miércoles, 31 de agosto de 2016

La misión china a Marte de 2020
por Daniel Marín


2020 promete ser el año de Marte. La NASA mandará su misión Mars 2020 con el rover hermano de Curiosity, mientras que Europa y Rusia esperan poder poner en la superficie el rover de la misión ExoMars 2020 (antes ExoMars 2018). ¿Dos rovers en el planeta rojo no te parece suficiente? Pues tranquilo, porque China también se suma a la fiesta con su propia sonda. Nunca antes una potencia espacial había intentado aterrizar en Marte al primer intento y menos aún situar un rover en la superficie.

La sonda china a Marte de 2020 (Xinhua).

Por eso decir que la misión china de 2020 a Marte es ambiciosa es quedarse corto. China lanzó en 2011 la pequeña sonda marciana Yinghuo 1 (萤火一号, ‘luciérnaga’) como carga secundaria en la misión rusa Fobos-Grunt, pero desgraciadamente ni siquiera salió de la órbita terrestre. Desde entonces los planes chinos para explorar a Marte, lejos de quedar en segundo plano, han sufrido un gran impulso. El hecho de que India, el eterno rival de China en Asia, haya conseguido situar a la primera la sonda Mangalyaan en órbita de Marte sin duda ha sido un factor a la hora de decidir la complejidad de la próxima sonda china a Marte.


Orbitador y cápsula de aterrizaje de la misión (CCTV).

Vista trasera de la sonda (CCTV).

La sonda china a Marte de 2020 todavía no tiene un nombre como es debido, pero las autoridades han creado un concurso público para bautizar la sonda y el rover. La misión, a cargo de Zhang Rongqiao, debe despegar en el verano de 2020 mediante un cohete Larga Marcha CZ-5 desde el centro espacial de Wenchang y consistirá en un orbitador, una etapa de aterrizaje y un rover, con una masa conjunta de 5 toneladas. Por lo tanto, será la segunda misión marciana de este siglo tras la ExoMars 2016 —que no lleva— que combinará un orbitador y una sonda de aterrizaje en la misma nave (no contamos aquí la pequeña y fallida Beagle 2 que viajó junto a la Mars Express).

Orbitador de la misión (CCTV).

Elementos de la cápsula de aterrizaje (CCTV).

Prueba del paracaídas de la misión (CCTV).

La sonda llegará a Marte siete meses tras el lanzamiento y se situará en órbita marciana antes de liberar la cápsula de aterrizaje, un esquema poco usual pero similar al empleado por las misiones Viking de los años 70 (el módulo Schiaparelli de la ExoMars 2016 se separará antes de la inserción orbital). Curiosamente, la cápsula tiene una altura relativamente elevada comparada con los diseños de las sondas de la NASA. El lugar de aterrizaje estará situado en alguna zona localizada entre la latitudes 5º y 30º del hemisferio norte. La sonda empleará paracaídas y cohetes para posarse, es decir, un sistema tradicional no muy diferente de ExoMars 2020. El rover estará situado sobre la etapa de aterrizaje y usará la tecnología del rover lunar Yutu.

Descenso de la etapa de aterrizaje (Xinhua).

El rover antes de descender a la superficie (Xinhua).

El rover en la superficie (Xinhua).

El rover tendrá 200 kg (Yutu tenía 100 kg), una masa comparable a los MER de la NASA, y contará con cuatro paneles solares, seis ruedas y trece instrumentos científicos. Entre ellos llevará cámaras, un radar para explorar el subsuelo como Yutu y un láser para estudiar la composición química del suelo que parece una versión en miniatura del ChemCam de Curiosity. Para alcanzar la superficie usará una de las dos rampas desplegables disponibles. El rover recorrerá la superficie marciana durante tres meses como mínimo, comunicándose con la Tierra a través del orbitador.

Si todo sale bien, China comenzará su programa de exploración marciana de una forma espectacular. Y no planea quedarse ahí. En 2030 el país quiere llevar a cabo una misión de retorno de muestras, una misión que también es prioritaria para la NASA. ¿Quién traerá la primera roca de Marte a la Tierra?¿China o Estados Unidos?

China está estudiando una misión de retorno de muestras para 2030 (CAST).

Elementos de la misión de 2020 (Xinhua).



Fuente: danielmarin.naukas.com

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