASA e investigador principal en una de las 10 investigaciones en el Estudio de Gemelos. La investigación de Smith se centra en cómo la nutrición puede ayudar a evitar algunos de los efectos negativos de la vida en el espacio, como la pérdida de densidad ósea. Sin embargo, sostiene que la naturaleza sin precedentes del Estudio de Gemelos compensa de algún modo la falta de control sobre la dieta terrestre de Mark. "Estamos observándolos con un detalle que es casi inimaginable en todos los otros estudios" que se ocupan de astronautas. El equipo de Smith puede compararlo todo, desde sus genes a sus proteínas hasta cómo fluye la sangre.

Perfeccionar el arte de la astro-cocina será esencial para las misiones espaciales de larga duración, el año en el espacio de Scott Kelly ayudará a revelar cuáles son las necesidades dietéticas de los astronautas en lapsos de años en lugar de los días o semanas de las misiones estadounidenses anteriores. "Cuando nos fijábamos en los vuelos de transbordadores, siempre lo hacíamos como en viajes de campamento. Cuando se empieza a hacer volar a gente de uno a tres meses [la mitad de la estancia típica en la estación espacial], se pone un poco más serio ya que los riesgos de no tener todo lo necesario en ese sistema alimentario aumentan", explica Smith. Para las misiones de todo un año, el perfeccionamiento de las dietas espaciales se convierte en esencial, tanto para la salud física de los astronautas como para su estado mental. "La psicología de la comida se convierte en un asunto importante cuando estás lejos de casa con personas a las que puedes, o no, conocer muy bien", dice Smith. Él espera proporcionar mejores alimentos a los astronautas, comidas más personalizadas que mantengan las gratas texturas que los comensales terrestres dan por sentado, como el crujido de brócoli, algo que Kelly dijo que añoraba durante su misión.

Las perspectivas de Kelly en todos los ángulos del viaje espacial, no solo el menú, serán grabadas para misiones futuras. "Cuando Scott regrese, compartirá su experiencia de lo que fue estar allí durante un año, lo que lo hizo bueno, lo que podría ser mejor y en lo que tenemos que pensar para mantener a la gente allí arriba incluso más tiempo" dice Massimino.

En una rueda de prensa anterior a su regreso a la Tierra, Kelly planteó un ingrediente necesario para el viaje espacial a largo plazo: la privacidad. La Estación Espacial Internacional dispone de espacios individuales del tamaño de una cabina de teléfono en los alojamientos de la tripulación, donde Kelly dormía, usaba el ordenador y hablaba con amigos y familiares en la Tierra. Durante el resto del año, Kelly estaba con los otros miembros de la tripulación en varias estaciones de trabajo, tales como el invernadero donde se cultivó lechuga en el espacio o haciendo ejercicio en el gimnasio. Ese grado de privacidad podría ser un lujo en vehículos de viajes espaciales futuros, que serán mucho más pequeños que la estación espacial, del tamaño de un campo de fútbol. "Hacer el espacio privado lo más perfecto posible ayudará mucho en la reducción de la fatiga, el estrés y contribuirá a una misión exitosa", dijo Kelly.

La misión de Kelly resultó ser algo menos de un año completo, pero eso difícilmente disminuye el logro. "Si despegué en marzo y aterrizo en marzo, es bastante cercano al año, así que no estoy decepcionado en absoluto", dijo.

Mientras Kelly estaba en órbita, la NASA publicó una oferta de trabajo poco común: la de astronauta. Un récord de 18.300 aspirantes aplicaron para entre 8 y 14 posiciones disponibles. La siguiente generación de astronautas, elegidos de este grupo abrumador, probablemente serán enviados en misiones de larga duración, y sus experiencias estarán fuertemente determinadas por los datos y la experiencia obtenidos de Kelly y Kornienko durante su año en el espacio. 



Fuente:  scientificamerican.com

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