sábado, 13 de agosto de 2016

Los extraños tanques que ayudaron a ganar la Segunda Guerra Mundial
por Stephen Dowling

Los tanques fueron fundamentales para la victoria en Normandía.

En una prueba definitiva para su plan de invadir la Europa ocupada por los nazis, el 19 de agosto de 1942 los ejércitos aliados intentaron tomar el puerto francés de Dieppe.

Francia había permanecido bajo dominio alemán por más de dos años, y la incursión constituyó un ensayo para un futuro desembarque masivo de tropas y tanques que pudieran quebrar las fuertes defensas germanas.

Fue un desastre. En menos de diez horas, más del 60% de los 6.000 efectivos británicos, canadienses y estadounidenses resultaron muertos, heridos o capturados.

Los 28 tanques utilizados fueron eliminados. Muchos se quedaron varados en la grava, alcanzados por la artillería antiaérea.

El fracaso de Dieppe dejó muchas lecciones y se determinó que, para lograr una invasión exitosa, habría que desembarcar las tropas sobre playas arenosas con tanques, perforando el malecón y otros obstáculos de concreto construidos por los alemanes.

Visionario malentendido

Un hombre tenía la solución. Dos años más tarde, su flota de tanques altamente especializados y, en muchos casos de raro aspecto, terminaría siendo una de las principales razones del éxito del Día D.

Percy Hobart, un visionario comandante que había prestado sus servicios durante la Primera Guerra Mundial, se percató del gigantesco potencial de los tanques en el campo de batalla moderno cuando, libres de las restricciones del combate de trincheras, se volvieron más pequeños, rápidos y móviles.

David Willey, curador del Tank Museum (Museo del Tanque) en Bovington, Inglaterra, cuenta que Hobart, quien fue nombrado inspector de la unidad de tanques "Royal Tanks Corps" en 1934, era una eminencia en la materia.

Su visión de formar columnas de tanques desplazándose a gran velocidad se basó en las hordas de mongoles de la Edad Media.

Además, fue uno de los primeros comandantes en predecir que los aviones podrían ayudar a reabastecer estas columnas muy por detrás de las líneas enemigas.

Sin embargo, Hobart fue jubilado anticipadamente, en parte debido a la hostilidad oficial hacia sus ideas "poco convencionales".

Mientras el Reino Unido enfrentaba una amenaza de invasión, su principal experto en guerra acorazada había sido degradado al rango de cabo en el pueblo inglés donde vivía.

"Montgomery, uno de los más respetados comandantes británicos, sabía que Hobart había caído en desgracia", dice Willey. 

"Tenía fama de problemático y de crear fricciones".

Finalmente, se concertó una reunión entre Hobart y el líder británico Winston Churchill, y el experto fue reincorporado con su antiguo rango para mejorar los tanques británicos.

Llegan los "funnies"

Tras la Batalla de Inglaterra la amenaza de una invasión alemana se había desvanecido.

Entonces se comenzó a pensar en la forma de reequipar al ejército británico para tomar las playas francesas y combatir tierra adentro.

Los alemanes tenían preparada una extensa línea de defensas, conocida como el "Muro Atlántico", desde la frontera franco-española hasta el norte de Noruega.

Todas las playas aptas para un desembarco estaban protegidas por emplazamientos de armas, fortines, trincheras, zanjas antitanques y enormes cantidades de minas.

Cuando los ejércitos aliados invadieron Francia el 6 de junio de 1944, desembarcaron en cinco playas de la Costa de Normandía, conjuntamente con la flota de tanques especializados que Hobart había ayudado a diseñar y a poner en servicio.

Conocidos colectivamente como los "funnies" (en inglés, raros o graciosos) de Hobart, los tanques que descendieron en las playas denominadas Gold, Sword y Juno, invadidas por británicos y canadienses, constituyeron un rotundo éxito.

Hobart se percató de que una fuerza invasora necesitaría mucho más apoyo de unos tanques que estarían más vulnerables al llegar a la orilla.

