sábado, 29 de diciembre de 2018

CONICET: Navidad sin festejo
Directores e investigadores de institutos del CONICET alertan sobre la situación crítica que atraviesan y las dificultades para hacer ciencia. Algunos científicos decidieron pagar los servicios básicos con dinero propio y otros advierten que el presupuesto que tienen solo alcanza hasta marzo. Las pocas respuestas que obtienen de las autoridades no son alentadoras.
Por Nadia Luna 





“¿Te imaginás llegar a tu trabajo y que tu jefe te diga que tenés que poner dinero para pagar la luz? Bueno, así están los institutos del CONICET hoy”. Con esta frase comenzaba el mensaje que la bióloga Luciana Cristóbal, profesional asistente en el Instituto de Biodiversidad Neotropical (IBN), perteneciente al CONICET y a la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), escribió en Facebook el pasado 6 de diciembre para visibilizar la crítica situación presupuestaria. “Ante la disyuntiva de cerrar o resistir, los trabajadores decidimos sostener los gastos indispensables de nuestro propio bolsillo”, explicó.

El caso del instituto tucumano no es la excepción. Diversos centros de investigación aseguran no haber recibido la partida que tenían asignada para funcionamiento, por lo que no pueden afrontar gastos corrientes como luz, internet, seguridad e higiene. Un caso similar es el del Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET La Plata, que nuclea a 29 institutos. La semana pasada, el directorio del CCT recibió un comunicado de la Sede Central donde se les pedía ajustar más: “En esta situación de emergencia […] será necesario, entre otras medidas, recurrir a fondos extra-prespuestarios generados por las Unidades, consolidar y optimizar las contrataciones de los servicios citados a través del CCT e incluso reducir significativamente algunas prestaciones”.

Ante ese comunicado, el directorio envió una carta al presidente del CONICET, Alejandro Ceccatto, en el que destacaron dos cuestiones centrales. Por un lado, señalaron que solo se ejecutó el 40% del presupuesto acordado para 2018. En marzo de este año, los directores de institutos ya habían salido a reclamar porque muchos no habían recibido aún la primera cuota para gastos de funcionamiento (ver El último que pague la luz). Por otro, indicaron que la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), de la que también dependen varios institutos, había ofrecido un préstamo para afrontar las obligaciones urgentes. Sin embargo, el CONICET lo rechazó.


El directorio del CCT CONICET La Plata recibió un comunicado de la Sede Central donde se les pedía ajustar más: “En esta situación de emergencia […] será necesario, entre otras medidas, recurrir a fondos extra-prespuestarios generados por las Unidades, consolidar y optimizar las contrataciones de los servicios citados a través del CCT e incluso reducir significativamente algunas prestaciones”.


En diálogo con TSS, Félix Requejo, director del Instituto de Investigaciones Físico-Químicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA–CONICET/UNLP), explicó: “La UNLP quiso salir al rescate de los institutos a través de un préstamo de unos 6 millones de pesos. El CONICET rechazó esta propuesta porque dijo que se iba a hacer cargo asignando las partidas que hacían falta. A los tres días, desconoció el acuerdo que habían hecho con el rector y volvieron a decir que no había fondos”. Este miércoles, Requejo envió un correo electrónico a los trabajadores del INIFTA avisando que aún con la implementación de un plan de emergencia, el presupuesto que tienen alcanzaría solo hasta el mes de marzo. “Creo que hay una intención política del Gobierno de destruir el CONICET y hacerlo desaparecer. El ritmo con el que lo hagan será de acuerdo con el grado de confrontación que haya en la comunidad científica frente a esto”, sostuvo.

El CCT CONICET Santa Fe, que nuclea a 17 centros de investigación, también recibió solamente el 40% del presupuesto que le correspondía para gastos de funcionamiento. “Todos los institutos de la región están en rojo”, le dijo a TSS el director del CCT, Ulises Sedran. “A esto hay que sumarle que todos los centros de investigación del país se ven afectados por la reducción enorme de los ingresos a carrera, cuya convocatoria de este año aún no está resuelta”, indicó.

Ayer, jueves 27, cinco de los ocho integrantes del directorio del CONICET hicieron pública una dura declaración donde expresan su preocupación por el deterioro sostenido del sistema científico y tecnológico durante los últimos tres años. En los dos años anteriores, el CONICET había sido noticia en diciembre por los ingresos a carrera, cuando cientos de investigadores recomendados para entrar quedaron afuera a causa del ajuste. Hubo tomas del ex Ministerio de Ciencia, movilizaciones, mesas de negociación, marchas. Este año, directamente no hubo ingresos: los resultados recién se conocerán en abril de 2019. Tampoco fue publicado el resultado de la convocatoria a becas doctorales y posdoctorales, lo que motivó hace unos días una concentración en el Polo Científico de Palermo bajo el lema: “Por una navidad sin ajuste en ciencia”.


