lunes, 4 de marzo de 2019

¿Va a caer a la Tierra una antigua cápsula soviética para el estudio de Venus?




En los últimos días se ha hablado mucho de la posibilidad de que el antiguo satélite Kosmos 482 reentre en la atmósfera terrestre, un suceso que, por lo general, no debería ser especialmente relevante. Pero lo interesante del caso es que el Kosmos 482 es en realidad una antigua sonda espacial que fue lanzada el 31 de marzo de 1972 para estudiar Venus. La sonda 3V nº 671 —también conocida de forma no oficial como V72 nº 671— alcanzó la órbita terrestre con éxito, pero el lanzador Mólniya-M (8K78M) fue incapaz de situar la nave en una trayectoria de escape debido a un fallo de la cuarta etapa (solo funcionó durante 125 segundos), por lo que la sonda se quedó varada alrededor de la Tierra en una órbita altamente elíptica. Siguiendo la práctica habitual de la época, las autoridades soviéticas le otorgaron un número de la serie Kosmos para ocultar el fracaso, aunque los expertos occidentales pronto dedujeron que se trataba de una sonda de la serie Venera.


Sonda atmosférica Venera de segunda generación similar a la que llevaba la Kosmos 482 (Eureka).

El lanzamiento de la 3V nº 671 tuvo lugar apenas cuatro días después del despegue de la 3V nº 670, que logró llegar a Venus con éxito y pasaría a la historia como la Venera 8. La Venera 8 aterrizó en Venus el 22 de julio de 1972 y se convirtió en el segundo artefacto humano en alcanzar con éxito la superficie de otro planeta, después de que su hermana gemela Venera 7 hiciese lo mismo en 1970. La Venera 8 confirmó los datos de la Venera 7: la superficie de Venus era un infierno sometido a una temperatura de 470 ºC y 90 atmósferas de presión. La sonda solo fue capaz de soportar 50 minutos antes de dejar de funcionar. Pero volvamos a la 3V nº 671 (Kosmos 482).


Una sonda Venera de la serie 3MV (russoslivejournal.com).

Partes de la Venera 8, similar a la Kosmos 482.

Esta sonda usaba el mismo diseño de sondas marcianas y venusinas empleado a partir de 1967 en la Venera 4 por la oficina de diseño NPO Lávochkin usando el diseño original de la oficina OKB-1 de Serguéi Koroliov. Las dos sondas 3MV de 1972 serían las últimas de su serie que viajaron al lucero del alba, ya que a partir de entonces se lanzarían a Venus sondas más pesadas y capaces, empleando para ello el cohete Protón en vez del Mólniya (un derivado del misil R-7). Las 3MV tenían una masa de 1184 kg e incorporaban una cápsula de aterrizaje semiesférica de 495 kg. La cápsula no llevaba cámaras, pero sí fotómetros, un altímetro radar, un espectrómetro de rayos gamma, una estación meteorológica y sensor para analizar la atmósfera. Después del fallo de la cuarta etapa, la sonda 3V nº 671 quedó en una órbita excéntrica de 206 x 9800 kilómetros, junto con la cuarta etapa Blok-NVL. En junio de 1972 se observó la separación de un fragmento procedente de la nave principal que los expertos identificaron como la cápsula de aterrizaje.


Sonda Venera 8.

Sonda de aterrizaje Venera 8.

El bus orbital de la sonda 3V nº 671 reentró en la atmósfera terrestre el 5 de mayo de 1981 y la cuarta etapa del cohete Mólniya hizo lo propio en 1983. Pero quedaba el fragmento que los expertos identificaron con la cápsula de aterrizaje, que parece que va a reentrar dentro de poco. La cápsula está dotada de un escudo térmico capaz de sobrevivir a una entrada en la atmósfera de Venus a casi 11 km/s, así que podría sobrevivir a una reentrada en nuestro planeta sin problemas. Evidentemente, y suponiendo que esté intacta, es casi imposible que funcionen los paracaídas después de tantos años, así que la cápsula alcanzaría el suelo a velocidad terminal y se fragmentaría. No obstante, la imagen de una antigua sonda soviética diseñada para alcanzar Venus aterrizando en la Tierra décadas después de su lanzamiento es muy evocadora, ¿pero es real? No tan rápido.


El Kosmos 482 visto por Ralf Vandebergh en 2014 (Ralf Vandebergh).

Primero, no está confirmado que el objeto —catalogado como 1972-023E— sea realmente la cápsula de la sonda Venera. Bien podría tratarse de otra parte de la nave, aunque es cierto que esta posibilidad es menos probable. Segundo, incluso si se trata de la cápsula, durante estas décadas en el espacio podría haber sufrido desperfectos en su escudo térmico. Tercero, y más importante, ¿estamos seguros que va a reentrar en la atmósfera? La noticia que tantos titulares —efímeros, pero titulares— ha generado proviene de una serie de magníficas imágenes del fragmento 23E del Kosmos 482 tomadas por Ralph Vandebergh y análisis de otros expertos. Curiosamente, en las imágenes de Vandebergh el objeto 23E no parece tener la forma semiesférica prevista, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de otra parte de la nave (o que la cápsula ha sufrido algún tipo de daño). Sea como sea, no está nada claro que el objeto vaya a reentrar en los próximos meses. Actualmente su perigeo es de unos 200 kilómetros y lleva así unos cuantos años. Eso significa que, como muy pronto, no reentrará hasta dentro de varios años (la fecha exacta no se puede determinar porque depende de la actividad solar).

Resumiendo, ¿se trata de la antigua sonda soviética 3V nº 671? No exactamente, solo de un fragmento. ¿Es la cápsula de aterrizaje de dicha sonda? No lo sabemos con certeza, aunque es probable. ¿Va a reentrar en la atmósfera dentro de poco? No. Terminará reentrando, sí, pero para eso todavía quedan unos cuantos años.



Fuente: danielmarin.naukas.com

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