"Si los colocas en una nave de desembarco y la fuerza es alcanzada, ¿cómo haces para distribuir el riesgo?", dice Willey.

Un tanque Sherman DD con la lona colapsada.

La respuesta fue el Sherman DD (Duplex Drive, en inglés), un tanque "anfibio".

Su motor impulsaba una hélice colocada en la parte trasera que le permitía avanzar hacia la playa a menos de 8 km/h.

Tenía un cubierta de lona para ayudarlo a flotar y, aparte del conductor, la tripulación muchas veces iba parada sobre el casco del vehículo para saltar si comenzaba a hundirse.

Se suponía que los tanques serían lanzados desde su nave de desembarco mar adentro, pero Willey dice que en las pruebas se determinó que, sobre aguas turbulentas, tendrían más posibilidades más cerca de la costa, una opción escogida el Día D en las playas Gold, Sword y Juno.

Al llegar a la orilla, a los DD se les desprendía la lona y operaban como cualquier tanque de combate.

Cangrejos

Detrás venían más creaciones únicas de Hobart con sus objetivos particulares.

Entre los más espectaculares estaba el "Crab" (Cangrejo), un tanque Sherman con un gigantesco tambor cilíndrico y cadenas que giraban a 140rpm, golpeando el suelo.

El impacto hacía detonar las minas al frente, permitiendo el paso seguro de otros vehículos blindados y tropas de infantería.

Este tanque fue vital para limpiar el terreno de minas y alambre de púas.

"Se abrían paso a través del campo minado y también a través de alambres de púas", apunta Willey.

Churchill modificados

No solo las defensas alemanes causaban problemas.

La propia arena de la playa era también un obstáculo.

De nuevo, Hobart y su equipo encontraron una solución: el "Churchill Bobbin". La estrafalaria modificación del principal tanque británico tenía dos brazos al frente que llevaban una enorme bobina de estera de tela.

A medida que el tanque avanzaba desenrollaba la estera, creando una alfombra de casi tres metros de ancho y más de 60 metros de largo sobre la que el tanque pudiese desplazarse.

Para salvar obstáculos

Otros tanques Churchill fueron modificados para llevar un enorme y pesado mortero que disparaba proyectiles para destruir concreto.

El Vehículo Blindado de los Ingenieros Reales (AVRE, por sus siglas en inglés) fue diseñado para alcanzar los búnkeres o los diques de concreto, abriendo boquetes para permitir el paso de tropas y otros tanques. 

Y la inventiva de los vehículos de Hobart no se quedaba ahí.

Muchos tanques Churchill llevaban un enorme manojo de varas que podrían dejarse caer en una zanja para permitir que un tanque pasara.

Los "funnies" también incluyeron una variedad de tanques con puentes y, para salvar obstáculos altos estaba el "Churchill Ark", que no tenía torreta y estaba equipado con rampas adelante y atrás, para dar a otros vehículos blindados por encima de sí.

Otros tanques Churchill, apodados como "Crocodiles" (Cocodrilos), llevaban lanzallamas. Como el AVRE, podían muchas veces doblegar la resistencia del enemigo sin grandes pérdidas humanas.

"A veces se desplazaban probando su lanzallamas y los alemanes se entregaban sin hacer un solo disparo", afirma Willey.

Solo el comienzo

Para los "funnies", el Día D fue sólo el principio. Las fuerzas estadounidenses inicialmente descartaron las creaciones de Hobart por ser demasiadas estrafalarias para el combate, pero terminaron usándolas tanto como las británicas.

Y al final del conflicto, la 79ª División Acorazada Británica, que controlaba los "funnies", "era la mayor unidad blindada en Europa", dice Willey.

Setenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los ejércitos utiliza vehículos armados especiales que no lucirían fuera de lugar en la variopinta flota de extrañas creaciones de Hobart.

Después de todo los "funnies", no resultaron ni graciosos ni tan raros. 



Fuente: BBC Mundo

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