viernes, 28 de junio de 2019

La NASA elige Dragonfly. ¡Nos vamos a Titán!
por Daniel Marín



La NASA ha seleccionado hoy la próxima misión de tipo New Frontiers y, contra todo pronóstico, la ganadora es Dragonfly, un dron que explorará Titán, la mayor luna de Saturno. Y es una sorpresa porque cuando fue preseleccionada como finalista junto a CAESAR, nadie —ni yo mismo— dio un céntimo por ella. Dragonfly es una misión apasionante, pero también es tremendamente arriesgada. Estamos hablando de enviar una aeronave dotada de un generador de radioisótopos a un mundo gélido situado a 1500 millones de kilómetros del Sol. Dragonfly deberá sobrevivir a la entrada atmosférica en Titán a 7,4 km/s después de pasar nueve años en el espacio. Luego la nave deberá desplegar dos paracaídas y separarse de su escudo térmico antes de emprender el vuelo en la atmósfera de Titán gracias a sus ocho rotores. Por si esto fuera poco, la enorme distancia entre Titán y la Tierra implica que Dragonfly deberá volar de forma completamente autónoma y hacer frente sobre la marcha a los imprevistos que surjan.


Dragonfly volando por las dunas de Titán (NASA).

Por contra, la otra misión finalista tenía todo lo necesario para ganar. CAESAR (Comet Astrobiology Exploration Sample Return) debía traer muestras del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. A diferencia de Titán, traer muestras de un núcleo cometario era una prioridad para la comunidad científica que aparecía en el último Decadal Survey. El objetivo había sido estudiado en detalle por la sonda europea Rosetta. Tecnológicamente, la misión empleaba elementos de las sondas OSIRIS-REx y Hayabusa 1 y 2. Por último, contaba con la colaboración de la agencia espacial japonesa JAXA y su investigador principal era el archifamoso Steve Squyres. Pero nada de eso ha impresionado a la NASA, que se ha decantado por una misión mucho más atrevida y fascinante para el gran público, aunque científicamente no sea una prioridad.

Elementos de la sonda Dragonfly (NASA/JHU-APL).

Secuencia de entrada en la atmósfera de Titán de Dragonfly (NASA/JHU-APL).

Un campo de dunas en Titán con la sonda AVIATR, ya cancelada (Saturno solo se vería en el cielo si tuvieras visión infrarroja)(NASA/Michael Carroll).

Dragonfly despegará en 2025 y llegará a Titán en 2034. Lamentablemente no podrá visitar los lagos y mares del hemisferio norte porque estarán en pleno invierno y, por lo tanto, a oscuras. Y, aunque Dragonfly llevará un MMRTG, las bajísimas temperaturas de la noche ártica de Titán pueden destruir su aviónica. Por eso el objetivo prioritario de Dragonfly son los campos de dunas ecuatoriales de Titán, los mayores del sistema solar. Además de las dunas, hechas de materia orgánica, Dragonfly analizará la atmósfera titánica y buscará cráteres de impacto para estudiar la relación entre la corteza de hielo y el manto de agua con la superficie. Para ello llevará varias cámaras, un espectrómetro de rayos gamma y neutrones (DraGNS), una estación meteorológica (DragMET), un sismómetro desplegable y un espectrómetro de masas (DragMS). DragMS estudiará muestras obtenidas mediante el taladro CryoSADS y su diseño estará basado en el instrumento SAM del rover marciano Curiosity.


Dragonfly (NASA).


Patrón de exploración de Dragonfly (NASA/JHU-APL).

Sistema de navegación óptica de Dragonfly (NASA/JHU-APL).

Dragonfly en la superficie (NASA/JHU-APL).

Dragonfly desde abajo (NASA).

Dragonfly viajará hacia Titán dentro de un escudo térmico de 3,7 metros de diámetro parecido al de Curiosity, pero más pequeño. Aunque se publicita como un dron, Dragonfly es por encima de todo un laboratorio estático que permanecerá el 99% de su misión en la superficie. Dragonfly será la segunda sonda que visite Titán tras la misión europea Huygens en 2005 y será el tercer artefacto humano en volar por otro mundo tras los globos venusinos de las sondas soviéticas VeGa en los años 80 y el futuro minihelicóptero marciano que llevará el rover Mars 2020. Lo cierto es que no tenemos ni idea de qué puede encontrar Dragonfly cuando llegue a Titán. Dragonfly es exploración en estado puro, así que abróchense los cinturones. ¡Nos vamos a Titán!


La Investigadora Principal de Dragonfly, Elizabeth Turtle, con una maqueta 1:4 de la sonda (NASA).


Un mundo por explorar (NASA).

Emblema de la misión (NASA/JHU-APL).


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