SODA, un sistema de alerta temprana ruso para prevenir el choque de asteroides contra la Tierra
por Daniel Marín
por Daniel Marín
En febrero de 2013 un pequeño asteroide de veinte metros chocó contra la Tierra y explotó sobre la ciudad rusa de Cheliábinsk con una potencia equivalente a quinientos kilotones. El suceso llamó la atención por su espectacularidad y, especialmente, por lo imprevisto del mismo. Mucha gente se dio cuenta entonces de que la humanidad carece de un sistema capaz, no ya de protegernos de los asteroides cercanos, sino de avisarnos de una colisión inminente.
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| Satélite SODA para detección de asteroides cercanos (Roscosmos). |
El bólido de Cheliábinsk fue causado por un asteroide cercano (NEO) no catalogado que se aproximó por el lado diurno, de ahí que fuera imposible su detección por telescopios terrestres. Los sistemas de radar que Rusia y Estados Unidos usan para controlar los satélites en órbita baja y los lanzamientos de misiles solo son capaces de detectar estos asteroides minutos antes del impacto, así que tampoco son de mucha utilidad, independientemente de la trayectoria que lleven.
Como resultado del suceso de Cheliábinsk la Academia de Ciencias de la Federación Rusa (RAN) ha creado el proyecto SODA (Sistema Obnaruzhenia Dnevnij Asteroidov/Система Обнаружения Дневных Астероидов, ‘sistema de detección de asteroides diurnos’), consistente en un satélite capaz de descubrir asteroides cercanos con un tamaño superior a diez metros con una antelación de al menos cuatro horas, tiempo suficiente para alertar a los servicios de emergencia y, en caso necesario, evacuar total o parcialmente la zona del impacto.
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| SODA estará situado en el punto L1 y observará los alrededores del hemisferio diurno de la Tierra (Roscosmos). |
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| Mecanismo de detección del sistema SODA (Roscosmos). |
Para ello el satélite SODA estará situado en el punto de Lagrange ESL-1 del sistema Tierra-Sol, es decir, a 1,5 millones de kilómetros. Al estar entre la Tierra y el Sol SODA será capaz de detectar asteroides que se dirijan al lado diurno de nuestro planeta mediante tres telescopios independientes de 30 centímetros de diámetro cada uno. SODA será un satélite de pequeño tamaño, con una carga útil de 50 kg y una plataforma de apenas 100 kg, lo que permitirá que sea lanzado mediante un cohete Soyuz-Fregat. El proyecto está en la fase inicial y todavía está pendiente de aprobación. Si recibe luz verde comenzará su andadura en 2017 con un presupuesto de diez millones de rublos (apenas 140.000 €), aunque el coste total del proyecto se estima en unos cien millones de dólares. Se prevé que SODA descubra miles de pequeños asteroides cercanos al año, aunque la inmensa mayoría no chocará con la Tierra (y la mayoría de los que lo hagan explotarán a gran altura en la atmósfera sobre los océanos sin causar daños).
En el pasado se han propuesto misiones para situar telescopios infrarrojos en la órbita de Venus capaces de descubrir la mayor parte de NEOs que puedan chocar con la Tierra —como el Sentinel— o incluso en órbita baja —como el Arkyd 100—. Estos telescopios nos permitirían detectar la inmensa mayoría de asteroides potencialmente peligrosos años o décadas antes de un posible impacto, aunque se trata de proyectos relativamente costosos. SODA es un proyecto mucho más modesto y, por eso mismo, es posible que salga adelante, quizás incluso con participación internacional. La misión NEOCam de la NASA, candidata a la próxima misión Discovery, sería una especia de súper-SODA, pero es difícil que sea aprobada.
Las probabilidades de que un suceso como el de Cheliábinsk se repita en los próximos años es muy baja, pero recordemos que, a diferencia de otros desastres naturales, los impactos de asteroides son perfectamente predecibles. Siempre y cuando, claro está, invirtamos el dinero suficiente.
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| Otra vista de SODA (Roscosmos). |
Fuente: danielmarin.naukas.com






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