A fines de diciembre hubo una concentración en el Polo Científico de Palermo bajo el lema: “Por una navidad sin ajuste en ciencia”.

Con respecto al presupuesto esperado para el año que viene, Sedran, que también dirige el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica de la Universidad Nacional del Litoral (INCAPE–CONICET/UNL), dijo: “Los directores presentamos en cierta época del año un pedido de presupuesto de funcionamiento y el CONICET responde por sí o por no, pero este año no hubo respuesta. Según charlas informales, porque no hay nada oficial, va a ser un 25% menor”. A Sedran, el ahogo financiero en el que se encuentra el sistema científico no lo sorprende porque “es el resultado de una política que apunta a asfixiarlo y el daño va a ser muy difícil de revertir”.

En Tucumán, el biólogo Carlos Molineri, investigador del IBN, también visibilizó la situación del centro con un mensaje similar al de su colega Luciana Cristóbal. En diálogo con TSS, amplió: “Los problemas vienen desde hace un par de años pero ahora se agravaron porque los fondos para gastos de funcionamiento que teníamos asignados solo fueron otorgados hasta poco después de mitad de año. Desde hace un mes, tenemos que pagar la alarma con plata de nuestros bolsillos, porque de otra manera los equipos, que son del Estado, quedan desprotegidos”.


El 19 de diciembre pasado se conoció también que el directorio del CONICET resolvió discontinuar “por ahora” el financiamiento para las reuniones y congresos que se realicen en 2019.

A mitad de año, también se interrumpió la ejecución de subsidios para los proyectos de investigación, por lo que muchas tesis doctorales quedaron paralizadas. “Ni siquiera llegaron los fondos correspondientes a los Proyectos de Unidades Ejecutoras, una propuesta que había iniciado este Gobierno como algo novedoso y que involucraba a todo el instituto”, señaló Molineri, quien agregó que los sueldos de los investigadores quedaron devaluados –las paritarias para el sector cerraron en un 15%– y que el dinero necesario para mejorar la situación del CONICET no constituye una cifra inalcanzable. “Con un día del pago de los intereses de la deuda externa que se han adjudicado en el presupuesto actual se acabarían los problemas para la ciencia y la tecnología en el país”, dijo.

El 19 de diciembre pasado se conoció también que el directorio del CONICET resolvió discontinuar “por ahora” el financiamiento para las reuniones y congresos que se realicen en 2019. Diversas asociaciones científicas del país expresaron su rechazo mediante un comunicado en el que afirman que “la desfinanciación de las reuniones científicas afecta el desarrollo de proyectos y fomenta la fuga de jóvenes al exterior”. Silvia Kochen, miembro fundadora de la Red Argentina de Neurociencias (RAN), considera que esto “es una manera de aislar a los científicos argentinos”, perjudicando la interacción y el trabajo con colegas de otros países.


“Esta reducción brutal del presupuesto no tiene justificación económica, sino política”, sostuvo Kochen.

Kochen es también directora del centro de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENYS), perteneciente al CONICET, el Hospital El Cruce y la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ). Respecto de la situación del ENYS, cuenta que han podido continuar con el funcionamiento gracias al apoyo del Hospital. La lectura que realiza la investigadora sobre el desfinanciamiento por parte del CONICET va en línea con lo expresado por sus colegas: “Esta reducción brutal del presupuesto no tiene justificación económica, sino política. Es una demostración de que el Gobierno no tiene interés en sostener la ciencia y la tecnología, y de que está avanzando cada vez más para destruirla”.

Esta crisis presupuestaria del principal organismo de ciencia y tecnología de la Argentina ya había tenido un antecedente en mayo de este año, cuando 172 directores y directoras de institutos del CONICET le habían presentado al todavía ministro Lino Barañao un pedido urgente de ejecución del presupuesto para gastos de funcionamiento.

A pocos días de que termine el año, las perspectivas no son alentadoras. La comisión coordinadora del reclamo, integrada por diez de esos directivos, envió recientemente al resto de los colegas un resumen de lo acontecido este año. En el documento dicen: “Los frutos de nuestra labor no han sido muchos. Las autoridades se han mostrado totalmente insensibles al reclamo y muchas veces ocultaron públicamente la situación, brindando información inverosímil que no resistió el menor análisis”. Sin embargo, de inmediato llaman a la comunidad científica a redoblar esfuerzos y continuar la lucha. “Es el momento de trabajar, entre todos, para lograr que el próximo gobierno, cualquiera sea su signo, retome el camino del crecimiento del sistema científico argentino. Buscaremos impulsar iniciativas que nos permitan avanzar en ese camino”, finalizan.



Fuente: Agencia TSS 

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