viernes, 18 de noviembre de 2016

Mundos habitables en enanas marrones y enanas blancas
por Daniel Marín



Hace un tiempo ya hablamos por aquí sobre los posibles planetas habitables alrededor de estrellas enanas blancas. Sí, sí, enanas blancas. Y no son los únicos astros ‘peculiares’ en los cuales podemos encontrar planetas con agua líquida en su superficie. También podríamos encontrarlos alrededor de enanas marrones, esos cuerpos celestes que se encuentran a medio camino entre las estrellas y los planetas.

Evolución de la zona habitable de una enana marrón con una masa de 40 veces la de Júpiter (marrón) y una enana blanca (azul) con una masa de 0,06 veces la solar ().


A primera vista, una enana blanca y una enana marrón no tienen mucho en común, más allá del nombre obviamente. La primera es un cadáver compacto proveniente de una estrella similar al Sol, mientras que la otra nunca fue una estrella propiamente dicha. Pero si de lo que hablamos es de planetas sí que comparten una cosa, y es que ambos tipos de astros poseen zonas habitables que se encogen con el tiempo. Sin reacciones nucleares de fusión estables que mantengan su temperatura, las dos clases de enanas se enfrían lentamente. Pero, ¿sería posible la existencia de algún planeta habitable a su alrededor?

En principio parece imposible. La zona habitable de una enana blanca está situada muy cerca de la misma, así que un planeta que gire a su alrededor habría sido engullido por la estrella durante la fase de gigante roja. Para salvar este escollo hay varias soluciones. Es posible que el planeta se haya migrado desde una órbita lejana. O quizás se haya alcanzado esa posición por culpa de varias carambolas planetarias. Sea como sea, un planeta así tendría que soportar altas dosis de radiación ultravioleta y rayos X provenientes de la enana blanca. En el caso de una enana marrón, las condiciones iniciales son más benignas, aunque no está muy claro aún cómo es la emisión ultravioleta de estos cuerpos.

Un mundo en la zona habitable de una enana blanca o una enana marrón sufriría además un aumento de su temperatura por culpa de los efectos de las fuerzas de marea, pudiendo calentar el interior del planeta hasta crear un ‘super-Ío’ en los casos más extremos. Cuanto más cerca se encuentre y cuanto más elíptica sea su órbita, mayores serían los efectos. De hecho, es muy posible que una excentricidad de tan sólo una millonésima pudiese causar un efecto invernadero descontrolado en uno de estos hipotéticos planetas (suponiendo que posean agua, claro). Por supuesto, estos mismos efectos provocarían que cualquier mundo habitable siempre mostrase el mismo hemisferio hacia su ‘sol’.


Posibles destinos de un planeta gemelo a la Tierra alrededor de una enana blanca para distintas edades ().

Posibles destinos de un planeta gemelo a la Tierra alrededor de una enana marrón para distintas edades ().


Las enanas marrones ofrecen mejores perspectivas para encontrar planetas habitables que las enanas blancas, pero la zona habitable alrededor de estas estrellas fallidas varía con el tiempo de forma más acusada que en el caso de las enanas blancas. Además, un mundo habitable tendría que estar ciertamente muy cerca de una enana marrón -apenas 150 mil kilómetros de distancia para una enana marrón de más de cinco mil millones de años de edad- por lo que los efectos del calentamiento de marea serían más importantes.

La probabilidad de que exista algún mundo habitable alrededor de uno de estos dos tipos de estrella es evidentemente muy baja… pero no nula. Si tenemos en cuenta que el número de enanas marrones y blancas en la Galaxia es gigantesco, eso significa que tienen que haber algunos planetas potencialmente habitables alrededor de estos astros extremos. ¿Cómo serían las hipotéticas formas de vida que evolucionasen en estos mundos?


Fuente: danielmarin.naukas.com

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