sábado, 5 de mayo de 2018

La arquitectura bioclimática, una respuesta al problema energético
Se delinea a partir del aprovechamiento de las condiciones del clima local, transformándolas en herramientas para el confort de los recintos habitables.
Por Jimena Nora


La originalidad de la arquitectura climática depende del proyectista y no tiene costos extras. Foto publicada en noticiasambientales.com.ar


Hace algunos años que la construcción bioclimática es tendencia mundial en el aprovechamiento de los recursos naturales para la eficiencia energética. Por esta razón, se convierte en lineamiento básico para cualquier proyecto arquitectónico. La especialista en la disciplina y docente de la carrera de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO, la arquitecta Victoria Mercado, explica algunos conceptos fundamentales para comprender la temática.

La arquitectura bioclimática se delinea a partir del aprovechamiento de las condiciones del clima local transformándolas en herramientas para el confort de los recintos habitables, con la consecuente reducción de consumo energético y de emisiones contaminantes. Además, para este tipo de arquitectura es inherente la utilización de la inercia térmica, propiedad que poseen algunos materiales sustentables para conservar la energía recibida e ir liberándola progresivamente. A través de su aplicación, la variación de la temperatura interior/exterior se amortigua, disminuyendo la necesidad de acondicionamiento mecánico.


Victoria Mercado es arquitecta, investigadora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) y docente de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO. Foto: Jimena Nora para Unidiversidad.


En relación, Victoria Mercado -quien actualmente es investigadora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE)- establece una ruptura de mitos respecto al ámbito de trabajo. Para la referente, la arquitectura bioclimática no tiene recetas, no es monótona, sino que depende del proyectista y en sí no tiene un costo extra a menos que se diseñe mal desde la concepción del proyecto.

La expresión máxima de este tipo de arquitectura son los edificios ecointeligentes o de energía cero, diseñados con materiales sustentables y cuyo funcionamiento está dado por el uso de fuentes renovables de energía, evitando además la emisión de dióxido de carbono. Este tipo de diseños cuenta con sistemas activos para lograr electricidad y calor basados en energías renovables ofrecen varias posibilidades; como los paneles solares, los aerogeneradores, los biocombustibles, la biomasa o las células de combustible basadas en hidrógeno.

Por otro lado, las técnicas pasivas de aislamiento térmico o el aprovechamiento del calor solar pueden conseguir que el consumo energético destinado a climatizar el edificio se reduzca si se diseña previamente de manera óptima la orientación de apertura y los sistemas de cerramiento. Existen, además, otras dos opciones, como los edificios de energía ultrabaja. Éstos, aún sin tener gasto cero, buscan consumir lo menos posible. La otra posibilidad es la de los edificios de energía plus, los cuales son capaces de generar más energía de la que necesitan, pudiéndola almacenar o vender a la red eléctrica.

Mercado, quien además es profesora en la Facultad Ingeniería en la cátedra Instalaciones I- Acondicionamiento Natural, afirmó: “Me parece importante hacer consciente este tipo de arquitectura porque, no sé si en un futuro cercano, pero habrá un punto de inflexión en que los edificios no se van a poder hacer de otra manera que no sea con energía eficiente. El hombre necesita la energía para otras cosas como infraestructura pública e industria”.

Al momento, las causantes de alerta energética tienen origen en la urbanización y su consecuente impacto en el suministro de energía. Además, los cambios en los patrones de mercado relacionados al exceso de oferta de petróleo y la deficiencia hidrológica son factores determinantes para la aplicación de energía renovable.

En la Argentina, la regulación energética en edificios está prevista en las Normas IRAM 11604 y 11659-2, que establecen el valor admisible de pérdidas de calor en un edificio, teniendo en cuenta la medición de indicadores específicos. Ambas son de cumplimiento voluntario en todo el país, salvo en Buenos Aires, donde por l Ley 13059/03 son de cumplimiento obligatorio.

En el interior, al ser de cumplimiento voluntario, varios estudios muestran que la baja calidad energética de los edificios en la Argentina lleva a un constante y desmedido aumento en la demanda de energía para la climatización mecánica. Sin embargo, las ventajas de los edificios energía cero en la lucha contra el cambio climático y la dependencia energética de los combustibles fósiles han sido comprobadas en casi toda América Latina, por lo que se propone su uso y aplicación tanto en obras públicas como en el uso privado.

La Ley 27191 de Fomento para el Uso de Fuentes Energéticas Renovables está aún en proceso de ser aprobada y establece que las personas físicas y jurídicas produzcan su propia electricidad a partir de fuentes renovables, permitiendo un cambio trascendental en la estructura de consumo energético en la Argentina. En tanto, crece la tendencia a la certificación LEED (Liderazgo En Energía y Diseño ambiental) en edificios con tendencia a la eficiencia energética a través de los materiales de construcción, los sistemas de ventilación y climatización, la aislación térmica y la instalación de muros y techos verdes.



Fuente: unidiversidad.com.ar

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