Estado de la misión Europa Lander
por Daniel Marín
Europa es uno de los mundos más interesantes del sistema solar debido a su potencial astrobiológico. Durante la próxima década la misión Europa Clipper de la NASA y, de forma mucho más limitada, la sonda europea JUICE explorarán esta luna de Júpiter. Ambas naves sobrevolarán el satélite en varias ocasiones para recabar información, ¿pero qué hay de su superficie? En una decisión inédita, en 2015 el Congreso de EEUU obligó a la NASA a incluir una pequela sonda de superficie en la misión Europa Clipper. La agencia espacial investigó varias posibilidades, pero al final comprobó que era imposible y decidió crear una misión por separado. Al principio la sonda, denominada simplemente como Europa Lander, debía ser relativamente modesta, pero cuando la NASA presentó en 2017 la propuesta final pudimos contemplar uno de los proyectos de exploración del sistema solar más ambiciosos jamás concebido. Y todo a pesar de que la comunidad científica no había pedido una misión de este tipo.
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Sonda Europa Lander, un quebradero de cabeza para la NASA (NASA).
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Diseño actual de Europa Clipper, que no tiene nada que ver con Europa Lander (NASA).
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Elementos de la misión Europa Lander: orbitador CRO, etapa de descenso desechable, etapa sky crane y aterrizador. (NASA).
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Como resultado, la NASA comenzó el pasado mayo el proceso para solicitar propuestas de instrumentos científicos para la sonda. Al ser una misión de tipo Flagship, es el cuartel general de la NASA el que decide cómo será la sonda y cuál serán sus objetivos e instrumentación, pero la comunidad científica tiene la libertad de proponer distintos experimentos. Europa Lander llevará 33 kg de instrumentos científicos, una carga muy pequeña para una sonda tan grande, pero es lo que tiene hacer aterrizar una nave en el pozo gravitatorio de Júpiter a casi 780 millones de kilómetros del Sol. Por otro lado, la misión ha experimentado una serie de cambios desde el año pasado.
En vez de octubre de 2025, ahora la NASA espera lanzarla en noviembre de 2026. El aterrizaje en Europa tendría lugar en 2033, casi dos años más tarde de lo inicialmente previsto. La etapa de crucero ya no se situará en una órbita circular alrededor de Europa con un periodo de 24 horas, sino en una ótbita elíptica. Como resultado, el aterrizador deberá poder comunicarse con la Tierra directamente si fuera necesario. Además la etapa ya no llevará un blindaje antirradiación de 3 megarads, sino de 2 megarads. Estos cambios permitirán rebajar la masa útil de la misión y, por tanto, su coste. La etapa de descenso, que usará el sistema Sky Crane del rover Curiosity o el rover Mars 2020, tampoco tendrá telemetría en tiempo real, sino que se limitará a enviar una serie limitada de señales para cada suceso importante durante el descenso.
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Objetivos científicos de Europa Lander (NASA).
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Elementos de Europa Lander (NASA).
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En cuanto al aterrizador, la capacidad de transmisión de datos se ha rebajado de 4 gigabits por día a 1,5 gigabits debido a la imposición de la capacidad de comunicación directa con nuestro planeta. Del mismo modo el requisito de analizar como mínimo cinco muestras de la superficie recogidas de cinco zonas distintas a tres muestras. Como contrapartida se ha aumentado la capacidad de la batería de 45 kilovatios hora a 50 kWh. La sonda deberá durar un mínimo de veinte días realizando experimentos científicos. Con respecto a estos últimos, la NASA exige ahora que busquen biomarcadores para aumentar el retorno científico, un requisito que hasta el momento era una simple recomendación. Los cambios de tienen como finalidad reducir el coste estimado de la misión, que ya superaba los cuatro mil millones de dólares, a poco más de tres mil millones, que es el presupuesto «normal» de una misión tipo Flagship.
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Cambios (en negrita) en la misión Europa Lander y fechas que se barajan para la misión (NASA).
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Fuente: danielmarin.naukas.com








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