martes, 21 de junio de 2016

Next Generation Launcher, el nuevo cohete de Orbital
por Daniel Marín


La compañía Orbital ATK es, junto con SpaceX, la encargada de lanzar naves de carga con suministros a la ISS. Aunque no goza de la fama mediática de su competidora, sigue jugando un papel muy importante en la industria espacial norteamericana. A comienzos de la década Orbital creó con financiación de la NASA el cohete Antares para lanzar la nave de carga Cygnus. Un ejemplo de outsourcing en toda regla, Antares es en realidad un lanzador ruso-ucraniano y solo la segunda etapa ha sido fabricada por Orbital.

Aspecto del nuevo lanzador NGL de Orbital ATK (Stephen Clark).

Efectivamente, la empresa ucraniana Yuzhnoe se encarga de fabricar la primera etapa, mientras que la planta motriz está formada por dos motores NK-33 de fabricación soviética creados originalmente para la versión avanzada del malogrado cohete lunar N1. De hecho, a raíz del conflicto en Ucrania y la caída en desgracia de los cohetes Zenit y Tsiklon 4, el Antares es uno de los pocos proyectos en firme que le quedan al sector aeroespacial ucraniano.

Sin embargo, el 28 de octubre de 2014 el quinto cohete Antares explotó poco después de despegar destruyendo la nave de carga Cygnus Orb-3. El fallo fue ocasionado por los achaques de los viejos motores NK-33, así que Orbital tomó la decisión de sustituir los dos motores NK-33 por nuevos motores… también rusos. El Antares 200, como así se llama la nueva modificación del lanzador, empleará dos RD-181 fabricados por la empresa NPO Energomash que le permitirán aumentar su capacidad de carga útil en LEO hasta las 6,3 toneladas. Si al final, como todo parece indicar, el motor RD-180 deja de ser empleado en el Atlas V cuando entre en servicio el nuevo Vulcan con motores de Blue Origin, el Antares 2 se convertirá en el único lanzador norteamericano activo que use motores rusos.

Cohete Antares 100 (Orbital ATK).

Cohete Antares 200 con motores rusos RD-181 que debutará este año (Orbital ATK).

Pero Orbital quiere ir más allá y por eso está trabajando en un nuevo lanzador denominado provisionalmente como NGL (Next Generation launcher). El cohete es un lanzador de tres etapas un tanto extraño, puesto que mezclará etapas de combustible sólido con etapas de combustible líquido. En la primera etapa usará un cohete Castor 600 de combustible sólido derivado directamente del SRB del transbordador espacial gracias a la amplia experiencia de la empresa con estos motores (ATK, ahora fusionada con Orbital, fabricaba los potentes motores sólidos SRB y se encarga actualmente de construir los SRB de cinco segmentos que usará el cohete SLS de la NASA).

Eso sí, en vez de cuatro segmentos de combustible sólido, la versión de base NGL 501 tendrá un cohete de solo dos segmentos y además el revestimiento será de materiales compuestos en vez de metal. Por su parte, la segunda etapa será un cohete Castor 300 de un solo segmento (cada segmento de combustible sólido del NGL recibe la denominación de CBS (Common Boost Segment). Por último, la tercera etapa sería criogénica (hidrógeno y oxígeno líquidos) para compensar la poca eficiencia de las dos primeras etapas y tendría un motor BE-3U fabricado por Blue Origin. El diámetro de la cofía alcanzaría los 5,25 metros y la primera etapa podría ser recuperada en el océano tras descender con paracaídas, permitiendo su reutilización—más bien reciclaje— varias veces. Para completar el conjunto, la serie NGL 500 puede emplear hasta seis cohetes de combustible sólido GEM-63XL acoplados a la primera etapa dependiendo de la misión (la versión NGL 521 usará dos de estos cohetes).

El lanzador —se desconoce todavía qué versión exactamente— sería capaz de situar hasta 5,5 toneladas en una órbita de transferencia geoestacionaria (GTO), una cifra que ‘casualmente’ coincide con las prestaciones del Falcon 9 v1.2 de SpaceX. Más adelante Orbital ha sugerido la creación de una versión pesada con una primera etapa Castor 1200 dotada de cuatro segmentos, es decir, prácticamente similar al SRB del shuttle. No debe extrañarnos que el diseño del NGL, sobre todo su versión pesada, recuerde al Ares I del Proyecto Constelación o a su reencarnación, el Liberty, ya que ATK jugó un papel fundamental en el diseño de ambos lanzadores.

Diseño del Ares I en 2009 (NASA).

Cohete Liberty, el ‘Ares I europeo’ (ATK).

Curiosamente, los lanzadores NGL se ensamblarán dentro del mítico edificio VAB del Centro Espacial Kennedy y usarán la rampa 39B, las mismas instalaciones usadas por el cohete SLS de la NASA. La baja frecuencia de vuelos prevista para este último vector hace que la NASA no tenga inconveniente en alquilar esta infraestructura a otras empresas (SpaceX operará en exclusiva la vecina rampa 39A, también usada por las misiones Apolo y del transbordador, para lanzar el Falcon 9 y el Falcon Heavy). Orbital ATK también baraja lanzar el NGL desde la rampa SLC-2 de Vandenberg (California) para misiones a la órbita polar.

El NGL es una apuesta arriesgada de Orbital para competir con SpaceX y ULA. Veremos si lo consigue. 



Fuente:  danielmarin.naukas.com

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