jueves, 18 de enero de 2018

Corrientes, sitio de prácticas de magia negra y satanismo
El antropólogo José Miceli aseguró que existen adeptos. Dimensionar la magnitud del fenómeno se dificulta por falta de apoyo estatal. 





El licenciado en Antro­pología, José Humberto Miceli, forjó años atrás el concepto de “Crimen ri­tual cúltico”. El mismo ha sido utilizado por la Justi­cia en el esclarecimiento de truculentos asesinatos de niños, como Ramón “Ra­moncito” González (el 7 de octubre de 2006 en Mer­cedes, Corrientes) y Mario “Marito” Salto (el 1 de junio de 2016 en Quimilí, Santia­go del Estero). NORTE de Corrientes lo consultó con el propósito de alumbrar -desde la ciencia- la oscu­ridad esotérica que cubre el caso de los hermanos asesi­nados en Novo Hamburgo.

—Las informaciones consignan que las vícti­mas fueron sacrificadas a Moloc o Moloch Baal ¿Qué o quién -según sus conoci­mientos- es Moloch Baal?

—Moloch, también lla­mado Milcom es una dei­dad originaria de la Meso­potamia del Asia Oriental, deriva de Baal, deidad más antigua aún, proceden­te de Babilonia (6.000 a 7.000 años antes del pre­sente). Este culto en sus ceremonias acostumbraba a sacrificar niños. En la de­monología es un príncipe del Infierno, que halla un placer especial en hacer llo­rar a las madres, robando y sacrificando a sus hijos. En la magia negra, y a partir del siglo XIV se lo clasifica como un integrante de la horda de demonios Lucife­rinos.

—¿Cuáles son las seme­janzas y las diferencias entre un secta satánica y una kimbanda?

—No existe ninguna se­mejanza. La kimbanda es una línea dentro de los cul­tos afrobrasileños, y es, po­dría decirse, la otra cara de la moneda de la umbanda. No existe ninguna relación comparable entre una secta satánica de rito sacrificial con humanos y este culto.

—¿Hay sectas activas en Corrientes?

—Es una pregunta muy difícil de responder, dado que no existen organismos oficiales en la provincia que se aboquen a investigar o apoyar investigaciones en esta área. Lo que pode­mos afirmar es que existen practicantes de magia ne­gra satanista, luciferina y otras variantes en nuestra provincia, pero no se pue­de aventurar hasta donde llegan sus niveles organiza­tivos grupales y todo lo que conllevan sus rituales.

Miceli y su equipo contribuyeron a resolver los casos “Ramoncito” y “Ma­rito” Salto.

Para el especialista, es “excepcional” detectar una secta debido a su accionar “subterráneo”.



Fuente: nortecorrientes.com

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