Mercenarios listos para intervenir en Venezuela
El titular de la contratista de la CIA habría ofrecido sus servicios a Trump para derrocar a Maduro con mercenarios de su empresa.
Por Gustavo Veiga
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Mercenarios de Blackwater posan para la foto antes de partir a una misión en Medio Oriente.
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Como si no bastaran las injerencias de Estados Unidos, las proclamas golpistas de Juan Guaidó y la autodenominada operación Libertad, una conocida empresa de mercenarios apareció como posible actor en la crisis de Venezuela. Se trata de la continuadora de Blackwater, la misma que cometió decenas de asesinatos durante la guerra de Irak. Un artículo de Reuters brinda detalles sobre la intención de esa compañía de formar una fuerza irregular de cuatro o cinco mil combatientes para apoyar el golpe de Estado contra el presidente Nicolás Maduro. La información le atribuye a Erik Prince, el fundador de esa sociedad concebida para matar, la búsqueda de dinero –unos 40 millones de dólares– para financiar su aventura militar. Con ese propósito, según la agencia británica, el empresario, ex marine y aportante a la campaña electoral de Donald Trump mantiene reuniones desde abril con multimillonarios exiliados venezolanos y simpatizantes del magnate que gobierna Estados Unidos.
Prince es un actor de frondoso prontuario. Especie de filibustero posmoderno, hace recordar a ese personaje de la película Walker protagonizada por Ed Harris, un mercenario del siglo XIX que invade Nicaragua. Aunque la operación en curso que ideó este contratista de la CIA para Venezuela parece de difícil concreción, no debe subestimárselo. Su Blackwater recibió graves acusaciones cuando intervino en Irak. La principal ocurrió en 2007 cuando sus esbirros a sueldo mataron a 17 civiles iraquíes en la Plaza Nisour de Bagdad. Varios empleados de la sociedad recibieron condenas por homicidio.
Basada en cuatro fuentes diferentes, la investigación sobre la empresa estadounidense cita a un tal Lital Leshem, especialista en seguridad e inteligencia del Frontier Resource Group, cuya sede se encuentra en Hong Kong y mantiene vinculaciones comerciales con Blackwater. El confirmó el interés de Prince por involucrarse en el país con las mayores reservas petroleras del mundo. “Tiene una solución para Venezuela, al igual que tiene una solución para muchos otros lugares”, señaló Leshem. Sin embargo Marc Cohen, el vocero del creador de Blackwater, expresó que “no tiene planes de operar o implementar una operación en Venezuela”.
La agencia también consultó al asistente especial en Comunicación estratégica de Trump, Garrett Marquis, quien declinó dar una respuesta sobre si Prince había puesto al tanto al gobierno de EE.UU. de su propósito de formar una fuerza mercenaria. La misma que se integraría con “peruanos, ecuatorianos, colombianos e hispanohablantes”, según dijo un informante que argumentó que esas nacionalidades serían –en la visión del creador de Blackwater– “más aceptables políticamente que los contratistas estadounidenses”.
La proximidad de Prince con el gobierno de Estados Unidos deviene de su contribución a la campaña de Trump, al que le donó 100 mil dólares. El partido Republicano también está entre sus beneficiarios. Pero hay otro dato que lo vincula. Su hermana Betsy DeVos es la secretaria de Educación de la actual administración de EE.UU. Una millonaria y aportante histórica a los republicanos que fue muy cuestionada para ocupar el cargo en que la designó el presidente en febrero de 2017. Al punto de que en el Senado el vicepresidente Mike Pence tuvo que desempatar en la votación de su nombramiento. El líder de la minoría demócrata en la Cámara alta, Chuck Schumer, dijo que DeVos era “una de las peores nominadas en ser jamás considerada para el puesto”.
Su hermano Prince se hizo de un dinero importante cuando la madre de ambos vendió la corporación autopartista fundada por su padre. Compró entonces unas hectáreas en un pantano de Virginia donde instaló Blackwater y ahí empezó su carrera en la industria de los ejércitos privados. Para Venezuela, el ideólogo de la intervención mercenaria concibió la tesis del “efecto dinámico”, dice Reuters. Quiere romper con ella un estancamiento del conflicto que existía hasta el martes pasado, cuando Guaidó lanzó su proclama de salir a las calles de Caracas contra el gobierno desde un distribuidor de autopista. Un golpe de Estado en marcha al que la compañía de mercenarios cree que puede darle una mano.
Por su mala reputación y las críticas que recibió por su intervención en Irak, Prince vendió la compañía en 2010 y fundó una segunda sociedad a la que bautizó Blackwater USA que comercializaba municiones, silenciadores y cuchillos. Le mantuvo el nombre pero se lo cambió tiempo después por el de Academi. Se mudó a Emiratos Arabes Unidos, donde armó el aparato de inteligencia de ese país y sigue con sus guerras privadas al servicio del mejor postor. Yemen es una de sus víctimas. También lo denunció el ex primer ministro de Qatar, Abdula bin Hamad Al Attiyah, quien lo acusó de preparar una invasión mercenaria al territorio qatarí.
Sus antecedentes de contratista de la CIA y el Departamento de Estado de EE.UU. explican la vigencia de Prince, quien extendió sus negocios por el mundo. En 2014 se transformó en el CEO del Frontier Services Group –cargo que ocupa hasta hoy según la red Linkedin–, con sede en Hong Kong. A ese grupo se lo relaciona con la empresa de inversión estatal china Citic, acaso la puerta de entrada para seguir vendiendo en un mercado más grande sus esmerados servicios de seguridad y ejércitos a la carta. Venezuela no es su único objetivo, pero sí le permitió que se volviera a hablar de su vieja creación, Blackwater, en esta parte del mundo.
Advertencia de Rusia a Estados Unidos por Venezuela
Washington llamó a Moscú a que cese su apoyo a Maduro y Rusia reclamó a Washington que pare de violar el derecho internacional en Sudamérica.
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Lavrov y Pompeo intercambiaron advertencias por la crisis en Venezuela.
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El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y su par ruso, Sergei Lavrov, se acusaron mutuamente de que sus gobiernos están desestabilizando a Venezuela, en un intercambio en el que Washington renovó el reclamo para que Rusia cese el apoyo al gobierno de Maduro, mientras Moscú acusó a Estados Unidos de volar el derecho internacional.
En una comunicación telefónica entre los jefes de la diplomacia de ambos países, Pompeo “destacó que la intervención de Rusia y Cuba es desestabilizadora para Venezuela y para la relación bilateral entre Estados Unidos y Rusia”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus. Pompeo también “instó a Rusia a poner fin a su apoyo a Nicolás Maduro y unirse a las naciones, incluida a una abrumadora mayoría de los países occidentales, que quieren un futuro mejor para el pueblo venezolano”. En el comunicado se agregó que el jefe de la diplomacia estadounidense urgió a Rusia a que cese el apoyo al Gobierno del presidente Nicolás Maduro y que se “una a otras naciones, incluida la abrumadora mayoría de países del hemisferio occidental, que buscan un mejor futuro para el pueblo venezolano”. Durante la conversación, que tuvo lugar este miércoles, Pompeo aseguró además a Lavrov que tomó nota de su declaración de este martes, en la que el Ministerio de Exteriores de Rusia pedía renunciar a la violencia y apoyaba el retorno de la estabilidad y la prosperidad a Venezuela.
La respuesta rusa no se hizo esperar. Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Lavrov respondió a Pompeo que “la injerencia de Washington en los asuntos de Venezuela es una violación flagrante del derecho internacional.” Para el canciller de Putin, “esta influencia destructiva no tiene nada que ver con la democracia”, de acuerdo con la nota.
El jefe de la diplomacia rusa también criticó las declaraciones de Trump y Pompeo acerca de una posible intervención del ejército estadounidense, si fuera necesario, en Venezuela. “Se dijo que la continuación de los pasos agresivos tendrá las más graves consecuencias. Solo el pueblo venezolano tiene derecho a determinar su destino, para lo que es necesario un diálogo entre todas las fuerzas políticas del país, que es lo que desde hace largo tiempo pide el Gobierno”, informó la Cancillería rusa en un comunicado.
En la nota, el ministerio ruso acusó a Estados Unidos de apoyar la víspera el intento de la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó de hacerse con el poder. Por su parte, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, dijo ayer en una entrevista con el canal Rossiya 24 que las acciones y “la retórica agresiva” de EE.UU. en relación a Venezuela tienen por objetivo “desmoralizar” a los ciudadanos de este país suramericano.
Zajárova subrayó que la vida del pueblo venezolano se está deteriorando, entre otras cosas, “debido a las acciones de EE.UU.”, informó el portal RT.
Para la diplomática, Washington emplea una “retórica agresiva, una intimidación directa, chantaje y amenazas” contra Venezuela y busca “sembrar pánico, miedo”, así como un sentimiento “de tremenda ansiedad y de traición” que tiene por objetivo “desmoralizar a los venezolanos” .
Venezuela, sumida en una profunda crisis desde hace varios meses, se ha convertido en un punto de discordia entre EE.UU. y Rusia. Mientras la Administración de Donald Trump ha liderado el respaldo internacional a Guaidó, quien se proclamó presidente interino de Venezuela en enero pasado, Rusia se ha mantenido firme en su respaldo a Maduro, del que ha sido aliado desde su llegada al poder.
Fuente: pagina12.com.ar y pagina12.com.ar
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